BOXEO | JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024
La asturiana Laura Fuertes logró la medalla de bronce en el Mundial de 2022. Entonces se convirtió en la primera boxeadora española en adjudicarse una presea mundialista. Un año más tarde, la gijonesa, en su peso de -50 kilos, consiguió certificar la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024. Era la primera española en la historia en ser olímpica. Hizo historia Fuertes. Y cerca estuvo se lograrlo también la valenciana Sheila Martínez. A París viajó finalmente Laura Fuertes. Su estreno en dieciseisavos de final de su peso era ante la mexicana Fátima Herrera, quien se adjudicó el combate por decisión dividida. Cayó Fuertes, pero en todo caso había concretado ya ese hito histórico en boxeo para el deporte olímpico español.
Laura Fuertes comenzó tranquila y esperando a una mexicana más eléctrica desde el principio, pero perjudicada por su menor estatura y menor alcance. Herrera jugó la baza del volumen de golpes, con mucha más cadencia y llevando la iniciativa. Algo que premiaron los jueces, que otorgaron a la mexicana ese primer ‘round’.
Similar guion en el segundo asalto, con una española a la que le faltó algo de chispa y a la que quizá influyó el escenario, ya que nunca antes una mujer española había participado en unos Juegos en boxeo. Fuertes encontró más de una combinación, aunque no con la certeza deseada, pero lo suficiente para generar dudas en los jueces sobre quién debía llevarse el combate.
En el round definitivo, la campeona nacional mexicana, de 22 años, embarulló la pelea, enganchándose en varias ocasiones a la española para intentar que se peleara lo menos posible. Fuertes no fue capaz de igualar la electricidad propuesta por Herrera, obligada a convencer a los jueces que alargaron su decisión a ese último asalto.
Pero la situación no cambió demasiado, y la mexicana avanzó a octavos de final por decisión dividida, a una fase en la que ya espera la turca Buse Naz Cakiroglu, plata olímpica y campeona mundial. La asturiana abandona la competición a las primeras de cambio, aunque con la sensación de haber cumplido un sueño y haber sido pionera en la disciplina, con la primera presencia femenina en unos Juegos.