El Canyamelar Valencia sobrevive ya casi sin oxígeno. Una difícil situación económica hace peligrar la continuidad de la entidad en la máxima categoría del balonmano femenino español. Y no solo se trata de salvar la categoría o acabar la campaña, sino de que la institución, germinada en 2013 desde uno de los grandes clubes continentales como fue el Mar Valencia, puede desaparecer y con ello el último representante de la ciudad de València en la División de Honor Femenina. Las deudas con la federación, que son solo una parte del complejo marco en el que se mueve el club, pues está a la espera de que lleguen los apoyos de forma inmediata, ya se han traducido en la suspensión y derrota del próximo partido como local oficial de liga. Manolo Gómez, presidente del club valenciano, reflexiona sobre el estado del club y la situación.
-Oficialmente la RFEBM ha suspendido el partido de liga próximo de su equipo ante el Rocasa Gran Canaria. ¿Cómo se ha llegado a esa situación?
-Por impagos de arbitrajes, sanciones y demás cuestiones federativas. Y esa deuda asciende a 11.025 euros.
-¿Por qué el club no ha podido hacer frente a los pagos de la temporada actual?
-No hemos podido por retrasos en los cobros de patrocinadores, del dinero que nos da a los clubes cada año la Liga Guerreras y de las administraciones públicas valencianas, en este último caso respecto a la temporada 2017-2018. Las convocatorias salieron a principios del 18, las resoluciones salieron en octubre algunas, pero realmente los gastos que nosotros cubrimos este año vienen de esos ingresos no recibidos de la temporada 17-18.
-¿Cómo construyeron el presupuesto de la campaña 2018-19?
-Nos basamos en las cifras que manejábamos respecto a las resoluciones y a lo que los patrocinadores privados te dicen, pero luego al final de año tenemos incluso que recortar; siempre dejas un apartado para poder fichar en invierno, pero el dinero no llega.
-Ustedes han entrado en impagos y a su vez a su club le adeudan. ¿En qué punto está lo que se les debe?
-Hay patrocinadores que están colaborando. Si se pacta unas cantidades no todo al mundo le viene bien liquidar en un momento dado. De los patrocinadores que están con nosotros, no en dinero, sino en especies, tenemos dos restaurantes (Eduardo Boscá 29 y la Cafetería El Temps) que les están dando de comer a las chicas. Uno de los acuerdos que tenemos con ellas, con las jugadoras que son de fuera, que son siete con las que está ese compromiso, es darles la comida y en estos casos esos dos colaboradores están respondiendo.
-¿En líquido han percibido alguna cantidad?
-Líquido muy poco. Cobramos la subvención de Diputación del València de la temporada 16-17 en noviembre del 18, lo que nos permitió tapar algunas cosas; también hay algún patrocinador que nos ha pagado; y muchas veces está siendo con fondos propios. A esto último me refiero a que los propios directivos estamos avalando o apoyando en el banco con pólizas que se van renovando conforme van llegando las subvenciones. Estamos recurriendo los compañeros y yo a recursos propios, por ejemplo, para viajar; no ha sido la primera vez y no creo que vaya a ser la última. Este deporte nos envuelve y hacemos locuras por el club y por nuestras jugadoras y equipo técnico.
-Es decir, practican, ya que ustedes recurren a su patrimonio personal, para poder predicar o pedir esos apoyos.
-Para criticar una cosa o reclamar algo, primero uno debe hacerlo de forma personal; es algo que hacemos y hemos hecho toda la vida. Pero ya llega el momento en el que no es posible, en el que no somos millonarios, sino alguno pensionista y alguno trabaja por cuenta ajena. Dentro de nuestras posibilidades hacemos lo que podemos, pero ya son muchas cosas: está la federación, los viajes, los pisos,…
-¿Cuál es la situación con jugadoras y equipo técnico?
-Ahora se les debe, no salarios, sino dietas, cuatro meses. Es un concepto de dietas, desplazamientos y gastos de manutención. Pero estamos hablando de cifras que son casi vergonzosas… la jugadora que más cobra son 300 euros. A nosotros casi nos da vergüenza decir lo que cobran. Si la situación está como está con 300, imagínate sin fueran 3.000 por jugadora.
-¿Y cuál es la situación real del club? Cuál es la radiografía?
-La situación es crítica. Somos optimistas y confiamos en que el dinero va a llegar y no va a tardar, pero si continúa esta circunstancia no sé si incluso tendremos que llegar a abandonar el campeonato. Las jugadoras tienen un compromiso, una actitud, una colaboración y una entrega con el club que es total, es de diez. Ellas siguen entrenando, siguen malviviendo porque lo que les damos es un poco para sus gastos, que no pueden hacer mucho, y si luego se tienen que ir a Valladolid a jugar se van estén como estén, sea lesionadas o como sea. Si hablamos del cuerpo técnico, de Susana Pareja, Miguel o Javi, pues lo mismo, al 200%. La desgracia no solo es nuestra, de hecho en nuestra liga hay algún club más en situación similar. En cuanto al balonmano femenino en la Comunitat Valenciana, pues somos cuatro clubes y tres (Morvedere, Castellón y Canyamelar) estamos en situación de descenso. Es decir, este año podríamos desaparecer tres entidades valencianas de golpe y aguantaría solo Elche.
-¿En qué punto están las negociaciones con las administraciones?
-De forma genérica, las conversaciones con las tres son diarias, sino día sí día no. El tema está en que desde el área más política en el momento sale la resolución se publica en el boletín oficial y desde ese momento ya pasa a un departamento burocrático; y hoy están todas las subvenciones en ese trámite burocrático (intervención, tesorería, finanzas…). La Generalitat está para mandar un confirming desde el 28 de octubre. El Ayuntamiento hemos tenido un maletendido con el tema de las justificaciones, que se ha vuelto a presentar toda la documentación, y está pendiente de resolución que salga la cifra. En Diputación, salió la resolución a inicios de enero y estamos a la espera de una firma de un convenio para la temporada 18-19. Prácticamente, todo está moviendo en papeles y trámites. Cuando explicamos la situación que antes comentaba de las jugadoras y los impagos, pues nos dicen, y lo entiendo, que cualquier paso que se salten les puede repercutir a ellos. Es muy lento y fallan cosas en el proceso. Este mismo miércoles hemos presentado papeles para tener la certificación de Diputación y poder ir al banco, pero la banca no está hoy por hoy por la labor.
-¿Ven opciones de salir de la situación?
-Siempre hay que ver una luz en el camino. La situación está muy mal. Hay voluntad, pero el problema es el tiempo. Somos optimistas y si no lo fuéramos respecto a recibir ese dinero pues sería bajar la persiana. Lo que te fastidia es que tengas un dinero asignado y no puedas disponer de un solo céntimo de ese dinero. Es un drama diario. Se está negociando algún patrocinador privado, pero las empresas se lo toman con la calma y con el tiempo que necesitan para ver, lógicamente, cuál va a ser su repercusión, si les va a convenir.
-¿Cómo se han movido ustedes a nivel de búsqueda de patrocinio privado?
-Hemos trabajado mucho este año. Y nos hemos dirigido a centenares de empresas. Interesarse de pedir documentación han sido unos ocho o diez compañías. El problema que siempre veo con esto es el no tener la opción de contactar con estas empresas para poder contarles el proyecto y poder exponerlo. La mayoría de las veces es muy frío, con unos correos electrónicos, una documentación que remites, pero la contestación que recibes es que el departamento de marketing no lo ha considerado. Cuando nos han dejado presentar nuestro proyecto normalmente sí nos han dado algo, mucho o poco, pero algo para sumar al proyecto.
-¿Qué opina de la dependencia de las administraciones públicas?
-Soy partidario de no depender de las administraciones. Y llegará un momento en que puede ser que las subvenciones deportivas desaparecerán. Nosotros somos de la idea de no tener que depender de las administraciones, pero somos un club de élite, que compite en máxima categoría del balonmano español, que lleva el nombre de Valencia por pistas de todo el territorio nacional, y desgraciadamente tenemos que depender de las administraciones ahora mismo. De no hacerlo, como digo después de tocar muchas puertas privadas, pues seguramente habría que abandonar. Somos una ciudad en la que hay mucha competencia deportiva. Y hemos acudido también a clubes como el Valencia, el Levante, el Valencia Basket… para pertenecer a su estructura y poder al menos hablar con ellos, cosa que no hemos podido tampoco. Salvo una conversación de cinco minutos con el director de la Fundación del Levante, el resto no ha habido ni conversaciones. El Valencia CF, por ejemplo, ha tenido secciones deportivas que ya hace mucho que dejó de contar.
-¿La sociedad valenciana conoce la historia del balonmano femenino de la Comunitat, que ha sido de grandes éxitos nacionales y continentales?
-Mi opinión es que no, que la gente desconoce lo que es el balonmano femenino en Valencia. No hablo del público de este deporte claro, pero en general no sabe la sociedad que aquí se han sido campeonas de Europa, de otras competiciones continentales, que han estado en muchos torneos europeos durante muchos años, que han sido campeonas de ligas, de Copas de la Reina en muchas ocasiones, que han estado siempre en la primera fila del balonmano femenino nacional. Ahí está el Mar Valencia, el Ferrobús, Astroc,… Nosotros somos la continuación del Mar Valencia, un club histórico, después de la fusión en 2013 entre nosotros, que éramos el Marítim, y el Mar Valencia por mantener el balonmano femenino valenciano de primer nivel. Durante varias temporadas, después de que hayan ido desapareciendo grandes clubes, pues prácticamente éramos Elche y nosotros los que nos manteníamos como se podía en la máxima categoría. Si hablamos de Valencia ciudad, llevamos siete años representando por toda España.
-¿Sienten apoyo de clubes de balonmano u otros deportes?
-Sí hemos recibido muchos mensajes de apoyo y de cercanía con clubes, de entrenadores, de jugadoras de fuera de la Comunitat y de dentro, y tenemos también el apoyo del deporte femenino como del Valencia Basket, del Valencia CF Femenino,… que cuando pueden vienen a ver nuestros partidos y nosotros les devolvemos la visita.
-¿Qué opina del marco que envuelve hoy al deporte femenino?
-Se habla mucho de deporte femenino, pero muchas veces se queda en palabras. Hay mucho de cara a la galería. Hay que hablar de hecho y no de dichos. Se habla mucho de la Real Federación Española de Balonmano y considero que ha hecho mucho por del balonmano femenino. Hace unos años el balonmano femenino estaba totalmente abandonado con el anterior presidente. Sus recursos debían estar al 80 o el 90% con el masculino y el femenino me da la sensación que estaba porque tenía que estar para la anterior gestión. Con las entrada del nuevo, sin hacerle la pelota, porque además sabe que no soy de hacerlo y tenemos discusiones, se ha conseguido el apoyo de Iberdrola, el tener la retransmisión en directo todas las semanas en la televisión pública, el tener un resumen semanal en Teledeporte, que haya streaming… y el retorno para esa compañía, según los números que nos dicen, somos de los deportes que más le reportan.
-¿Y qué es lo que llega directamente a los clubes, además de la cuestión de las retransmisiones, en la estructura de la federación?
-Mi consideración es que sea en especies o en dinero al final en suma es dinero. Indirectamente o en especies está esa producción y realización de esas retransmisiones, los resúmenes de Teldeporte, el montaje de la pista…
-Pero en el caso del Canyamelar Valencia solo ha habido un partido en casa en toda la temporada televisado.
-De momento solo ha sido uno. Teledeporte marca los partidos de la semana de cada viernes.
-¿Y de forma directa?
-Nos llegó 10.000 euros por club la pasada temporada. Cuando se empezó a hacer el streaming, los reportajes de televisión… se pagaba entre la federación y los clubes. Con la entrada de Iberdrola ya no lo pagamos. Prefiero esa entrada y ese apoyo, que cuando llegue un partido televisado me cueste 30.000 o 40.000 euros, que los tenga que depositar y luego ya me los darán. Claro que siempre se quiere más, pero también hay que ver la parte positiva. Hace no tanto hablabas de la retransmisión de un partido femenino, con los clubes y éxitos que había en ese momento, y casi te decían que eso qué era. Ha habido un cambio en ese sentido y hay más espacio en los medios.
-La RFEBM tiene una normativa y se ha aplicado la norma con ustedes.
-Cuando se precipitó la información al respecto de lo que estaba sucediendo, se enfocaba, no por nuestra parte, hacia que la culpa la tenía la federación, que el presidente al ser valenciano tendría que haber tratado el asunto con un trato de favor,… Esto es muy fácil. La federación tiene unas normas y cuando te inscribes en la competición te tienes que saber las normas o leértelas, y la normativa dice lo que han hecho. No ha habido trato de favor y se ha aplicado la norma seamos quiénes seamos desde el artículo 52 bis y la sanción es económica para los partidos locales. Es decir, de aquí a final de temporada, si no pagamos la deuda contraída, perderemos todos los partidos locales 0-10 y, lógicamente, el equipo, en caso de salvarse con lo que puntúe fuera, no podrá inscribirse el próximo año si no ha pagado, por tanto desaparecerá. Pagar hay que pagar. Y estamos trabajando para que el partido del 9 de marzo, que jugamos como local, podamos jugarlo porque se ha pagado. Nos sabe muy mal por el Rocasa, que era nuestro próximo rival, pero la situación no se ha podido salvar de momento.
-¿Cuál es la cantidad que se adeuda al club y con cuánto podrían salvar lo que resta de temporada?
-Tenemos unos ingresos previstos entre patrocinadores privados y subvenciones públicas que rondan los cien mil euros para acabar la presente temporada y, al menos, poder empezar la próxima.