Santacreu revalidó el título de campeona de Europa; Claudia Ventura fue quinta
ATLETISMO | CAMPEONATOS DE EUROPA SUB’20
Sofía Santacreu se proclamó campeona de Europa sub’20 de 10.000 metros marcha, revalidando así el título continental. En el Tampere Stadium (Finlandia), la marcha española siguió subrayando el brillo mayúsculo que muestra en todas las categorías. Al tiempo, Aldara Meilán logró la medalla de bronce mientras Claudia Ventura fue quinta. Metales los de Santacreu y Meilán que se sumaron al oro de Andrea Njimi Tankeu en disco (54,28).
Lo dicho, había tres marchadoras españolas en liza y la última en cruzar la meta lo hizo en quinta posición. No es un milagro, es una escuela, una manera particular de entender este deporte, un trabajo infatigable que se extiende de los campeonatos regionales a los Juegos Olímpicos. Claudia Ventura reventó su marca personal para cruzar la meta en 44:43.01 en el primer 10.000 de su vida (llegaba con la tercera posición en el campeonato de España, sobre la mitad de la distancia, como principal credencial), pues antes solo había desplegado sus habilidades sobre 10 km —ya sabéis, la nomenclatura de la misma distancia cuando no se disputa sobre tartán sino sobre asfalto—.
Antes que ella, tras 25 vueltas de conocido sufrimiento, arribó Mina Stankovic (récord serbio absoluto, 44:35.66). Y antes aún ya habíamos tenido ocasión de festejar, pues la tercera plaza del podio fue también para una integrante de nuestra delegación: Aldara Meilán, girando sobre el sintético finés más veloz que nunca en su joven trayectoria deportiva (44:15.89). Para ser justos, “veloz” es un término que se queda corto; la pasión por competir se le fue de las manos, pues este año había firmado 47:09.16 y tenía como PB 45:06.75. No fue un bocado, fue canibalismo.
La plata fue para la perseverante italiana Serena Di Fabio, récord transalpino sub-20 tras marcar el paso de la carrera durante los primeros nueve kilómetros. Hasta que apareció ella: la cazadora paciente, la joya conocida en casa que ya brilla más que nadie en el Viejo Continente. Ninguna marchadora de la categoría (hablamos del mundo, ya no de Europa) ha rendido tanto en 2025 como lo hizo hoy Sofía Santacreu: 43:47.89. Marca personal por un verano (acudió con 45:59.76) para una muchacha que supo gestionar la presión de ser una de las favoritas —nada fácil a estas edades— y ratificar su absoluta superioridad en una categoría que abandonará en 2026: ya había ganado el título hace dos años en Jerusalén (en aquella ocasión 45:59.76), misma ciudad donde también conquistó el sub-18 de 5.000 m en 2022. Es joven, es astuta, es talentosa… es una líder fantástica para una generación dispuesta a conseguir que el idilio de la marcha española con el brillo de los metales esté muy lejos de terminar.
Santacreu se convierte en la 7ª campeona europea de la historia del atletismo español en esta competición (ya fue la sexta hace dos años en Jerusalén). Con estas dos medallas, la marcha femenina suma diez medallas en la historia de los Europeos sub20 desde que hace 40 años en Cottbus Mari Cruz Díaz y Reyes lograran el oro al unísono.

Lara Iglesias lanzó 46.22 en su estreno en la final de jabalina y mejoró sensiblemente para firmar 46.98 en el segundo tiro. El tercero no pasó de 45.82, así que terminó el concurso 9.ª, a 21 centímetros de la mejora. Teniendo en cuenta que partía con la tercera peor marca de cuantas lanzaban (50.08), aunque estuviera algo alejada de ella (como lo estuvieron incluso muchas de las favoritas), hay que dar por más que satisfactoria su participación.
El 4×400 femenino (Inés González, Ana Gálvez, Rocío Navarro y Ana Alba Ruiz —Candela Angulo fue suplente—) actuó en la segunda semifinal: pasaban las tres primeras de cada carrera y los dos mejores tiempos a la final de mañana a las 19:05. Quintas con 3:40.39 y el último tiempo de corte lo estableció Francia (cuarta en la primera serie con 3:38.69), así que ahí expiraron la aspiraciones en el relevo largo femenino.
La mala suerte se cebó con Iratxe Tejero en su serie de calificación. Iba remontando puestos cuando tropezó con la octava barrera y la inercia de la caída la condujo justo a los pies de la novena, que pasó por debajo. Aunque acabó cruzando la meta, fue descalificada por los jueces debido a tan clara infracción del reglamento (TR.22.6). Una pena, porque ella había corrido este año en una PB de 13.60, lo que le hubiera dado el pase. Tiene nivel y la mala suerte no va a estar ahí todos los días.
También se acabó la actuación en la longitud femenina, donde Laura Martínez (que ya nos representó en los 100 metros) estuvo a 11 centímetros de meterse entre las doce finalistas: acabó 13.ª del sumario de la calificación con 5.88, lejos de los 6.40 que había brincado esta temporada y de los 6.48 que posee como mejor prestación.

Andrea Njimi Tankeu, oro en disco: Nulo su primer intento de la final, pero en el segundo comenzó a calibrar y el artefacto de un kilo se posó a 48,90 metros. En el tercero, la discípula de Ramón Torralbo hizo saltar la banca: marca personal (54,28) y líder del concurso. La cuarta ronda resultó nula, pero seguía mandando. En el quinto esfuerzo se fue a 52,82 y nadie conseguía desplazarla de una virtual medalla de oro. En el sexto y último no hizo falta ni ponerse nerviosa, puesto que la alemana Curly Brown, no lanzó lo suficiente.