CICLISMO | LA VUELTA FEMENINA
Van Vleuten y Movistar Team siguen haciendo historia. La campeona del mundo conquista en los Lagos de Covadonga su cuarto título en rondas por etapas en solo 10 meses, y reivindica la calidad, carácter y habilidad de un conjunto telefónico inmenso, en un final no apto para cardíacos.
Tres Giros, un Tour de Francia, dos Challenge by La Vuelta y, desde este domingo, la primera Vuelta a España femenina. Annemiek van Vleuten (Movistar Team) sigue haciendo crecer su inacabable palmarés y ha regalado a la escuadra azul su primer éxito de 2023 en el mejor lugar posible: la Gran Vuelta de casa.
Van Vleuten hizo valer en los 94 km de la jornada reina y decisiva, con las subidas al Collado Moandi (2ª) y, sobre todo, los legendarios Lagos de Covadonga (cat. Especial; cima Estela Domínguez) el 1’11” de ventaja que ostentaba tras su fenomenal exhibición camino de Laredo, este pasado sábado. Sus rivales, no obstante, le hicieron sufrir hasta el último sorbo de aliento: Vollering (SDW) y Realini (TFS), las dos mujeres que le acompañaron en el podio final, dejaron atrás a ‘Miek’ a 5 km del final, una escalada que acabó completando la campeona del mundo 56″ detrás de la vencedora… y con solo 9″ como colchón para llevarse la general.
Movistar Team alcanza las 18 victorias en Grandes Vueltas (tres con su equipo femenino; las logradas en apenas diez meses por ‘Miek’ en Giro Donne, Tour de France Femmes y La Vuelta Femenina) y ve cómo la neerlandesa se queda a solo una, 99, de redondear aún más su leyenda con la centena. Una cifra que, junto a las telefónicas, a buen seguro alcanzará antes de colgar los dorsales el próximo otoño.
“Me siento cansada, feliz y, sobre todo, muy orgullosa de mi equipo», fueron las palabras de Van Vleuten en zona mixta tras la carrera. «He llegado a pensar que perdía la carrera porque la verdad es que han tenido un punto más de fuerzas que yo en la subida, quizás un poco por el esfuerzo de ayer. He pagado ese empuje que tuve que hacer el sábado en la subida de hoy».
«No he tenido el mejor día y en un ascenso de rampas duras como este, eso se paga. Las rivales me han llevado al límite, han sabido jugar bien sus cartas… pero yo no me he rendido. He seguido empujando hasta meta. En meta no sabía bien si lo había conseguido pero las caras del equipo han sido de alegría y ahí me he dado cuenta de que lo había salvado. Un gran alivio».