«Si no creyera que soy capaz de lograrlo no habría dado el paso de seguir al
máximo nivel»
VELA OLÍMPICA
Las andaluzas Blanca Manchón y Pilar Lamadrid junto a
la madrileña Nicole Van Der Velden, son las tres integrantes del equipo
olímpico de la clase iQFoil Femenino, que la RFEV denomina como «preliminar» de cara a los JJ.OO de Paris 2024. Este equipo quedará definido en abril tras la celebración del Trofeo Princesa Sofía en Palma de Mallorca, evento que supondrá el final del periodo transitorio abierto tras el cierre de los Juegos de Tokio.
Este ciclo finalizará con el mundial o europeo de cada clase en 2022, el que
más tarde se sitúe en el calendario, dando inicio al Segundo Ciclo que se
desarrollará con las mismas pautas en 2023. Ese año se pondrán en juego las primeras plazas olímpicas de país durante el mundial de clases olímpicas de La Haya. El Tercer Ciclo finalizará con la última regata de selección para determinar la tripulación que nos representará en Paris 2024 en cada una de las clases para las que se haya obtenido plaza, dando paso al Cuarto Ciclo que se cerrará con los Juegos Olímpicos. En esta primera fase también está incluido el andaluz Fernando Lamadrid, hermano de Pilar, aspirante entre los hombres de la iQFoil.
Hablamos con Blanca Manchón, inmersa ya en la nueva campaña, una vez tomada la decisión de continuar al máximo nivel e intentar participar en los que serían sus terceros juegos tras Atenas 2004 y Tokio 2020. A su favor, la experiencia y todo lo que eso conlleva, en contra, el hecho de llevar menos tiempo navegando con la nueva clase que ha sustituido a la RS:X.
Preguntamos a Blanca cuáles han sido las razones para continuar en la vela
olímpica, «Lo primero que me ha hecho continuar es el hecho de que no quería dejar la competición profesional después de disfrutar unos juegos totalmente lesionada y sin haber dado lo mejor de mí. Después de tantos años estaba claro que ese no era mi final y menos así». Se refiere a la lesión en el pie que le provocó una maniobra fallida durante el mundial de Cádiz a las puertas de Tokio, y de la que como ella misma nos dice se encuentra completamente recuperada, «Lo estoy, después de casi ocho meses la lesión ha quedado atrás. Fue una lesión complicada con tres edemas óseos, distensión del ligamento de Lisfranc, y rotura de fibras en el abductor del dedo gordo, aún no me creo que pudiese competir en los Juegos, realmente fue un milagro gracias a la ayuda de Mari Carmen Vaz, y todo el cuerpo técnico de la Federación».
Concluimos que la sevillana se encuentra fuerte, «Si no lo pensara no
hubiera seguido, confío mucho en mí, sobre todo en mi cabeza y que después de todo lo que he pasado pueda tener otra oportunidad con otro reto totalmente distinto, es impresionante». Y por ser distinto le preguntamos qué nuevo esfuerzo requiere, «En primer lugar, físicamente cambia muchísimo respecto a la RS:X, aquí todo es explosivo y de fuerza, tendré que ganar peso y masa muscular. También la mentalidad cambia totalmente, hay que ser mucho más radical, agresivo, el miedo hay que controlarlo y superarlo. Esta nueva clase nos pone al límite y la que consiga aguantar más en ese límite seguramente es la que gane más mangas».
Consciente de ello, precisamente el cambio de clase ha sido otra de las
razones para seguir, «Eso me ha motivado bastante, a pesar de que era y es un reto para mi prepararme para París 2024 por la ventaja que me llevan la mayoría de las chicas y por ser un ciclo muy corto».
Pilar Lamadrid. Le preguntamos en qué punto se encuentra respecto a Pilar Lamadrid «Pilar lleva una buenísima temporada, ha entrenado muchísimo este 2020 por qué tenía claro que tenía que aprovechar al máximo ese año de transición. Ha hecho muy buen trabajo y ahora mismo está entre las mejores del mundo, para mí es un lujo ahora mismo poder entrenar con ella y con las otras chicas del equipo. Ahora mismo estoy aprendiendo y espero que en unos meses pueda estar a su mismo nivel, estoy trabajando a marchas a marchas forzadas para subir mi nivel De cara a mi objetivo que es el año que viene».
Para afrontar lo que tiene por delante cuenta con el mejor apoyo, «Toda mi
familia me ha animado muchísimo a continuar y están todos muy motivados también porque París se ve muy cerquita y a todo les hace mucha ilusión, y eso me lo han transmitido. Físicamente me encuentro muy bien y creo que terminar en París sería lo perfecto»
Pero aunque es muy importante el apoyo emocional, no es el único que se
necesita para afrontar una campaña olímpica, como ella misma nos dice, «Para un deporte minoritario como el nuestro y tan caro es fundamental tener un plus de patrocinio privado para la compra de material y los viajes que no te costee la Federación, también para tener un colchón por mínimo que sea por si surge algún problema como una lesión o un mal resultado. Yo ahora mismo cuento con el patrocinio de Hero España y Oysho, y hay uno que me hace muchísima ilusión que todavía no puedo desvelar pero que estará conmigo los próximos años».
Para quien pueda interesar unir su marca a una deportista de su talla, le
preguntamos qué está dispuesta a hacer para defender una firma, si es solo
una cuestión de imagen o se plantea realizar otro tipo de acciones, «Ahora
mismo el patrocinio privado de deportistas se basa en prestar tu imagen a una marca, casi siempre te identificas con ella así que es fácil incluirla en tu día a día y que la gente asocie tu estilo de vida a esa marca. También a través de mi agencia me salen acciones puntuales que ahora se llevan mucho en redes sociales, casi siempre acepto solo marcas que me representan o que considero que tienen los mismos valores que yo así es muchísimo más cómodo trabajar con ellos».
Por último, le preguntamos a Blanca si el paso que ha dado supone su
renuncia a tener un segundo hijo, «No, no, para mí no ha sido renunciar a
ser madre otra vez, simplemente he pensado que podía volver a serlo dentro de tres años, pero París sí o sí y va a ser en 2024 y ese tren no iba a volver a pasar, así que he decidido subirme».