27 años de profesional, con 23 títulos de ‘Grand Slam’, a uno finalmente del récord histórico de la australiana Margaret Court
TENIS | PERFIL
Tina Turner interpretó como nadie el tema Simply the best, compuesto por Holly Knight y Mike Chapman. Precisamente, fue la canción que sonó en la pista Arthur Ashe, cuyas gradas estaban totalmente llenas, tras el partido de tercera ronda del US Open entre Serena Williams y la tenista australiana Ajla Tomljanovic. Cedió Williams después de más de tres horas de juego. Serena, una leyenda, la mejor tenista de todos los tiempos, escuchó la ovación, los vítores y ese tema Sencillamente, la mejor en la etapa de su vida paralela al fin a una trayectoria tenística mayúsculamente extraordinaria. Y lo suyo ha sido cosa de pasión, de lucha y de un tenis descomunal.
Serena Williams (Saginaw, Michigan, 26 de septiembre de 1981) conquistó su primer Abierto de Estados Unidos en 1999. Dejará su deporte con 41 años después de 27 como profesional. Y en el zurrón acumula 986 partidos jugados y un total de 73 títulos individuales. De ese total, su conquista en Grand Slams alcanza los 23 trofeos, quedando en la segunda posición histórica solo por detrás de la oceánica Margaret Court. Serena Williams deja detrás a nombres como Steffi Graf (22), Martina Navratilova (18) o Chris Evert (18), y también de Rafa Nadal (22), Novak Djokovic (21) y Roger Federer (20).
Serena nació en una pequeña localidad del estado de Michigan, Saginaw. Es la menor de las cinco hermanas Williams, si bien la relación más estrecha, abrazada como otra grande del tenis, es con Venus, sobre la que dijo que sin ella: «Serena Williams nunca hubiera sido Serena Williams».
Tenía cuatro años cuando su familia se mudó a Compton (California), donde comenzó su leyenda al calor del plan que su padre -Richard- y su madre -Oracene-. En un contexto de dificultades económicas, entre calles humildes, comenzó su formación tenística junto a Venus, entrenadas por su padre. Tenía nueve años cuando la familia se trasladó, dentro de las circunstancias sobrevenidas por ese plan para la explosión de las dos jugadoras, a West Palm Beach (Florida).
La primera en lograrlo, en saltar a la profesionalidad y dispararse hacia las más grandes del tenis, fue Venus. Serena alcanzó el circuito profesional en 1995 y en 1999 fue momento clave con su triunfo en el Abierto de Estados Unidos. Desde entonces, 27 años de trayectoria con ese botín de 23 Grand Slams con seis Abiertos estadounidenses, siete Wimbledon, siete abiertos de Australia y tres Roland Garros. Su palmarés es extensísimo y sumó cuatro otros olímpicos: en dobles en Sidney 2000, también en dobles en Pekín 2008 ante las españolas Anabel Medina y Vivi Ruano (plata), y doble oro en Londres 2012 con los metales del cuadro individual y de dobles.
«Hay muchas cosas por las que se me puede recordar. Por ejemplo la lucha. Soy una luchadora. Creo que he dado, y sigo dando, algo al tenis. Mi intensidad y obviamente la pasión, es una palabra muy bonita. He seguido pese a los altibajos. Estoy muy agradecida por estos momentos y por ser Serena», valoró tras ese partido ante Tomljanovic.
Ejemplar dentro y fuera de las pistas
Serena Williams se ha significado por su lucha contra la desigualdad, la condena del racismo y llevando ayuda humanitaria a África. También mostró contundencia al denunciar los problemas de la mujer negra en el sistema de salud estadounidense. Estando embarazada de ocho semanas ganó su octavo Open de Australia en 2017. Más tarde, en el parto sufrió una embolia. Volvió a las pistas ocho meses después de dar a luz con un traje de ‘cat woman’ para sobrellevar los coágulos de sangre. Su objetivo en los últimos años se proyectó hacia conseguir ese título 24 de Grand Slam y superar a Court. Alcanzó cuatro finales. Rozó el objetivo. En agosto de 2022 anunció que sería el último año, seguramente en el US Open acabaría su carrera, pero todavía dejó la puerta entreabierta a algún último intento en sus valoraciones en pista mientras sonaba ese Simply the best.
ENLACE EFE: Serena se jubila con una fortuna de 260 millones