La fusión es completa. Conjugado está el vínculo entre las jugadoras que integran la selección española de hockey hierba femenino y Adrian Lock, quien les reúne en cada concentración y cada torneo para afinar un viaje inolvidable para sus carreras el próximo verano. En Valencia, demostraron mayúsculamente el crecimiento (y el regreso al primer nivel) de España. Las puertas del ensueño se abrieron meses después desde Sudáfrica. La renuncia de este país certificó lo que las RedSticks se habían ganado sobre la pista azul de Valencia en la World League 3: estarán en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Lo olímpico ya es conocido para la capitana Rocío Ybarra, que apareció por primera vez en ese mágico escenario en Atenas 2004. Regresó luego. En Pekín 2008, estuvo junto a Georgina «Gigi» Oliva, María López de Eguilaz y Gloria Comerma. Un cuarteto clave en la selección de Lock. Serán las voces de la experiencia para ir preparando al resto de compañeras para Río 2016. La clave es presentar previamente lo excitante de unos primeros Juegos para que los esfuerzos y las atenciones se centren absolutamente en la competición.
Y el grupo, para quien tiene la oportunidad de verlo de cerca entrenar y competir, está preparado y en un progresivo crecimiento para guerrear sin duda alguna ante las selecciones más potentes del escenario mundial. Su ránking hoy seguramente no se corresponde a la realidad del potencial del combinado español. Desde que conociesen la noticia de que se había logrado el billete para los Juegos, ya han completado dos concentraciones en Valencia. La primera, además, les permitió concretar una ronda de cuatro partidos amistosos ante Irlanda. Feroces las españolas, el global se resolvió con tres victorias para las de Lock y una para las británicas.
Bélgica fue el siguiente rival. Una tanda de tres encuentros. Un empate para empezar. Un incontestable 5-0 en el siguiente duelo con una segunda parte espectacular, arrolladora, de las españolas. Y abrieron la puerta del mes de febrero con un 4-1. Estrenó el marcador Maider Altuna desviando un pase de Xantal Giné. Pero las belgas, con un tanto de Emma Puvrez, replicaron casi de inmediato. El empate en el marcador del primer cuarto lo rompieron en el segundo las hermanas Ybarra. Primero, Rocío. Luego, Lucía. Ya en el tercer cuarto, un penalti córner lanzado por Lola Riera y repelido por la portera belga lo recogió María López para completar el 4-1 del triunfo.
Este tercer partido tuvo un hecho especialmente destacable. Gigi Oliva alcanzó su partido número 150 con la camiseta de la selección española. La pivote de Matadepera (Barcelona) llegó muy joven al combinado absoluto. Andaba entonces camino de los 16 años. Sus cualidades eran innegables. Le venía de cuna. Su padre, Jordi, fue una de las grandes figuras del hockey hierba español, asistiendo a dos Juegos Olímpicos (Los Ángeles 1984 y Seúl 1988). Su hermana mayor también formó con el combinado nacional. De pequeña, en casa, jugaba con su hermano, Roc, teniendo como portería un piano. Él forma actualmente en la selección masculina. Gigi participó en su primeros Juegos con 18 años. Ahora, con 25, y una madurez deportiva potentísima, siendo una de las mejores jugadoras a nivel internacional, camina hacia sus segundos Juegos.

Las RedSticks tendrán unos días de descanso. Entretanto, la pista azul servirá para que la selección masculina también se ponga a punto después de su gira por Sudáfrica (permanecerán en la ciudad del Turia hasta el 8 de febrero), preparando, como sus compañeras, la cita olímpica. La selección de Fred Soyez vuelve a Valencia cuatro años después.
El próximo sábado regresan las jugadoras de Lock a la que es su «casa». Valencia se ha convertido en la gran lanzadera de éstas para ese gran viaje a Río. Asegurada existe otra concentración en junio en la pista azul del ya conocido campo Virgen del Carmen de Beteró. Sin embargo, no se descarta que antes todavía se configure un torneo para que España afine todavía más su preparación para los Juegos Olímpicos.
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