Asila Mirzayorova (5,24) y Zhou Guohua (4,91) acompañaron a la española en el pódium con el oro y la plata respectivamente
ATLETISMO | JUEGOS PARALÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por SANDRA PANIAGUA (ENVIADA ESPECIAL A PARÍS).- La sonrisa de Alba García delata la satisfacción y alegría que se siente al cumplir con los objetivos marcados. La madrileña llegaba a París con el reto de lograr una medalla en sus segundos Juegos Paralímpicos, su primera participación fue en Tokio 2020 (2021) donde obtuvo un diploma. «Era para lo que nos estábamos preparándonos este último año y medio y es muy especial», señaló una Alba pletórica tras colgarse la presea tras una complicada competición marcada por la temperatura, la lluvia y el ruido del estadio.
Alba García comenzó la mañana de una forma espectacular. Con el sol luchando por salir en el Stade de France, la madrileña lograba su mejor salto en la primera serie con 4,76 metros. Era la quinta atleta en saltar, escuchó atentamente las indicaciones de su entrenador, respiró, se posicionó y comenzó la carrera para volar. Con su salto, García se colocó en primera posición, hasta que saltaron la china Zhou Guohua (4,91) y la atleta de Uzbekistán Asila Mirzayorova (5,22) que la relevaron al tercer lugar, puesto que ya no abandonaría.
En la segunda ronda, la lluvia se había convertido en coprotagonista de la fiesta de esta final de Salto de Longitud T11. Alba García seguía totalmente concentrada en el objetivo que se había marcado para su segunda participación en unos Juegos Paralímpicos tras haber hecho velocidad en Tokio 2020 (2021), obtener medalla. La madrileña buscaba con su segundo salto mantener el bronce e intentar subir posiciones. No obstante, esta segunda serie resultó nula. El sonido que provocaban los espectadores del Stade de France, unido a la música, no permitía a las atletas escuchar bien las indicaciones de sus técnicos. Sus máximas rivales (Guohua -4,83- y Mirzayorova -5,12-), en esta ocasión sí lograban saltar, pero lo hacían por debajo de su marca inicial.
La tercera intentona de García contó como buena, aunque la atleta española no realizó el salto. Su zancada marcó 1.40. Por su parte, Zhou Guohua hacía diez centímetros menos que la primera serie (4,81) y Mirzayorova marcaba 5,19.

La clasificación a estas alturas pasaba de once atletas a ocho, por lo que la espera entre saltos iba a ser menor permitiendo así acelerar el ritmo de una competición que llegó a las tres horas. Para la cuarta serie Alba García lograba un buen salto. No obstante, el 4,59 no permitía mejorar su primera marca, ni los saltos de sus competidoras, quienes una vez más sí conseguían volar en el Stade de France.
Con las atletas atenazadas por el frío y la lluvia que las había acompañado prácticamente desde el inicio de la jornada, Los saltos se fueron sucediendo. Aunque el intenso sonido del estadio prolongaba en exceso el tiempo entre saltos. Por su parte, Alba se mostraba serena gracias al apoyo de sus técnicos, quienes intentaron en todo momento que la madrileña se sintiera cómoda a pesar de las adversidades y de los nulos que se iban sucediendo. De hecho, el quinto salto de la española tampoco fue válido. En la quinta serie, la atleta de Uzbekistán, que encabezaba la clasificación desde el primer salto, logró superarse y marcar un 5,24. Mientras que la saltadora china hacía un nulo.

Casi estaba todo decidido, en las cinco series ninguna de las competidoras habían superado las marcas de las tres primeras. De hecho, el mejor salto de la italiana Arjola Dedj (4.55) estaba 21 centímetros por debajo del de la española. Pero en esta última serie, la italiana logró que los aficionados españoles contuvieran el aliento cuando saltó en 4,75. Es decir, se había quedado a tan solo un centímetro de la marca española. En ese momento, Alba García lograba su primera medalla en unos Juegos Paralímpicos, un bronce que cumplía con el objetivo. Un bronce que provocó en la española diversas emociones que iban desde la alegría al agradecimiento, el recuerdo…
«La medalla es para toda la gente que está conmigo, mi familia, mis amigos, mi novio, para mis entrenadores, mis compañeros, mi primer entrenador que me dio unas pulseras para que me dieran suerte y así ha sido que la italiana no nos ha pasado en el último salto. Y también para mis abuelos que me han visto por la tele y para mi tío que ya no está entre nosotros y mi prima Isabel me dijo que saltara tan alto que le diera un beso a su padre», comentó con una enorme sonrisa Alba García tras recibir su medalla. La atleta comentó respecto a la competición vivida que había vivido «mucho estrés porque parecía que no entraba nunca el salto, pero ha sido suficiente. Me quedo contenta. A nivel de registro podríamos haberlo hecho mejor, pero viendo las condiciones, el clima, el ruido… todo no podemos pedir más. El primer intento ha sido el mejor porque era el que estaba más en silencio todo y no teníamos tanto parón. He estado mucho rato parada y preparada para saltar».