¿Cómo se las va a arreglar Ada Colau para bajar el gran nivel de delincuencia que existe en estos momentos en Barcelona?
OPINIÓN
Que Barcelona es una de las sedes más ideales para albergar una regata como la Copa América, no lo duda nadie. Tiene prestigio, la ciudad seguro que se vuelca porque está de cara al mar, cuenta con un buen campo de regatas y muy buenas infraestructuras para que el mundo entero se acerque a ver a estos monocascos con alas, que levitan sobre el agua y alcanzan grandes velocidades. Por ponerle un «pero», sería que el campo de regatas está excesivamente abierto y con ciertos vientos se forman olas, que para estos barcos no sé si es lo ideal.
Hasta ahí todo muy bien y, además, es una gran oportunidad que tienen los dirigentes de Barcelona para hacer una limpieza de la ciudad como la que hizo en su día el alcalde de Atlanta durante los Juegos Olímpicos de 1996, que despejó la ciudad de indigentes y maleantes.
A nadie se le escapa que Barcelona es la ciudad europea con más delincuencia e inmigración ilegal patrocinado por el equipo de gobierno de la ciudad. Los robos, asaltos y reyertas están a la orden del día y esto es un punto muy oscuro que debe resolver alguien.
La Copa América atrae un público muy selectivo y de un poder adquisitivo muy grande. No en vano, durante la competición se cierran grandes negocios entre las empresas punteras del mundo. No sé muy bien qué habrá firmado Grant Dalton, el CEO del Team New Zealand, con el Gobierno Catalán, la Alcaldía de Barcelona y la Autoridad Portuaria, pero a buen seguro habrá varias cláusulas de seguridad.
El reto es si se van a cumplir esas cláusulas o si la Generalitat y el Ayuntamiento van a aprovechar la oportunidad para realizar uno de sus akelarres independentistas para hacerse notar en el mundo. ¡Cosas similares ya hemos visto!
Por mucho cordón policial que hagan, con la Policía Nacional y la Guardia Civil, por supuesto, para asegurar las instalaciones del puerto, no va a ser suficiente, ya que la oferta hotelera de Barcelona es muy grande y los alojamientos están muy diseminados por la ciudad.
En la Copa América de 2007 de Valencia, la seguridad fue extrema y eso que era una ciudad mucho más pequeña, sin cinturón añadido de inmigración y con un nivel bajo de delincuencia. Barcelona es dos veces Valencia y muy difícil de controlar.
También queda el aspecto económico. Los políticos se escudan en que sólo han tenido que avalar 75 millones de dólares, pero veremos cuando desembarque el «pirata» Dalton y comience a exigir infraestructuras necesarias para la competición y que en Barcelona no las hay. ¿De dónde va a salir ese dinero? Seguro que de los bolsillos del contribuyente español, porque Barcelona es España.