NATACIÓN | CAMPEONATOS DE EUROPA ROMA 2022
RFEN: Paula Otero, cuarta (16.18.27), y Ángela Martínez, sexta (16.22.37), se ‘colaron’ en la fiesta -emulando la mítica canción de Mecano- de la emperatriz Simona Quadarella, que amagó con el récord de Europa. Una actuación que abre de par en par las puertas del futuro de dos nadadoras (nacidas en 2004) que tienen un margen de mejora, por tiempo y capacidad, enorme.
«Estoy muy contenta por el cuarto puesto porque la verdad es que el podio ni lo comtemplaba. Hace un año, aquí en el Europeo júnior, hice 16.19 y ver esto ahora bajando marca y con las absolutas es increíble. Ha sido muy guay ver en esta final a dos italianas y a dos españolas. Somos las más pequeñas y estoy muy contenta de cómo han salido las cosas», explicó Paula Otero.
«Con el puesto, sexta, estoy muy contenta pero con el tiempo más bien un poco regular, la verdad. Ha sido una carrera bastante dura y se me hecho bastante larga, pero es lo que puedo decir. Ahora voy a intentar centrame en aguas abiertas y a ver si lo puedo hacer mejor que en piscina», consideró Ángela Martínez.
Además, el relevo mixto 4×100 libre fue octavo de Europa pero con récord de España de Luis Domínguez, Sergio de Celis, Lidón Muñoz y Carmen Weiler (3.27.52, el tope estaba fijado en 3.28.59).
Comenzó la tarde una Jessica Vall que nadaba nada menos que su quinta final consecutiva en los 200 metros braza. Salía por la calle 8 y mantuvo la posición al final, aunque estuvo muy en carrera en el primer hectómetro. Después de la temporada, este regalo que se ha hecho -con mucho esfuerzo también- sabe a dulce. Vamos a ver si hay una sexta porque con Jessica todo se puede esperar en este ciclo olímpico. Y quédese con un dato, apreciado lector, el oro de la suiza Mamie (2.23) vale menos que el actual récord de España de Jess de Londres 2016 (2.22). Pues eso.
Turno de Lidón Muñoz, que tenía una tarde apretada. La castellonense estaba en la calle 7 de la primera semifinal en busca de un complicado Top8 en los 50 libre. Había que intentarlo, aunque al final de la jornada tenía el relevo del 4×100 libre mixto. Mucha tela… No fue posible y queda como segunda reserva. Además, lo peleó en el relevo, que acabo octavo ya cayendo la noche.
Arbidel González puso el turbo en el 200 mariposa y se quedó a las puertas de su primera final europea absoluta con sus 1.57.42, que hubiera sido un gran éxito para un joven del 2002 que se quedó a 6 décimas del corte pero que quiere seguir creciendo. No pudo Joanllu Pons, al que le pesó la marca (16ª) de las eliminatorias de la mañana, pero por su historial merece todo el crédito.
Mientras, en los 200 mariposa femeninos, ni Alba Vázquez (2.15.27/11ª) ni Mireia Belmonte (2.15.47/14ª) en calles exteriores podían progresar a esta complicada final continental. Lo que comentamos de Pons vale obviamente para Mireia, que merece todo el reconocmiento a una increíble carrera deportiva porque ya estar aquí con sensaciones de competición era algo que parecía imposible cuando arrancó los entrenamientos en febrero, pero es Mireia Belmonte, la campeona olímpica de Río 2016, la que nunca da la espalda a los retos.
Para el final, lo mejor. Si el relevo nos dio un poco de titular con el récord de España, que no con el puesto (8º), Paula y Ángela nos dieron el gran titular natatorio porque alcanzaron el techo en el 1.500 ya que el podio estaba más que firmado a priori: Quadarella-ITA, Myhalyvari-HUN y Caramignoli-ITA, casi nada al aparato.