La alcalaína, una semana después de proclamarse campeona de España absoluta, detiene el crono en 1:59.17 y se acerca al Mundial de Tokio
ATLETISMO
La mediofondista alcalaína Rocío Arroyo batió este sábado, en Oordegem, el récord de España sub-23 de 800 metros con un crono de 1:59.17. Es la segunda vez en menos de un mes que supera la plusmarca nacional de su categoría tras hacerlo en el Europeo Sub-23 de Bergen, donde se colgó la medalla de plata.
Con esta marca de 1:59.17 y la victoria en el Meeting de Oordegem, del World Athletics Continental Tour en categoría Bronze, Rocío Arroyo da un paso de gigante para lograr la clasificación al Mundial de Tokio por la vía del world ranking. En cualquier caso, tratará de obtener la mínima directa (1:59.00), o apuntalar del todo la clasificación por puntos, el próximo 14 de agosto en Guadalajara.
En Oordegem, Rocío Arroyo ha dominado una carrera de primer nivel, en la que se ha enfrentado a rivales consagradas internacionalmente. Tras una primera vuelta llevada por la liebre en 57.47, la alcalaína ha tomado la cabeza, escapándose de sus rivales a falta de 300 metros y defendiendo con fuerza el liderato en la recta de meta.
Sin embargo, y a pesar de lograr la mejor marca de siempre de una española sub-23, Arroyo confiesa haberse sentido «más pesada que en la final del Europeo» al quedarse sola durante la segunda mitad de carrera. «La liebre lo ha hecho perfecto, pero sí que es verdad que para bajar de 1:59 necesito tener a alguien que me apriete en los metros finales. Sé que lo tengo en las piernas y ojalá me salga el jueves en Guadalajara», señala.
Este segundo récord de España sub-23 completa un mes inmaculado para la joven de 22 años, que también se ha proclamado subcampeona de Europa de la categoría y campeona de España absoluta. «La temporada está siendo de diez, no puedo reprocharme nada. No tenía ni idea de que podía lograr todo esto en este primer año corriendo 800, pero desde el Europeo de Bergen me veo mucho más profesional en las carreras, corriendo en todo momento como creo que debo hacerlo. La guinda sería estar en el Mundial», asegura Arroyo.