El nuevo DPO, Asier Fernández de Bobadilla, no sabe por donde empezar, si por los cimientos o por el tejado
OPINIÓN
Los integrantes del Equipo Olímpico de los Juegos de Tokio 2020 están indignados y muy enfadados por el cese fulminante de Santi López Vázquez como Director de Preparación Olímpica y, además, por los lamentables y sectarios motivos que ha esgrimido Chimo González Devesa para cesarlo.
A pesar de que aún no se ha decidido qué equipo preolímpico intentará el asalto a París 2024, Javier Sanz, con la opacidad y el secretismo que le caracteriza, ha nombrado nuevamente a Asier Fernández de Bobadilla para que sea el máximo responsable de la selección olímpica.
El regatista vasco ya estuvo ocupando ese puesto en la época de la presidencia de Julia Casanueva y el propio Chimo González Devesa tuvo que cesarle ante el muy bajo rendimiento que estaban dando nuestros deportistas.
Ahora, el «clan de Baleares» lo ha vuelto a integrar en la Federación para que intente hacer un equipo con casi los mismos mimbres que el de Tokio, pero con diferentes configuraciones. Asier, que no conoce a los regatistas, va a incidir en las parejas mixtas que naveguen en París.
La Federación Española, fuera de todo pronóstico, cada día está peor. Más dictatorial, más sectaria y con menos participación en las opiniones de los deportistas. Se parapetan en una web obsoleta para dar comunicados a la prensa despreciando claramente a los medios de comunicación, así como en las Redes Sociales, y su presidente y vicepresidente siguen con las orejas agachadas nombrando a dedo los integrantes de los diferentes Comités y sin dar la cara.
Ni Gerardo Pombo hacía eso. ¿Esta es la Federación abierta que iba a ofrecer Javier Sanz cuando saliera presidente? Pues que sepa usted, señor Sanz, que no es la Federación que queremos los federados ni tampoco el equipo olímpico, que aunque asumen esa dictatorial decisión porque no tienen más remedio, no la comparten.
El equipo preolímpico no merece este trato tan dictatorial porque ha demostrado con creces que tienen mimbres para triunfar. Las medallas de Tokio demuestran que detrás había un gran trabajo realizado con muchas dificultades a causa de la pandemia, pero ni al señor Sanz ni al señor González Devesa le ha gustado esa actuación del equipo en los Juegos o, quizás, quieren que acceda al puesto su «amiguete».
Siguen vendiendo al Consejo Superior de Deportes los tranvías sin ruedas que siempre le han vendido y claro, en el CSD que no se enteran ni de la misa la mitad lo firman todo. El gran artista que le puso las cuentas en orden a Julia Casanueva cuando era vicepresidente económico de la Federación veremos como la deja cuando no tenga más remedio que marcharse.