Las Guerreras, que llegaron a estar nueve goles abajo, pierden 23-25 ante las balcánicas y se complican el Europeo de balonmano. Están obligadas a ganar a Eslovenia
Finalizado el partido entre España y Serbia, le nombre del elogio, el de mejor jugadora del partido fue el de Marija Colic. Desde luego, la portera balcánica fue clave con quince intervenciones totales para acabar sosteniendo la victoria de su equipo. Y eso que a las Guerreras les costó despertar cuarenta minutos. Demasiado tiempo sin encontrarse, sin mostrar su sello de garra, empuje y calidad, y sin mostrar el balonmano que acostumbra. Y las serbias lo aprovecharon. Tanto que llegaron a tener una diferencia de más nueve goles a su favor en el minuto 35. No estuvieron afinadas las españolas prácticamente en nada. Pero rugieron en los últimos veinte minutos. Una defensa mucho más agresiva. Más velocidad. Mejores decisiones (y más rápidas) de ataque. Pero sobre todo solidaridad y sacrificio grupal. Imponente estuvo Shandy Cabral en las recuperaciones. La pena fue que el arreón de España dio para la máxima aquella de nadar para morir en la orilla con el 23-25 final.
El campeonato de Europa de balonmano femenino se complica para las de Jorge Dueñas. El siguiente paso es ganar sí o sí ante Eslovenia, pasando sin puntos a la siguiente fase. Ahí deberían ganar los tres partidos para poder meterse en semifinales. El negociado se ha complicado seriamente, pero las Guerreras pueden y deben reaccionar.
Escasas buenas noticias dejó sobre la pista España en el primer tiempo. Lo positivo fue que Serbia no se escapó al descanso pese al gris y espeso juego de las Guerreras. Una ventaja de tres goles (8-11) de las balcánicas fruto del aprovechamiento de pérdidas en ataque de las españolas —como ya sucedió ante Suecia—; unos primeros veinte minutos tirando a laxos, de menos nervio del habitual en defensa de las de Dueñas; y de las paradas que su portera, Colic, completó —siete intervenciones de 16 lanzamientos de España—.
Jugó mal el conjunto nacional en el primer acto. Más bien faltó fortaleza defensiva y buenas elecciones en el juego ofensivo. Pero ante todo se echó de menos ese carácter guerrero y concentrado que brindan habitualmente. Serbia aprovechó esa circunstancia. Y en esos puntos oscuros, más problemas: lesión de Marta Mangué camino del minuto veinte. Las balcánicas siempre fueron por delante a lo largo de un primer tiempo en que Radosavljevic hizo daño por el extremo izquierdo y Stoiljkovic por el centro.
España logró cerrar mejor en defensa en los últimos diez minutos previos al descanso, pero el problema persistió en ataque. Hubo un exceso de buscar tentativas por el centro y prácticamente no se explotaron los extremos. La férrea retaguardia serbia secó las ofensivas, que se mezclaron con las pérdidas no forzadas.
De la goleada al ímpetu por la remontada
Las sensaciones —malas— con las que el equipo se marchó al receso no mejoraron lo más mínimo en el arranque. De hecho, en el primer parcial Krpez Slezak destrozó a las Guerreras desde el extremo derecho serbio y un golpe obligó a salir de pista a Nerea Pena —pudo reingresar más tarde—. Las balcánicas se colocaban con un rotundo más nueve (9-18) en los primeros compases del segundo acto. una losa demasiado difícil de levantar, sobre todo porque la identidad de las españolas no aparecía por ninguna parte.
Logró frenar la sangría España. Secó el aluvión de goles de Serbia en el siguiente parcial. Pero sus oponentes mantenían una renta de más ocho. Pero las Guerreras acabaron por aparecer. Shandy Cabral fue clave en los veinte minutos que restaron en la recuperación y robo y en la disuasión. Férrea y veloz. Y Macarena Aguilar y Carmen Martín, dos de las veteranas en el equipo, asumieron responsabilidades en ataque. Arreón de las españolas para reducir la ventaja de sus rivales a cinco goles. Dragica Duric pidió tiempo muerto, pues las españolas habían despertado.
En adelante, España siguió con sus recuperaciones —las serbias llegaron a tener mayores índices de pérdidas en ataque—, atacando bien y buscando por los costados opciones. Por el centro, el problema siguió siendo las intervenciones de Colic entre palos. Inmensa la portera de Serbia, que fue, a la postre, la que acabó por sostener el triunfo de las suyas. La aportación de Judith Sans, Marta López, Nely Carla o Naiara Egozkue mantuvo la línea de remontada. Claro, se despertó tan tarde que faltó tiempo. Ese nadar para morir en la orilla se quedó en un 23-25 final, poniendo a España en una difícil situación en este Europeo.
Ficha técnica:
España (8+15): Silvia Navarro; Carmen Martín (6), Mireya González, Nerea Pena (1), Eli Chávez, Shandy Cabral (3), Naiara Egozkue (3); Darly Zoqbi, Marta Mangué (2), Lara González, Macarena Aguilar (3), Marta López (2), Nely Carla Alberto (1), Judith Sans (2), Ainhoa Hernández, Amaia González.
Serbia (11+14): Colic; Radosavljevic (4), Popo-Lazic (3), Kovacevic, Stoiljkovic (5), Krpez Slezak (6), Lavko (3); Liscevic (1), Dmitrovic (3), Petrovic, Obradovic, Nikolic, Georgijev, Trifunovic, Kolundzic, Risovic.
Goles cada cinco minutos: 2-3, 3-4, 5-7, 7-10, 7-11, 8-11 (descanso), 9-17, 11-19, 15-20, 16-21, 19-22, 23-25.
Árbitros: Karina Christiansen (DEN) y Line Hesseldal Hansen (DEN). Excluyeron a Mireya González, Macarena Aguilar, Eli Chávez por España, y a Kovacevic, Radosavljevic, Trifunovic por Serbia.

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