La madrileña admite que comienza a notar el ‘gusanillo’ de su primera presencia en unos Juegos Olímpicos. “Estamos preparados y cualquiera de los españoles puede lograr medalla”, afirma.
TAEKWONDO | JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024
Con 27 años recién cumplidos, y en plena madurez deportiva, Cecilia Castro (-67 kg) afrontará en París su primera experiencia en unos Juegos Olímpicos. Tras el oro europeo y el bronce mundial, la madrileña sueña con completar el trébol con una presea olímpica. La remontada para llegar a París y su experiencia competitiva le hacen sentirse muy optimista. “En los Juegos me voy a encontrar a las mejores, pero ya les he ganado a todas”, recuerda.
–Quedan pocos días para el torneo olímpico ¿cómo lleva esos nervios?
-Estoy centrada en la preparación, pero ya me noto algo más nerviosilla.
–¿Qué es mejor en estos momentos? ¿Mantener el nivel de entrenamientos o aflojar para evitar riesgos?
-La carga de trabajo ya la tenemos de todos estos meses, pero la intensidad la mantenemos, porque hay que intentar que cada entrenamiento se parezca a lo que nos espera en París. Además, a veces pasan cosas precisamente por bajar la intensidad.
–¿Qué no puede faltar en su maleta?
-Pues un libro de Julia Navarro que estoy leyendo y algún documental.
–¿Nada de series?
-Me encanta ‘Friends’. La verdad es que las series de ahora me tienen un poco saturadas, prefiero las de antes. Como por ejemplo Lina Morgan. Soy muy fan de ella. Sé de memoria sus obras, pero siempre me parto de risa con ella.
–¿Con quién le gustaría hacerse una foto en la Villa Olímpica?
-No soy mucho de pedir fotos ni de molestar, porque me imagino que las grandes estrellas estarán hartas. Pero me gustaría tener una con Rafa Nadal. Para mí ya es suficiente orgullo y buen recuerdo haber podido convivir con ellos en la Villa.
–Una vez en París, ¿prefiere aislarse de todo a la espera de la competición o salir a pasear para despejarse?
-Si es posible me gusta dar algún paseo, una vuelta. Y más en una ciudad como París, pero más que nada por desconectar y que me dé el aire. Pero tampoco demasiado lejos.
–¿Tiene algún ritual especial antes de cada competición?
-No diría un ritual, pero sí que me gusta manejar mis tiempos. Soy mucho de marcarme horas para las cosas. Dormir, relajarme… Llevar un orden. Todo eso me ayuda.
–El día de la competición, entre combate y combate, ¿prefiere seguir acumulando información sobre sus rivales o despejar la mente?
-Creo que hay tiempo para las dos cosas. No viene mal un repaso de lo que no has hecho bien para corregirlo ni recordar lo que te espera con la siguiente rival.
–Ya ha ganado medallas internacionales en todos los eventos importantes. ¿Qué espera de los Juegos?
-Creo que puede pasar cualquier cosa porque el nivel es alto y está todo muy igualado. En París van a estar las mejores. Las mismas que ya han estado en el Mundial y a las que me encuentro casi siempre en los grandes eventos internacionales. Ya les he ganado.
–¿Se atreve a dar un número de medallas para el taekwondo español en París?
-El equipo español es muy potente y los cuatro estamos a un buen nivel, pero hay una competencia enorme en todos los pesos. Pueden ser dos, tres o cuatro. Todo va a estar muy abierto y dependerá de detalles.
–Que los focos apunten a Adriana Cerezo como la gran candidata, ¿les quita un peso de encima a los demás?
-En mi caso, no. Le ayudaré en todo lo que le pueda hacer falta. Me alegraré con ella si gana y me entristeceré si no logra lo que espera. Pero yo tengo claro a lo que voy y mi objetivo.
–Su pareja, Javier Pérez, también participa en los Juegos. ¿Cómo llevan la convivencia en esos días de competición?
-Hemos viajado mucho juntos y ya estamos acostumbrados a esta situación. Sabemos cómo tratarnos y darnos nuestro espacio. A mí me ayuda estar cerca de los míos y me siento a gusto.
–¿Sufre mucho cuando le toca competir?
-Sí. Se sufre más por el otro que por uno mismo. Ese nivel de nervios a veces no me viene bien…
–Estos Juegos, en la silla, tendrá el apoyo directo de su entrenador de toda la vida, Christian Seijo, en lugar de un técnico de la federación. ¿Qué supone para usted este cambio?
-He tenido la suerte de estar con Brigitte Yagüe en las competiciones internacionales, pero no es lo mismo que estar con mi entrenador desde que tenía 9 años. Es la persona que me ha guiado y ha estado siempre conmigo. Tenerlo ahí ahora es algo que no había imaginado y supone un plus que espero que me ayude. Cuando me dijo que le habían propuesto estar en la silla, nos abrazamos. Estoy agradecida a la RFET y al COE por permitirlo. Al final, esto es deporte de alto nivel y se puede ganar o perder, pero estos detalles ayudan. La relación y el vínculo con él son diferentes.
–¿Tiene pensado hacer algo especial o cumplir alguna promesa si logra una medalla en los Juegos?
-Soy un poco atípica para estas cosas. No soy de modas, como, por ejemplo, tatuarse algo por un éxito. Soy de las que suelen hacer lo contrario de lo que se lleva. Más que un tatuaje o teñirme el pelo me motiva darlo todo, empaparme de la experiencia, disfrutar al máximo y dejarme la piel en el tapiz.
–Pase lo que pase en París, ¿se irán después de vacaciones?
-Sí, pero aún no sabemos dónde. Hemos mirado tres o cuatro sitios, pero nos da pereza. Nos iremos a algún sitio que no implique un gran viaje ni lío.