BALONMANO
La selección española femenina júnior de balonmano concluyó como subcampeona de Europa tras caer en la final ante Alemania (27-34) en Podgorica. Las Guerreras júnior se quedaron con la plata tras un gran campeonato continental.
El marcador final, un 27-34 para Alemania, no hace justicia al esfuerzo ni al juego desplegado por la selección española júnior, que firmó una primera mitad excelente en el Bemax Arena de Podgorica. Las Guerreras Júnior, dirigidas por Joaquín Rocamora, dominaron los primeros treinta minutos con intensidad, inteligencia y una Belén Rodríguez estelar, pero no pudieron frenar el empuje germano en una segunda parte donde la superioridad física y la rotación alemana terminaron por decantar la balanza.
El arranque fue prometedor. España salió enchufada, con una defensa agresiva que descolocó a las alemanas desde el principio y una Belén Rodríguez que lideraba el ataque con 7 de 7 tantos en la primera parte, mostrándose imparable en el uno contra uno y entendiendose a la perfección con la pivote Fonkeng, otra de las destacadas. La ventaja al descanso (17-13) reflejaba el dominio de las españolas, que además provocaron exclusiones tempranas en el equipo germano gracias a su verticalidad ofensiva.

Sin embargo, la historia cambió tras el descanso. Las exclusiones de Fonkeng y Estitxu Rodríguez en momentos clave lastraron el juego español, que empezó a perder fluidez en ataque y solidez atrás. A partir del minuto 38, con una exclusión de Fonkeng y un parcial de 0-3 en contra, las alemanas comenzaron a recortar distancias hasta empatar el partido (25-25) a falta de 13 minutos.
El encuentro entró entonces en una fase de alta tensión. Rocamora buscó soluciones tácticas, como la entrada de un segundo pivote o la defensa adelantada, pero el cansancio y los errores penalizaron a las españolas. Alemania, liderada por Marlene Tucholke y Aylin Bornhardt, tomó la delantera en el 51′ (26-27) y ya no miró atrás. Un último tiempo muerto del técnico germano en el minuto 58 sirvió para rematar el trabajo con una estrategia ofensiva eficaz ante una España que lo había dado todo, pero ya sin gasolina.
