BALONCESTO | SELECCIÓN ESPAÑOLA | ENTREVISTA
Carlos Mateos Gil/EFE (Madrid).- Por las manos de Iyana Martín (Oviedo, 2006) pasa gran parte del futuro de la selección española femenina de baloncesto. Hace no demasiado que comenzó a integrarse en la absoluta y ya es, de pleno derecho, una miembro más de la ‘familia’. Se vio en el pasado Eurobasket, donde estuvo muy arropada por sus compañeras después de que una enfermedad le impidiese jugar los últimos partidos, incluida la final.
De cómo vivió aquel torneo, de la gestión de las expectativas, de su relación con la otra gran promesa del baloncesto español, Awa Fam, o de su aspiración de jugar algún día en la WNBA, ha hablado con EFE durante una entrevista mientras se prepara para disputar el torneo Internacional de La Línea, buen termómetro para medir cómo se encuentra el equipo antes del Premundial.
La selección se encuentra actualmente preparándose para el Premundial. No se contempla que España no esté en el Mundial ¿no?
Como grupo nosotras esperamos, evidentemente, estar. Sí que es verdad que tenemos muchas incorporaciones que no teníamos en verano, pero muy contentas por ello, por recuperar jugadoras. Hay que seguir trabajando mucho, todas tenemos muchísimo compromiso para que no se contemple el hecho de no estar.
¿Lo logrado en el último Europeo les ha hecho creer más en ustedes mismas? Por momentos parecía que era una selección de circunstancias por las bajas y acabaron siendo plata.
Nosotras desde el primer minuto creímos, desde el primer día de concentración, tanto las unas en las otras como en el staff. La verdad es que hicimos un grupo muy bueno. Trabajamos mucho y luego los resultados nos dieron un poco la razón en que, si vamos juntas, podemos hacer mucho más.
Han pasado ya algunos meses desde aquella cita. Para usted fue un torneo un poco agridulce, porque mientras sus compañeras ganaban la plata, lo veía todo desde la banda después de salir del hospital por una colitis infecciosa. ¿Cómo lo recuerda?
Muy bonito; muy dulce porque fue mi debut y muy duro porque pasé esa enfermedad ahí dentro. Me sirvió para darme cuenta de la gente que tenía a mi lado, de que el equipo seguía creyendo, y me regalaron poder estar en una final en un banquillo y lograr una plata europea.
¿Cómo fue el proceso de su enfermedad allí? ¿Le costó asumir que no iba a poder seguir jugando con el equipo en los últimos partidos?
Sí, me costó mucho, porque fue una cosa de la noche a la mañana. No tenía ningún síntoma, ni nada que me hiciese llegar a imaginar que podía pasar eso. Fue muy duro, pero tuve a mis compañeras y tuve también la suerte de que mi madre pudo venir. Fue duro, pero tuve muchísimo apoyo de muchísima gente y tuve la suerte de poder salir a ver la final. Lo recuerdo como una experiencia muy dura, pero también que me sirvió para aprender mucho.
Sus compañeras de selección siempre la tuvieron muy presente en esos momentos. ¿Hay también una ‘familia’ en el baloncesto femenino igual que en el masculino, que es lo que se dice siempre?
Nosotras somos una familia, por supuesto. Yo lo viví desde el primer día en el que llegué aquí: cómo me acogieron, cómo estaban todas a una… las jugadoras que están aquí nos han intentado inculcar siempre que la que tengo al lado va primero, que vamos todas a una, que si no trabajamos todas no vamos a conseguir lo que queremos.
¿Cómo lleva convivir con las expectativas que se han generado en torno a usted como una de las piezas claves del futuro del baloncesto español?
Tengo muchísima suerte con mi círculo más cercano, como puede ser mi familia, que me ha inculcado siempre que hay que seguir trabajando. Mi madre siempre me dice que hay que ser hormiguitas trabajadoras e intentar trabajar cada día, no perderme las cosas. También me ayuda mucho cuando en los equipos en los que estoy, o al venir a la selección, veo que todo el mundo es igual, que todo el mundo es humilde. Jugadoras a las que he admirado siempre también son así, y eso me hace fijarme en ello e imitarlo.
¿Cómo es su conexión con Awa Fam? Es otro de los nombres en los que todo el mundo piensa cuando se habla de la generación que viene.
Todo el mundo que nos conoce lo sabe; es mi mejor amiga. Hemos estado juntas desde hace muchos años, desde pequeñas, y nos entendemos muchísimo tanto dentro como fuera de pista. Para mí es una hermana, y tengo muchísima suerte y estoy muy agradecida de poder vivir todas estas experiencias con ella, hace que sean muchísimo más enriquecedoras.
El hecho de que el Perfumerías Avenida, su club, no esté jugando este año Euroliga, ¿cree que puede frenar un poco su progresión?
Dejo de jugar en una liga, pero debuto en otra, la Eurocopa, que no la había jugado nunca; hay que saber ver y sacarle el punto positivo a las cosas. La Eurocopa es una liga que, aunque los partidos de la fase de grupos sean un poco más simples, a medida que avanza hay bastante nivel. Y con la Liga Femenina, que tan ajustada está, creo que tengo bastantes posibilidades y oportunidades de seguir evolucionando y mejorando como jugadora. Y sobre todo, cada día, los entrenos: esa es la mayor oportunidad de seguir mejorando.
¿Le gustaría echar raíces en Salamanca aunque no juegue Euroliga y que el club vuelva a ser tan relevante como lo ha sido en los últimos años? ¿Abanderar ese crecimiento de nuevo?
Por supuesto. Yo, para el club en el que juegue, me voy a dejar la piel. Con Avenida, en este caso, siento muchísimo los colores. Nosotras deseamos y nos encantaría volver a llevar el club a lo más alto. Pero evidentemente, por mucho que tengamos este sentimiento, antes va el trabajo, el esfuerzo, meterlas y ganar partidos.
¿Sueña con la WNBA? Se habla de usted como un posible pick alto en el draft.
Es una experiencia que no descarto. Me gustaría probarla algún día, pero no es una cosa que tenga tan presente ahora mismo. No deja de ser una experiencia que me encantaría poder vivir en un futuro.












