El conjunto nacional supera la barrera de los 90 y sigue su evolución. La mala noticia fue el golpe que se llevó Sara Saldaña en el cuello
El conjunto español de natación sincronizada consiguió una meritoria quinta plaza en el concurso en la final de equipo libre en el Mundial de Budapest. La mala noticia fue que durante el desarrollo del ejercicio la nadadora Sara Saldaña sufrió un golpe que se tradujo en un susto. La réplica a esto fue que la nadadora se recupera e incluso se prevé que esté nadando de nuevo este sábado.
Sucedió a pocos segundos de que finalizase precisamente el concurso del combinado nacional en la final de Equipo Libre. Sara Saldaña recibió un golpe en el cuello, obviamente involuntario, de una de sus compañeras. En uno de los movimientos danzatorios en el agua, el pie de una de las integrantes del conjunto se fue al cuello de Saldaña. Pero ésta, bizarra, aguantó hasta la conclusión e incluso se mantuvo firme a conocer la nota de los jueces. Sobrepasó España la barrera de los 90 (90.700), quedándose a sólo un punto de Italia, que ya hizo de tapón al anterior equipo nacional de natación sincronizada en el camino hacia los Juegos Olímpicos de Río.
Eso sí, conocida la puntuación, la joven nadadora no aguantó más el dolor. Sara fue llevada al hospital. Allí estaban sus padres que le siguen en Budapest en este Mundial. Una contractura en el cuello era la lesión de Saldaña, que a mediodía de este viernes ya estaba de regreso en el hotel de concentración de España.
Ferreras y Ribes, quintos en preliminar de Dúo Mixto Libre
La RFEN informó, através de una información en el portal oficial de su director de comunicación, de que si no hay complicaciones Sara nadará el sábado junto al resto de componentes de un equipo formado también por Leyre Abadía, Berta Ferreras (Dúo mixto), Carmen Juárez, Meritxell Mas, Alisa Ozhogina,Paula Ramírez (Dúo) y Blanca Toledano.
Por su parte, Berta Ferreras y Pau Ribes lograron un quinto puesto en la preliminar del Dúo Mixto Libre con una interpretación de ‘Romeo y Julieta’, de Leonardo Di Carpio. Rusia, Italia, Estados Unidos y Japón quedaron por delante de los españoles, que buscaron con su ejercicio expresar la historia de amor imposible buscando diferenciar las dos partes de la acción: la masculina y la femenina.