VELA OLÍMPICA – CLASE 470 | ENTREVISTA A LAS CAMPEONAS DEL MUNDO
Foto principal: María Muiña/RFEV
Silvia Mas y Patricia Cantero agarraron fuerte la medalla de oro en aguas portuguesas en el último campeonato del Mundo en clase 470. Una línea brillante más a su hoja de servicios como equipo en esa mezcla de sensaciones, emociones, competitividad máxima y experiencias que dejan los deportes náuticos, en los que la plasticidad y belleza es enorme, en los que la pericia de las regatistas va más allá de imponerse a las rivales en liza, sino que se entremezcla en eso mágico incluso que nace de la lucha con y contra el viento y el mar. La seguridad es que la dupla formada por la patrona catalana y la tripulante canaria dará muchas más alegrías en su relato en el deporte. En el horizonte próximo, se puede decir que son candidatas a morder el metal en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.
Silvia y Patricia, cercanas, enérgicas, optimistas siempre, atienden a Visibilitas.com en esta entrevista mientras siguen su preparación en las mismas aguas donde se proclamaron campeonas de Mundo. «Ahora mismo estamos juntas concentradas en Portugal, en el mismo sitio donde se hizo el Mundial y tenemos previsto estar un mes aquí preparándonos, sobre todo para el Europeo a final de mes. Después, no tenemos ciento por ciento decidido aún pero seguramente nos desplazaremos a Santander a entrenar allí donde está la base del Equipo Olímpico español y se supone que estaremos unos meses hasta que nos dejen viajar a Japón, que todavía no se sabe cuándo.
Un oro Mundial (ya hicieron plata en Aarhus 2018), logrado el pasado 13 de marzo de 2021, que llegó tras un año complicadísimo para todo el planeta con la pandemia global del coronavirus. Patricia Cantero recuerda el regreso tras el duro confinamiento, que significó en el mundo del deporte el aplazamiento de los Juegos: «Desde que pudimos volver al agua nos centramos mucho en intentar aprovechar la oportunidad que a buenas o a malas nos daba este año extra. Nos centramos en entrenar muchísimas horas y en intentar sacar partido de cada día para primero preparar el Mundial, que realmente ha sido la primera regata internacional importante que nos han permitido hacer. Y, además, también de cara a los Juegos que es el objetivo final. Es decir, entrenar, entrenar muchísimo para intentar aprovechar cada día para llegar lo mejor preparadas posible».
La regatista grancanaria añade que el Mundial, al ser la primera regata internacional que pudieron realizar «nos sirvió un poco para medirnos y ver después de ese parón y de tanto tiempo sin competir y medirnos con el resto de contrincantes, que al final son las mismas que vamos a tener en los Juegos. El resultado ha sido muy positivo y nos da motivación para seguir los cuatro meses que nos quedan entrenando mucho e intentar repetir medalla allí».
En el mundo de la náutica se apunta a la tripulación formada por Mas y Cantero como candidatas a medalla en Tokio 2020. Silvia considera que «todo es positivo. Realmente, que la gente piense eso o que hayamos tenido buenos resultados durante estos años, es algo positivo de que al menos demostramos que podemos estar ahí o que estamos ahí. Lo que todo el mundo sabe es el deporte es un pulso. Hay que seguir a tope estos cuatro últimos meses que quedan. Y que, al final, es una competición como otra más, pero siempre con las mejores del mundo y que ya veremos. Al final, es motivación para seguir trabajando y saber que vamos por el camino correcto».
En referencia a cómo hacen balance respecto al significado personal del aplazamiento de los Juegos a este próximo verano, Patricia Cantero argumenta: «Teníamos todo planeado para ir en 2020. Al final, los deportistas nos planificamos los años para tener el tipo de rendimiento que buscamos en cierto momento. El parón nos trastocó todo un poco y la incertidumbre fue muy grande. Incluso de pensar que igual se cancelaban. Entonces, al principio fue bastante duro y tuvimos nuestros bajones. Pero cuando nos sentamos y lo pensamos bien nos dimos cuenta de que nosotras ya nos sentíamos preparadas entonces para hacer un buen papel. Creo que ahora, con este año extra que hemos tenido, nos sentimos incluso más preparadas, porque al final hemos entrenado más, hemos aprovechado más el tiempo para mejorar. Como se dice, la práctica hace maestros. No somos maestras, ni mucho menos, pero intentamos ir con ánimo y lo damos todo en cada entrenamiento. Dentro de lo malo, a nosotras nos vino bien».
Trabajo; mucho trabajo. Currar incondicionalmente. Lucha y sacrificio. Es lo que suele estar detrás de esos momentos especialmente llamativos respecto al resultado en unos Juegos, Mundial, Europeos… ¿Cuánto hay detrás en el día a día? Silvia Mas reflexiona: «Justamente, pensando ahora, este Mundial fue la última posibilidad para el último país europeo a clasificar para los Juegos Olímpicos porque no van todos los países. Y ahí vimos cómo compañeras nuestras que habían estado entrenando con nosotras durante todos estos años, niñas de muy buen nivel que habían conseguido campeonatos internaciones y copas del mundo, cómo se quedaron fuera de esta selección del último país que quedaba. Fue como un choque de realidad entre ver los que habían conseguido la plaza, habían ganado el Mundial o los que se habían quedado fuera. A mí la verdad es que me dio mucho que pensar. Y ver cómo todo el trabajo que todos los deportistas hacen, no solo nosotras, porque al final todo el mundo está ahí empujando todos los días. En el caso de la vela, requiere estar las 24 horas. Nos vamos a concentraciones en sitios durante un mes, como mínimo. Todo el tema de las logísticas, los barcos para arriba para abajo. Al final, es un montón de esfuerzo que luego… todo el mundo está a tope y, sin embargo, no todo el mundo puede conseguirlo. Y la verdad es que fue un choque de decir cómo puede ser que gente tan buena luego no consigue el resultado. La verdad es que fue increíble».
En esa línea reflexiva, Patricia Cantero subraya que la vela «es un deporte un poco diferente. Es decir, según el sitio donde vayas a navegar tienes que ir con mucho tiempo de antelación al sitio de la competición, porque cada sitio es completamente diferente. Las condiciones del viento, la costa, el cómo afecta la corriente. Siempre hay que ir mucho antes. Y al final eso lo que hace es que seamos un poco nómadas. Nunca estamos en un mismo sitio y como nos dedicamos el 100% del tiempo a esto al final estás todo el año fuera de casa entrenando. Y, como dice Silvia, estás casi 24 horas. Entonces, no es solo el trabajo que haces en el agua. Nosotras solemos navegar unas cuatro o cinco horas, depende del día. A parte de eso, tienes el entrenamiento físico que tienes que hacer en tierra, más todo el análisis de vídeos con el entrenador. Y después, el trabajo de barco, ya que estos barcos tienen muchísimos sistemas y muchas cosas que siempre hay que ir tocando para que el barco esté a punto y que todo funcione bien. Entonces, al final, es como que vivimos en un mundo paralelo. Estamos en una concentración con nuestro equipo, nuestro entrenador, muy concentradas y con los focos en el entrenamiento y los objetivos. Y al final, tener resultados como en el Mundial, te hace sentirte orgullosa de todo el sacrificio que haces y todo el tiempo que inviertes para algo que, lógicamente, es nuestro estilo de vida. Y que la gente lo valore y nos tome como opción a medalla en los Juegos, para mí es un chute de motivación, para seguir trabajando y para demostrar que seguimos ahí y que todo el trabajo tiene su recompensa».
La regatista canaria también lamenta todas las compañeras que se han quedado fuera tras el trabajo de los últimos años con motivo del ciclo olímpico. «Yo hice la campaña anterior para Río y tampoco me clasifiqué y muchas de las chicas que entrenaban ahora con nosotros de otros países también estaban haciendo la campaña para Río conmigo y tampoco se clasificaron. Y ahora yo al menos lo he conseguido. Pero, veo que ellas no y que llevan ocho años de trabajo y no consiguen el objetivo final. No sé como lo afrontarán ellas mentalmente, pero seguramente será muy duro. También habrá que ver el lado positivo: las cosas que ganas por el camino, la gente que conoces, las experiencias. Al final, el deporte te da unos valores y te forma como persona y todo esto te ayuda después para tu vida».
Con el billete a Tokio 2020 en sus manos, ahora todavía deberán recibir información sobre cómo será el protocolo para participar en los Juegos, que serán totalmente diferentes a cualquiera de los conocidos por la pandemia de la Covid-2019. «Esto es un poco el tema que llevamos mirando estos días. Por ahora, no se sabe. Íbamos a ir a principios de julio. Si nosotras hubiéramos podido, en mayo estaríamos ahí ya. Pero, desde luego que no. Igual estos días dicen que tal vez existe una posibilidad a finales de junio. Pero bueno, realmente no se sabe. No nos han dicho todavía. Entonces, es muy poco tiempo para adaptarse a las condiciones al viento, el mar. Pero, por suerte, hemos pasado cuatro veranos. Tenemos muchos datos, todo lo que hemos podido coger. Por eso hemos estado yendo en las fechas que se iban a celebrar los Juegos. Justamente para eso: estudiar, estudiar y estudiar. Al final, el tema de acostumbrarse es complicado, pero realmente va a ser así para todos; entonces no podemos hacer nada. Ojalá que nos dejen ir antes. Pero no está muy bien el asunto».
¿Cómo son desde su perfil más personal cuando se toman un respiro del deporte?
«Te vas a reír, pero en mi caso, cuando tengo tiempo libre, lo que me gusta hacer es windsurf, kitesurf,…. Todo relacionado con el mar. También vengo de una isla y me he criado en el mar y es donde estoy más a gusto. Ahora el kitesurf ya no me lo tienen tan permitido porque es un poco peligroso y no quieren que me lesione justo antes de los Juegos. Pero sí que sigo haciendo windsurf o a veces hacemos surf. También me gusta mucho, así un poco en contraste, ir a la montaña, hacer un poco de trekking», cuenta Cantero, que se define » muy activa». «Hay veces que terminas un campeonato o un entrenamiento largo y estás reventada y lo único que quieres es irte a casa y no salir en una semana. Pues yo voy y a lo mejor me pego media mañana en casa y ya necesito salir. Eso de estar un día o dos días enteros encerrada viendo Netflix no lo llevo bien. Aunque hay veces que pienso que lo quiero y me pongo, pero no hay manera», explica siempre sonriente.
Por su parte, Mas revela que «a mí me encanta sobre todo estar con mis amigos, me lo paso superbién, ir a comer fuera, ir a sitios, estar todo el día en el agua, surfeando también, haciendo kitesurf y pescando. Parece una tontería, pero, en realidad, eso me encanta. Y también cualquier deporte: las motos, el esquí. Todo». Cantero refuerza la idea de la pesca: «Eso de pescar de Silvia lo corroboro (entre risas de ambas). Aquí en Vilamoura, en Portugal, que estábamos en medio confinamiento y estaban todos los restaurantes cerrados, por las tardes algunos días que terminábamos un poco pronto, se iba Silvia con el entrenador, Gustavo, con la lancha a pescar y nos traían pescadito fresco para la cena. Así que yo encantada».
Una y otra reflexionan sobre los aprendizajes, sobre valores y sobre situaciones vividas que se guardan con fuerza para siempre.
Patricia Cantero acude a un recuerdo próximo. Al poco de regresar al agua tras el confinamiento: «Llevábamos tres meses sin tocar el agua y sin hacer realmente ejercicio, porque hacíamos en casa lo que podíamos y no estábamos en forma como siempre. Fuimos al agua en Santander el segundo día y se metieron de repente como treinta nudos y olas de cuatro metros. Salimos al agua. De hecho, creo que tenemos algún video así saltando y yo yéndome al agua. Incluso, pasé un poco de miedo, porque recuerdo ese día ver a Silvia un poco con miedo y dudosa y yo soy la tripulante y dependo de ella. Entonces, claro, si veo a la que lleva el timón con un poco de miedo, yo ya me planteo que igual me mato aquí. Y recuerdo una ola en especial que íbamos contra ella y Silvia me agarró el pie asustada y pegamos un salto enorme que hasta el entrenador en la lancha casi se va al agua». «Yo la vi con la cabeza metida debajo del agua y pensé que iba a coger algún pez o algo», apunta Silvia entre risas.
Por su parte, Mas pone en valor como un buen momento el Mundial: «No tanto porque acaba de pasar, sino porque fue una semana para mí, personalmente, muy dura y tenía muchísima presión. No solo por la competición y todos los meses entrenando. El momento del final y ver que sí que ganábamos para mí fue como una explosión de emociones con mi compañera porque estábamos una semana superconectadas. Al final, somos dos, pero hay que ser una sola persona en el barco. Y es verdad eso que dicen de que las cosas, sean victorias o derrotas, compartidas es mucho mejor y hay muchos más sentimientos».