La atleta keniana se adjudica la carrera con un tiempo de 1:07:09, lo que supone un nuevo récord femenino de la prueba. El podio lo completan Violah Jepchumba y Rose Chelimo
No era un deseo ‘oficial’ pero latía en el ambiente durante todo el fin de semana que algo importante podía pasar. El 26º Medio Maratón de Valencia Trinidad Alfonso ya había hecho historia antes del pistoletazo de salida por ser la primera carrera de 21.097,5 metros Gold Label de la IAFF de España. Pero se quería más y el récord del mundo en categoría femenina no era del todo un sueño.
Madera había. Compartiendo la línea de salida se encontraban Violah Jepchumba y Peres Jepchirchir. La primera poseedora de la mejor marca mundial del año, 1:05:51, y la segunda campeona del Mundo de Medio Maratón y un tiempo de 1:06:39. Además, la organización había traído como liebre al atleta Marc Roig, quien realizó el mismo trabajo con Florence Jebet Kiplagat las dos veces que la keniana batió el récord del mundo. Con todo esto, el objetivo de 1:05:09 no parecía tan loco y Valencia, vestida de oro, quería soñar.
A las 9 de la mañana y con el sol apareciendo en el cielo tomaban la salida los más de 13.000 corredores inscritos –el 23 por ciento mujeres– y ya desde el primer momento la prueba no tomaba el camino esperado.
A pesar de que se había hablado en la reunión técnica que Roig marcaría un tiempo aproximado de 2:05-2:06 pensado especialmente para el grupo femenino, Jepchumba salía disparada a un ritmo endiablado con su marido como liebre y rápidamente se metía en el segundo grupo de carrera, el que iba justo tras el masculino. Por detrás, se quedaba Jepchirchir siguiendo lo previsto, pero en solitario, porque el resto de sus compañeras, entre las que se encontraba la tercera clasificada Rose Chelimo o Gladys Jepkemoi Yator, se quedaron en un segundo plano ya en el primer kilómetro y nunca supusieron una amenaza.
La lucha real
Con esta situación, la lucha real estaba entre las dos kenianas, Jepchumba y Jepchirchir, un duelo en el que, sin embargo, apenas llegaron a verse las caras.
Al paso por el kilómetro 5, Violah había realizado un parcial que rebajaba unos dos minutos el récord del mundo, sin embargo, ya se veía que no estaba cómoda. Había dejado de liderar su grupo y, pese a lo constante de su guía, ella se estiraba como un chicle hacia delante y hacia atrás.
Se veía venir y sobre el kilómetro 8 Jepchumba tuvo que bajar el ritmo. Tanto que al paso por el 9 (justo el que quedaba delante de la meta) ya se habían separado casi al completo del grupo masculino con el que iba. Era el momento en el que comenzaban tanto ella como su marido a volver la cabeza para saber qué pasaba con sus perseguidoras y lo que estaba pasando es que Peres seguía sobre el tiempo previsto, casi como un reloj.
Comenzaba el acecho
La campeona del mundo estaba cada vez más cerca de la hasta ese momento primera clasificada. En la entrada a la Alameda ya se podían ver y casi sentir. Y a la altura del kilómetro 12 Jepchirchir alcanzó a su compatriota para, tan solo unos segundos más tarde, superarla y dejar claro quién iba a ser la ganadora de esa lucha.
El ritmo marcado por la liebre a la keniana era bueno, aunque algo más bajo de lo que habían marcado en los papeles, quizá porque el calor apretaba o por el alto grado de humedad en el ambiente (en la salida rozaba el 90 por ciento). Pero pronto se unieron a un grupo de hombres en el que se encontraba José España y que utilizaron para marchar más cómodamente.
El cartel del 15 marcaba otro punto crítico. Con las calles del centro de la ciudad llenas y el público animando con aplausos y todo tipo de instrumentos, Roig se retiraba y dejaba sola a Peres, eso sí, no sin antes aconsejarle que siguiera junto a España, un atleta al que conoce bien y considera «muy constante».
De poco le sirvieron sus palabras porque Jepchirchir se quedaba en solitario para afrontar los últimos cinco kilómetros. Junto a ella solo los jueces y las motos de la tele y la radio que seguíamos de cerca sus pasos.
El récord del mundo ya se había olvidado, pero daba igual, la keniana cumplió con creces. A pesar de su extraña postura corporal (con tronco levente inclinado hacia delante como si se fuera a caer) a Peres se le veía bien y con ganas, como diciendo: «la mejor marca del circuito no me la quita nadie». Y así fue, pues finalmente cruzaba la cinta en un tiempo de 1:07:09, 22 segundos menos que el logrado por Netsanet Gudeta Kebede en 2015.
Tras ella, entraba Jepchumba, con 1:08:22, y Rose Chelimo con 1:09:35. Y después las más de 3.000 participantes que han hecho historia en el 26º Medio Maratón de Valencia Trinidad Alfonso.