SANIDAD | ARTROSCOPIAS
Si Messi y usted se rompen un ligamento cruzado de la rodilla ambos recibirán exactamente la misma cirugía artroscópica y precisarán el mismo tiempo biológico para sanar esa lesión, pero la recuperación total será más corta para el deportista de élite por la rehabilitación y sus circunstancias personales.
Así se ha puesto de manifiesto en un encuentro informativo organizado por Efe y Quironsalud para abordar los últimos avances en artroscopia que, como ha explicado el presidente de la Sociedad Española de Artroscopia, Francesc Soler, es una técnica mínimamente invasiva que permite explorar el interior de una articulación y tratar lesiones mediante pequeñas incisiones por la que se introduce una fibra óptica y material quirúrgico.
Soler, quien ha indicado que con esta técnica la recuperación del paciente es muchísimo más rápida que con una cirugía abierta, ha resaltado que donde más veces aparece escrita la palabra artroscopia es en los periódicos deportivos, lo que constituye un arma de doble filo.
«Cuando al paciente le dices que tiene que someterse a una artroscopia con unos términos de recuperación, te pregunta si tardaría la mitad» si fuera cualquier deportista de élite, pero hay que explicarles que «no podemos comparar las necesidades, los requerimientos y el entorno de un deportista de alto nivel» y el de una persona normal, «cuyas condiciones físicas no son las mismas que un deportista que está 8 horas al día trabajando el cuerpo».
Los plazos para un deportista de élite «son una excepción condicionada por un entorno que requiere de estas necesidades» y, aunque la técnica artroscópica que pueda recibir cualquiera es absolutamente la misma, la diferencia está en la posterior rehabilitación y fisioterapia.
CURARSE LLEVA SU TIEMPO
Por su parte, el doctor Néstor Zurita, jefe de traumatología en Quirónsalud Elche y Gran Alacant y médico de la Real Federación Española de Natación, ha explicado que cuando se sutura un tendón del hombro, por ejemplo, «ese tendón tarda el tiempo que necesita en fijarse de nuevo al hueso», algo que es igual para cualquier persona y que no se puede variar aunque se practique una artroscopia en lugar de una cirugía abierta.
Lo que sí es cierto es que los tiempos totales de recuperación se acortan con la artroscopia porque no se daña ninguna estructura alrededor de la articulación, ya sea músculo o cápsula articular, lo que implica que, «una vez solucionado el problema biológico, la recuperación no afecta a esas estructuras independientes de la lesión que se ha tratado».
En cualquier caso, el coordinador de la Unidad de Cirugía de Mano y Miembro Superior del Hospital Quirónsalud Valencia y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Cirugía de Mano (SECMA), Vicente Carratalá, ha destacado que, si bien la propia condición física del deportista de élite es importante, también lo son los medios con los que cuenta, ya que «va a tener recursos que no están al alcance» de todo el mundo.
«El problema surge cuando, tras operar a una persona, la rehabilitación ideal debería empezar a las dos o tres semanas, dependiendo de lo que se haya reparado, pero a lo mejor empieza a los dos meses y medio, lo que va en contra de esa recuperación y del resultado final de esa cirugía», algo que no ocurre con el deportista de élite.
El jefe de servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Murcia, Diego Giménez, ha afirmado que «el mismo protocolo se va a seguir con un paciente deportista que con uno que no sea deportista»; la diferencia es que el deportista «va a tener unas instalaciones tremendas, 5 fisios, 8 preparadores deportivos…, etc, mientras que la persona que no es deportista de élite no tiene eso, pero tampoco lo necesita, necesita una fisioterapia normal para volver a una vida normal».
TRATAMIENTOS PERSONALIZADOS
«Hay mucha gente que hace mucho deporte pero esa gente no va a necesitar lo mismo que un deportista de élite», ha insistido Giménez, quien ha coincidido también en que los tiempos biológicos de recuperación son los mismos para todo el mundo y, si se rompe un ligamento cruzado de la rodilla, «el deportista de élite tampoco vuelve a jugar al fútbol hasta pasados seis meses».
Zurita ha indicado igualmente que está publicado que el efecto funcional en determinadas patologías es el mismo si se inmoviliza tres meses en cabestrillo o si se moviliza inmediatamente, pero en cualquier caso «a cada persona hay que aplicarle el tratamiento según sus circunstancias, y esas circunstancias no son solo médicas, también personales, de su entorno profesional y económico, de acceso a unos u otros tratamientos… Y obviamente si hablamos del deporte de élite tenemos que tener en cuenta toda la parafernalia que se genera en el entorno».
En su opinión, los tiempos van a depender del tipo de patología que tengas y, si bien es igual de importante recuperar al deportista de élite como a cualquier persona normal, «el fin es el mismo pero los medios son diferentes». «La medicina, que tiene su parte de ciencia y su parte de arte, nos permite individualizar cada tratamiento», ha afirmado.
Carratalá ha señalado además que, independientemente de que se sea deportista de alto nivel o no, «ni la rehabilitación es igual ni los plazos son iguales para cada persona. Hay quien necesita 5 meses y medio y hay quien necesita ocho, pero al final la técnica artroscópica va a ser la misma, aunque se aceleren o se frenen un poco algunas cosas».
EL ÉXITO DEL RESULTADO FINAL
Preguntados sobre qué porcentaje del éxito de un tratamiento depende del postoperatorio, todos los participantes en el encuentro coincidieron en afirmar que un 100%, ya que, como dijo el doctor Soler, «no hay una buena cirugía sin una buena rehabilitación y no habrá una buena rehabilitación sin una buena cirugía», mientras que Vicente Carratalá incluyó a la ecuación la necesidad de un paciente colaborador o motivado.
A su juicio, en el resultado final influye mucho la motivación del paciente: «puedes hacer una buena cirugía y tener un mal paciente… Es como un taburete con tres patas -cirugía, rehabilitación y paciente-, si falla una el taburete se cae».
Para Soler la cirugía, en la que el médico tiene el 100% de la responsabilidad, es solo parte del camino que debe recorrer el paciente en su tratamiento, pero hay otra parte que depende del paciente y donde influyen factores como el miedo al dolor o el tono muscular, por lo que ante una misma lesión «en diez pacientes podemos tener diez evoluciones diferentes».