La vigente campeona del Mundo se impone a Okuhara en tres sets en el escenario donde presumiblemente jugará los Juegos de Tokio 2020
Carolina Marín logró adjudicarse el Abierto de Japón, revalidando además el título asiático de bádminton, tras imponerse en la final a la volantista local Nozomi Okuhara en tres sets por 21-19, 17-21 y 21-11. No fue partido fácil para la vigente campeona del Mundo y de Europa, pero a la postre la española mostró un entereza y su bádminton para resolver el último set ante Okuhara.
«Ha sido una semana increíble. La final de hoy ha sido un partido muy muy complicado, porque Okahora es una rival muy complicada, es una jugadora muy luchadora, le gusta jugar siempre las jugadas muy largas, y bueno, contenta por haber podido sacar el partido adelante y, sobre todo, con muy buenas sensaciones. Y eso es con lo que me tengo que quedar de aquí a dentro de dos años, donde va a ser los Juegos Olímpicos: voy a jugar en el mismo pabellón», dijo la onubense tras la final.
Carolina Marín tuvo que emplearse a fondo en un encuentro definitivo por el título en Japón, que le exigió más que el duelo de semifinales ante la china Chen Yufei (21-12, 21-13) y que se fue hasta la hora y cuarto de juego. Marín marchó a remolque en el primer set hasta el empate a 19, cuando dos puntos consecutivos le permitieron adjudicarse el parcial. Sin embargo, Okuhara se mantuvo en la pelea al igualar la contienda adjudicándose la tercera manga. Así, todo tuvo que decidirse en la tercera, donde la andaluza no dio opción a su rival, número ocho del ranking mundial. Con cómodas ventajas durante todo el parcial, Carolina Marín selló su victoria con un 21-11, que le permite defender el entorchado que ya conquistó en 2017. Todo ello en su vuelta al circuito tras proclamarse campeona del Mundo el pasado mes de agosto.