ATLETISMO | SALTO DE LONGITUD
Por Fernando Miñana / FACV: Era el último día para conseguir la mínima olímpica. Y el último intento del concurso, el sexto. Fátima Diame (Valencia CA), tras meses de sufrimiento, de luchar contra varias lesiones en la rodilla, corrió hacia el foso, saltó y, nada más caer en la arena, se levantó como un resorte. Pensaba que el salto no era tan bueno, que era insuficiente. Pero lo que no sabía es que había sido el salto perfecto. Que había hecho 6,82, justo la mínima para clasificarse para los Juegos de Tokio, y que el viento a favor se había frenado justo en la frontera de lo ilegal, +2.0.
La valenciana corrió a abrazarse a su entrenador, Rafa Blanquer, el hombre que la acogió en su casa cuando era una adolescente, el técnico que ha dirigido la carrera de grandes saltadoras como Niurka Montalvo o Concha Montaner, la persona que la ha conducido hasta Tokio.
Diame estaba radiante después del concurso. “Estoy muy contenta. Sabía que podía hacerlo y ha sido un año muy duro porque he estado de lesión en lesión, pero estas últimas semanas he podido entrenar muy bien. Entrenando ya lo había saltado y ahora lo he logrado, apurando al máximo, pero lo he conseguido”.
En cuanto ha escuchado al juez decir que la medición era de 6,82, ha empezado a gritar. Pero Blanquer, todo veteranía, le ha advertido inmediatamente que esperara a saber la fuerza del viento. Antes, en el cuarto, había logrado su mejor marca de siempre, con un salto de 6.75, pero ventoso, con un viento a favor excesivo (+2.9). Pero entonces le han informado de que era de +2.0 y al fin pudo dar rienda suelta a su felicidad, saltando sobre el tartán y abrazándose con su entrenador.
Diame, que ha ascendido del séptimo al tercer puesto del ranking español de todos los tiempos, ya solo por detrás de otras dos valencianas como Niurka Montalvo (7,06) y Concha Montaner (6,92), acababa de lograr el objetivo que persigue todo deportista. “Es un sueño. Quiero dar las gracias a mi club, el Valencia CA, que me acogió en su escuela desde que era pequeña”.
El pasado verano sabiendo que se adentraba en el curso olímpico, Fátima Diame habló con su amiga Ana Peleteiro, la campeona de Europa y plusmarquista española de triple salto, porque quería saber qué más podía mejorar para lograr los resultados que se esperaban de ella por la calidad que siempre ha atesorado. “El año pasado tuve muchas lesiones y estuve bastante mal. Ahora no es que ahora me haya centrado más. Es que he ido encadenando lesión tras lesión, pero nunca he perdido las ganas de entrenar. Ana me dio consejos, que disfrutara de esto, que es muy bonito, que entrenara, que no me fijara en los demás. Es muy buena amiga”.
Hay mucho detrás de esta mínima. Salí de la pista cubierta lesionada y al aire libre, cuando mejor estaba, me volví a lesionar la rodilla. En ese momento pensé en dejarlo. Pero gracias a mis entrenadores y a mi fisio y a mi novio he podido salir de esta y he conseguido la mínima”.