Por Marta Aranzana
Mejorar. Dar pasos hacia adelante. Trabajar. Luchar. Sumar en la transformación social. Creer y hacer por el cambio, por dar voz, por ayudar e impulsar. Kramt formula un mensaje potente, veraz, sano, transparente como marca a través del deporte. El proyecto viene de la mano de dos futbolistas como Paula Sancho, jugadora del Valencia CF, y de Paula Cubells, quien también formara como blanquinegra. Emprendedoras. Quieren poner al servicio de la sociedad, desde esos valores adquiridos a través del deporte, sus esfuerzos y planteamientos a través de la moda para subrayar ese mensaje brillante en pro de la visibilidad del deporte femenino, de las disciplinas minoritarias, de lo inclusivo, de velar también por el medio ambiente.
Paula Sancho y Paula Cubells, dos mujeres ligadas al mundo del fútbol, han dado un paso más allá de los terrenos de juego. Han fundado Kramt, una marca de ropa que no solo busca vestir y seguir modas, sino también transmitir valores y luchar contra la desigualdad. Este proyecto tiene un objetivo, “dar voz a la mujer deportista y a deportes humanitarios”.
Kramt no es solo una marca de ropa, es mucho más. Es historia personal y de superación, pero no solo de ellas, sino también de mujeres que han inspirado el deporte femenino y han cambiado, con mucho esfuerzo, el panorama deportivo. Kramt es moda para expresar todo lo que aquellas callan. Todo nace a raíz de esa idea porque ellas también han vivido momentos difíciles en el mundo deportivo y les hubiera gustado tener, como ellas dicen, “esa herramienta de conocer otras historias”.
El nombre Kramt nace tras la pérdida del hermano de Cubells, Mark, un apasionado por el arte. Con el nombre de la marca buscan “darle valor al tiempo y enseñar a la gente que las cosas cuestan y hay que aprovechar”, dicen. Su nombre inspiró la marca y las experiencias que llevan consigo también. Mark era un gran artista y ellas sabían que Kramt tenía que ir por ese camino. “La ropa y la moda es un canal de comunicación muy grande por lo que pensamos en algo muy artístico que expresa y diferencia los valores” dice Pauleta. Es por ello por lo que cada prenda de la colección cuenta una historia diferente, como la 261. Es el dorsal de Kathrine Switzer la primera mujer en correr y acabar los 42 kilómetros de la maratón de Boston de 1967 que, gracias a su ejemplo cinco años después, fueron admitidas las mujeres a este deporte. Este es solo un ejemplo de las otras historias que hay detrás y diferencian a aquel que lleve la prenda puesta.
El camino no ha sido fácil y así lo reflejan sus historias personales de vida. Paula Sancho agradece a todas aquellas mujeres que “han tenido que luchar para conseguirlo” porque gracias a ellas, ha tenido la suerte de jugar siempre sin dificultades y con grandes apoyos. Nunca siendo la única chica. Por lo contrario, Paula Cubells evitaba cualquier otro deporte que no fuera el fútbol hasta que su familia se dio cuenta de que era lo que realmente le apasionaba. “Lo que me pone la piel de gallina es el fútbol y es lo que he hecho toda la vida”, añade. Unidas por una única pasión, han querido dejar su huella en la sociedad y no solo como profesionales, porque lo son, sino también como ejecutoras del cambio.
Las adversidades las han hecho fuertes. Acostumbradas a reivindicar y conseguir lo que se proponen, “nos lanzamos a la piscina” con Kramt. Ellas no han estudiado nada relacionado con el emprendimiento de hecho, Sancho es graduada en Magisterio y Cubells está en el último curso del grado de Fisioterapia. Aun así, y “sin saber nada” decidieron hacerlo. Porque vale más luchar que rendirse. Con un gran apoyo de familiares y amigos y tras mucho estudio, Kramt vio la luz. “Optamos por contactar con gente, la otra socia de la empresa ha estudiado ADE (Administración y Dirección de Empresas) y nos ha ayudado a crear la marca desde cero”. Aseguran que “ha sido todo mucho más fácil” porque han contado con amigos que han querido participar tanto de modelos como diseñadores en Kramt. Aun así, “hay dificultades, han salido, hay y seguro que saldrán. Pero hemos aprendido desde pequeñas a lidiar con los problemas, a saber, gestionar todo en cuanto a horarios, organización, etc. Y eso nos ha ayudado a la hora de crear la empresa”.
Kramt va creciendo y pone su mirada al futuro en una próxima ampliación de la marca. No solo apuesta por un compromiso social sino también por el medio ambiente. Explican que tienen “próximos proyectos en mente” pues ahora solo poseen en venta un stock de cinco prendas, pero saben y quieren, que esto vaya a más. “Nos gustaría en siguientes colecciones hablar de inclusión social, de deporte paralímpico, deporte adaptado, deporte minoritario. Todo aquello que tenga falta de oportunidades” añade Cubells. Con ese beneficio les gustaría, a largo plazo, poder ayudar con cada colección a una causa, “destinar un porcentaje al cambio climático, limpiar playas o algo a lo que podamos contribuir. Ahora es imposible, pero progresivamente vamos hacia ello”.
Dar visibilidad es el eje central de la marca y por ello, también han lanzado a través de otra plataforma un Pódcast. Tratan temas de actualidad, reivindican la falta de oportunidades de hoy en día, la bajada a la realidad y poner los pies en la tierra. Lamentan que se haya idealizado la profesión del fútbol femenino como única fuente de ingresos. “Si piensas que a día de hoy puedes dedicarte solo al fútbol femenino, estás equivocada, ojalá” subraya Pauleta.
Está claro que aún queda mucho camino por recorrer, pero ellas ya han dado un paso. Quieren ayudar a que haya un cambio real y aprovechar todos los recursos que tienen en su mano para hacer bien las cosas. Luchar por todas aquellas que no pudieron y por las que vendrán. Kramt es solo un inicio de algo muy grande que paso a paso buscará hacerse un hueco en el mercado.
