El Atlético de Madrid no dio opción alguna a un Valencia insustancial, que cayó 0-4 en el Antonio Puchades
FÚTBOL | LIGA F | ANÁLISIS
Cada relato de un acontecimiento deportivo está ligado al análisis o escrutinio crítico (constructivo) de diversos aspectos: técnicos, tácticos, psicológicos y físicos. Es recurrente en la narrativa de lo que sucede, en este caso, en un campo de fútbol también apoyar, sobre todo cuando el trabajo no está hecho o no está bien hecho, a las diferencias presupuestarias, a las diversidades en el potencial de las plantillas y, obviamente, al condicionamiento arbitral. No obstante, hay un aspecto que debe ser innegociable, fundamental, esencialmente identificativo de cualquier equipo como es el rango competitivo. Esa capacidad descansa en aceptar retos, no rendirse y procurar superarse constantemente.
En el estadio Antonio Puchades, precisamente nombre de un jugador clave en la historia del Valencia, labrador -porque siempre puso casi por delante ese vínculo con la tierra- y futbolista del club que siempre fue suyo entre 1946 y 1958, cuya raíz estuvo en responder plenamente al significado de lo competitivo en el deporte hasta la extenuación. El Valencia recibió al Atlético de Madrid, en la jornada 3 de la Liga F este domingo, y por lo pronto el análisis llevó, a grandes rasgos, a un conjunto madrileño muy bien propyectado en cuanto a su trabajo en sistema defensivo, sabiendo guardar bien el orden de sus líneas, fuera en fase ofensiva como en defensiva, y que en el trazado de sus secuencias ofensivas tuvo las ideas muy claras desde la creación, buscando inyectar velocidad a sus acciones.
El Valencia, en la primera parte, sencillamente no ofreció (prácticamente) nada. Más allá de los desajustes que pudiera haber en lo puramente táctico o los errores técnicos que pudieran darse, que los hubo en trabajo defensivo y ofensivo (en esto apenas hubo producción), al cosa fue que el nivel competitivo, el nervio, el orgullo, esa capacidad por asumir el reto, no bajar los brazos y superarse continuamente dentro del mismo partido estuvo ausente. En ese contexto, el Atlético de Madrid logró acomodar el resultado ya en ese primer periodo con un 0-3, conjugado con los goles de Gaby (15′), Sheila (26′) y Ajibade (37′). Todos se resolvieron haciendo daño por el perfil derecho de su ataque.
Competir es absolutamente innegociable en el deporte de élite, en el alto rendimiento, en el alto nivel. Siempre.
Reanudado el juego tras el receso en vestuarios, el Atlético armó su planteamiento para la segunda parte con una base enclavada en la gestión misma de la renta de tres goles que tenía. Sabía que el Valencia debía procurar ofrecer algo (muy) diferente a lo que fueron los primeros 45 minutos y que lógicamente podía asumir riesgos para tratar de buscar situaciones en el sector del campo de las madrileñas. Sin embargo, salvo alguna tímida intentona, casi producida por el suave arreón de los cambios locales efectuados, el Atlético dominó las circunstancias totalmente. En fin, la segunda parte aportó escasamente o nada. Dentro del dominio espacial rojiblanco aún firmaron el cuarto, repitiendo Ajibade (90′). Importante será para el Valencia reforzar enormemente la raíz en lo relativo al valor del nervio competitivo.
Resultados de la jornada 3:
- Levante UD 1-2 Real Sociedad
- Granada CF 2-0 SD Eibar
- FC Levante Badalona 1-0 Madrid CFF
- Sevilla FC 0-1 FC Barcelona
- RCD Espanyol 0-0 Costa Adeje Tenerife
- Valencia CF 0-4 Atlético de Madrid
- Deportivo Abanca 0-0 Real Betis
- Real Madrid 2-0 Athletic Club