La conjugación de lo impredecible y bello de los mares y los vientos, de sus fuerzas y de lo plástico, con la pericia de los regatistas llega al marco de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro este lunes. La vela entra en el escenario de esta sensorial edición que plantea la cita brasileña. El equipo español tendrá presencia en las clases Sonar, 2.4mR y Skud18. Y en ésta última participa la única integrante femenina en el equipo de vela. Violeta del Reino (Caracas, Venezuela, 22/3/1962), venezolana de padres madrileños y afincada en Mallorca, compite junto a Sergi Roig. Un tándem fuerte en la que ella recoge los fundamentos más rígidos y él los más intuitivos de la dupla.
Violeta abrazó la vela con 20 años. Aquel encuentro entre ella y el deporte que ya sería suyo para siempre fue en sus veraneos en Mallorca. Comenzó haciendo cursillos y echando una mano como monitor en el Club de Vela Puerto de Andratx, que sigue siendo su club. Empezó a navegar en Láser, pero la exigencia física le obligó también a cambiar de clase. Violeta nació con una afección de pies cavos de origen idiopático. Y con el paso del tiempo se presentaron problemas en la espalda con una escoliosis. Con catorce años se sometió a una triple artrodesis.
Cuando se dio la circunstancia del cambio de Láser a otra clase pidió la baremación sobre su diversidad funcional. No lo había hecho hasta entonces. Se la concedieron y pasó a navegar en la clase Hansa 303. Más tarde se enroló en Skud18 y comenzó la aventura con Sergi Roig. Entonces no existía una idea de clara de poder clasificarse para los Juegos Paralímpicos de Río, pero sí de ayudar a España a clasificar a la clase. El premio acabó llegando.
Ahora los focos se ponen en las medallas. En qué hará el Equipo Paralímpico de vela, siempre con el respaldo de Iberdrola. Pero la cuestión de fondo es el trabajo que hay ya sólo para clasificarse para unos Juegos. Ese escenario que por lo general se pasa por alto. «Es un trabajo que dura cuatro años. Se planifica por etapas y en cada una se asignan unos objetivos. En función de los resultados, se van modificando los entrenamientos. Es un trabajo constante y que implica sacrificio personal, mueve a muchas personas y medios materiales», explica Violeta en una entrevista para WSL.
La regatista de Skud18 cuenta respecto a la preparación concreta en este ciclo con su compañero que «ha sido duro, pero hemos disfrutado buenos momentos. Lo difícil, era conseguir compenetrarnos entre nosotros; lo mejor, los entrenamientos y las regatas internacionales». La hispano venezolana centró ya los últimos días antes de la competición en trabajo de gimnasio, en completar buenos descansos y dormir bien y mantener una nutrición adecuada.
«Superar las dificultades de esta vida con entusiasmo y disfrutando del momento»
Violeta se toma los Juegos Paralímpicos «con respeto y buenas expectativas. Hemos navegado en este campo de regatas solos o en flota con los otros Skud, con diferentes vientos y corrientes, hemos discutido las posibilidades con nuestros entrenadores y tenemos buenas sensaciones», al tiempo que subraya que la edición de Río de Janeiro significa para ella «el premio a nuestro esfuerzo y al de muchísimas personas que estarán pendientes de nosotros».
Para esta regatista y maestra son sus primeros Juegos —también para su compañero— y cuenta respecto a las expectativas en Río que «siendo realistas nuestro puesto ronda una séptima plaza que es más o menos lo que hemos ido consiguiendo en las regatas hasta ahora. En vela las cosas pueden cambiar mucho: errores de otros que podemos aprovechar, roturas… y por supuesto, que en esos momentos no se sabe cómo, siempre das un poco más de ti mismo. Ya veremos».
Prefiere no hacer quinielas respecto a lo que ella y Roig pueden hacer en cuanto a metales o el resto de compañeros, pero sí subraya una situación que deja un barniz de pesadumbre para el futuro: «Sólo puedo hablar de Sergi y yo con más o menos seguridad, pero lo cierto es que hay un fondo muy triste en cuanto a la vela paralímpica puesto ha sido retirada para los siguientes Juegos. De todas formas, hay buen espíritu y todos nos hemos preparado para llegar donde tenemos nuestro límite».
Asegura respecto a su futuro particular tras Río y sabiendo que en Tokio no habrá vela paralímpica que «aunque la vela ya no será paralímpica, en nuestro club, el Club de Vela Puerto de Andratx en Mallorca, continúa su apuesta por la vela adaptada y seguiremos participando en los eventos de la clase con las embarcaciones que tenemos: hansa 303 y Skud 18».
Por lo pronto, es el momento de disfrutar de unos Juegos para ella y sus compañeros. La vela sí entra en acción ya en Río. Y la flota española está en sintonía con la esencia del Equipo Paralímpico Español, que Violeta significa que es «superar las dificultades de esta vida con entusiasmo y disfrutando del momento».
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