La patinadora española Sara Hurtado relata cómo ha vivido el confinamiento por la pandemia global del coronavirus en Moscú, así como proyecta sus objetivos a futuro para cuando se reanuden la normalidad y las competiciones, en esta entrevista remitida por el área de comunicación del Comité Olímpico Español (COE).
-Sara y su compañero Kirill viven y entrenan en Moscú, donde se encuentran sus entrenadores y desarrollan la preparación para las competiciones ¿Cómo ha pasado el confinamiento en Rusia?
-Ha sido muy difícil vivir todo este tiempo lejos de familiares y amigos, porque te sientes un poco inútil al ver que no puedes hacer nada, porque estás lejos y porque estas confinada sola en tu casa. Además, las noticias que llegaban de España y de sitios muy cercanos a mi corazón eran devastadoras: ver cómo las pistas de hielo se convertían en morgues, yo creo que ha sido una de las noticias que ha tenido más impacto en mi persona y como deportista, porque ves de verdad la magnitud del virus y que ha arrasado con absolutamente todo, ha llegado y ha hecho que el mundo se desmoronase. Me he dado cuenta de la fragilidad del mundo en el que vivimos, de lo afortunada que soy pudiendo dedicarme a lo que me dedico y de tener a la gente que tengo a mi alrededor como equipo, gente que me ha brindado todo su apoyo no solo emocional, sino también físico. Tuve que pasar dos semanas confinada al volver a Moscú, porque aquí se hacía vida normal y a los extranjeros nos obligaban a hacer cuarentena. Mis compañeros se acercaban a casa, me hacían la compra… la soledad personal no me ha afectado tanto y eso es gracias a ellos.
-¿Cómo ha podido entrenar en casa?
He entrenado en casa como he podido, porque sin hielo y sin compañero mi disciplina pierde absolutamente todo. Hemos intentado, tanto Kirill como yo, mantener la forma física lo máximo posible con unas tablas que nos mandaba nuestro entrenador a diario con circuitos a seguir. He echado mucho en falta subirme a los patines y tocar el hielo, pero creo que nos hemos adaptado de la mejor manera posible y el impacto en nuestro cuerpo ha sido mínimo. El apoyo de Iberdrola mandándome una cinta de correr a casa, a Moscú, ha sido crucial, porque me ha permitido entrenar cosas que de otra manera no hubiera sido posible, poder hacer cardio e intervalos ha sido lo que me ha mantenido más lucida con el sentimiento de no estar perdiendo tanto. Se han adelantado a la necesidad, han estado acompañándome desde que se enteraron que estaba en aislamiento, me he sentido comprendida, apoyada y protegida. Sentir a alguien detrás ti que se preocupa por tu situación y que intenta que sea la mejor posible es un gesto que agradeceré siempre a Iberdrola. Este detalle me reafirma que está ahí no solo por la imagen que pueda conseguir por el patrocinio del deporte femenino o sus valores, sino que de verdad están involucrados en mejorar la situación de cada deportista individualmente para que haya una mejora en nuestro rendimiento y en nuestras condiciones. Cumplen una función vital para el deporte femenino hoy en día.
-Cuéntenos la historia de sus primeros patines.
-Cuando empecé a patinar, la familia Fernández-Ochoa tenía una tienda en la segunda planta de la pista de hielo de Majadahonda. Ahí vendían material de deportes de invierno, patines etc… Cuando mi hermano y yo nos decidimos por el patinaje más en serio, mis padres nos llevaron para comprarnos unos patines y fue Blanca Fernández-Ochoa la que nos vendió esos patines y la verdad es que es un recuerdo que me llevo para siempre y guardo en un sitio especial. En el momento, no me di cuenta de quién era, pero con el tiempo conocí sus grandes éxitos y a mí lo que me llegó de verdad fue su grandeza y humildad, que habiendo sido unos grandes campeones fueran tan cercanos conmigo.

-¿Echa de menos el hielo? ¿Había estado alguna vez tanto tiempo separada de tu pareja sobre el hielo, Kirill Khaliavin?
-Sí, muchísimo, nunca había estado tanto tiempo fuera de la pista, ni siquiera lesionada, desde los ocho años que llevo patinando nunca había pasado algo así; no ver a Kirill entre cuatro y ocho horas diarias se me hace muy raro. Luego veremos qué tal se nos da la vuelta al cole, pero seguro que lo voy a apreciar mucho más.
-La danza sobre hielo en España está adquiriendo un nivel importante en los últimos años en gran parte gracias a tu aportación (Sara y Kirill han sido la primera pareja española en conseguir una medalla en un Grand Prix) ¿Cómo es el sistema de clasificación para unos Juegos? ¿Habrá dos parejas españolas de danza en Pekín 2022?
-La danza española está demostrando grandes cosas. Ver cómo ha evolucionado la danza desde que empezamos Adri y yo la verdad es que me emociona y me hace mucha ilusión. La clasificación para los Juegos se hace en base al Mundial del año anterior, el objetivo es acabar entre los 10 primeros para conseguir que España tenga esa segunda plaza y poder hacer historia en Pekín 2022, por ello estamos luchando, si nos deja la covid-19, y trabajaremos muy duro porque, aunque es un objetivo muy ambicioso, top ten mundial, creo que las dos parejas que estamos peleando por ello tenemos la calidad para conseguirlo.
-Dos veces olímpica ¿Qué significa para usted ser miembro del Equipo Olímpico Español?
-Dos veces, quién lo diría… Para mí ha sido un sueño: formar parte del Equipo Olímpico Español es lo más a lo que puedes llegar. Yo me uno a ese equipo con muchísimo respeto y valoración de lo que supone, de lo que representas; llevas no solo tu nombre, sino una bandera, un país, un equipo humano increíble y una vida dedicada al deporte. Entrar en el estadio olímpico detrás de tu bandera, sabiendo que es fruto de tu esfuerzo diario, es una sensación indescriptible. Si a mi yo de 8 años le hubierais preguntado ¿quieres ser olímpica? La respuesta inmediata hubiera sido un sí.
-Pensando en Pekín 2022 ¿cuál sería un sueño por cumplir?
-¡Qué nervios! Un objetivo a cumplir… vaciarnos. Yo creo que es lo más honesto y verdadero que puedes hacer cuando llegas a una competición de ese calibre: el quedarte sin nada dentro, darlo todo, decir esto es lo que he venido a hacer y por lo que he trabajado tanto, no quedarte con la duda de que podrías haber estado un poquito mejor, que puedas luego volver a ese recuerdo de los dos programas y sentirlos de nuevo. Creo que el resultado irá de la mano de esa sensación de verdad y de presencia en el hielo. Soñando yo me veo ahí arriba, eso está claro.

-¿Cómo valora el apoyo del COE?
-Mi experiencia me da razones para confiar en el Comité Olímpico Español y, sobre todo, en Alejandro Blanco. Ha estado ahí en momentos cruciales de mi carrera y no ha dudado ni un momento en abrirme la puerta, escucharme y echarme una mano en lo que él pudiese, eso me ha dado la energía para seguir. Recuerdo cuando volví de Montreal, que estaba deshecha y no sabía lo qué iba a pasar con mi vida, él me atendió y sus palabras significaron un mundo para mí de esperanza, de energía, de apoyo… Muchas veces es lo único que necesitamos los deportistas, esa cercanía y que nos entiendan de esa manera. Me dio la energía para seguir luchando por dar mi máximo potencial como deportista y como persona. Siempre le voy a estar agradecida, para mí eso demuestra muchísimo de su calidad como persona, no está solo para aplaudirnos cuando ganamos medallas, sino también para darnos un abrazo y animarnos cuando estamos en nuestros momentos más difíciles. Aprovecho para mandarle un abrazo muy apretado desde lejos y agradecerle lo que ha hecho durante esta pandemia para que pudiéramos seguir entrenando con tranquilidad.