El conjunto valenciano despide con honores a la capitana Mireia Payá, a Sheila Segura, a Patri Cañavera y a Silvia Amo, que dejan el club
Resuelta la permanencia en la máxima categoría del balonmano femenino español desde hacía un tiempo, cumpliendo en la campaña en la zona templada de la clasificación DHF, el último partido de liga como local del Canyamelar Valencia tenía un componente meridianamente emocional. Los prolegómenos del encuentro ante el Porriño fueron escenario para subrayar cuatro despedidas. Jugadoras y personas importantes para la entidad, que ahora toman caminos diferentes. Cuatro de sus balonmanistas dejan la entidad valenciana.
La jerarquía ensalza a la gran capitana. Toda su carrera deportiva en el club, en su casa, a excepción de una campaña en Lleida, pero Mireia Payá puso punto final. Y lo suyo, pese a tener sólo 28 años, no tendrá seguimientos en las pistas. De hecho, deja la práctica profesional del balonmano. Y la respuesta está en que las responsabilidades laborales le impedirán ya poder dar todo el tiempo que precisa el balonmano de alto rendimiento. Desde luego se pierde a una extremo izquierdo de carácter, de casta, jugadora de las que se echan el equipo a la espalda y una notabilísima goleadora. Este último curso, que inició tras recuperarse de una intervención quirúrgica en el hombro derecho, ha participado en 25 partidos con un balance de 80 goles. Su rendimiento en la máxima categoría arroja 580 goles en 127 encuentros (según el registro que data de 2011), habiendo sido internacional con las categorías inferiores españolas. Se despidió de su afición con seis dianas.
No el balonmano, pero sí la liga nacional pierde a Sheila Segura. Esta última campaña la desarrolló habitualmente como extremo izquierdo en el primer tramo, pero luego se acopló a posiciones conocidas para ella tanto de lateral como de central. La balonmanista de Ribarroja, jovencísima todavía (en agosto cumplirá 23 años), un portento físico, guarda también mucho carácter y acciones eléctricas, además de temperamento. Apasionada por este deporte, ahora buscará una manera diferente de verlo y practicarlo emigrando a la liga francesa en su segunda categoría. Lo hace tras tres temporadas en el conjunto valenciano, al que llegó desde Elda Prestigio, si bien debutó con el Cementos la Unión. En DHF, ha acumulado 480 goles en 123 duelos, siendo 105 dianas en los 25 encuentros de esta temporada. Uno firmó frente a Porriño en su último partido en el pabellón del Cabañal. Sheila, internacional en las categorías inferiores de España, busca una nueva aventura en el Aunis HB La Rochelle Perigny.
Silvia Amo, otra jugadora de la casa desde los fundamentos de Marítimo, que también jugó su último partido en su pista. En un parqué en el que no sólo ha alcanzado la máxima categoría del balonmano nacional, sino también en el que ha trabajado en la formación de la cantera del club. La valenciana deja el balonmano de alta competición, si bien reconoce que seguirá entrenando. La vida académica y laboral exprime y, dada la coyuntura, del complejo escenario de esta disciplina en España, alejada ya hace mucho tiempo de los laureados años de los logros y del manejo de buenas sumas, Amo debía priorizar. La central ha disputado esta campaña un total de veintidós encuentros con un balance de tres goles y muchas más asistencias. El registro de la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM), desde 2011, refleja que Amo ha disputado un total de 98 partidos y ha anotado 54 goles. No logró firmar ninguna ante su afición, pero sí asistió.
La menuda, pero veloz y cañonera extremo izquierda Patricia Cañavera también cambia de aires. Sigue con la práctica del balonmano, pero con un nuevo equipo y en División de Honor Plata. La valenciana saldrá de la península para comenzar su nueva vida en Ibiza, donde jugará la próxima campaña con el Puchi, club de donde salió precisamente su compañera en el Canyamelar Raquel Bejarano. Cañavera sí pudo responder con goles a la despedida en la pista valenciana con cinco dianas, siendo la segunda mejor anotadora del conjunto de Vicent Nogués por detrás de los seis tantos de Mireia Payá. La jovencísima jugadora, que debutó en la campaña 2013-2014, primeros a las órdenes de Natalia Morskova y luego de Susana Pareja, acumula 82 goles en 83 partidos. Patri Cañavera también ha sido una de las jugadoras que eventualmente ha formado parte de las convocatorias de Sagrario Santana con las inferiores españolas.
El encuentro ante Porriño finalizó con victoria visitante. Las gallegas se adjudicaron los dos puntos en juego por un pobre marcador por parte de ambos conjuntos de 18-23. Un encuentro con poca sustancia y demasiados errores en ataque por parte de ambos conjuntos, pero que a la postre fueron más acusados en el Canyamelar Valencia, que de hecho, se marchó al descanso por delante por 10-8, pero que bajó muchos enteros en el segundo tiempo. Sara Gil fue la máxima anotadora con ocho dianas para Porriño. Llamativo fue por parte de ambos equipos la cantidad de lanzamientos de siete metros que erraron y el desaprovechamiento de contragolpes de en solitario ante las porteras. El Canyamelar Valencia disputará el último encuentro de la campaña con un visita al Zuazo, donde las cuatro jugadoras se despedirán definitivamente del club.