Estamos jugando con nuestro Equipo Olímpico a un año de los Juegos y nadie pone orden entre los regatistas que van a ir a París
OPINIÓN
Me da mucha pena ver como nuestros dirigentes de la vela cierran los ojos ante la barbaridad de que nuestros chicos del Equipo Preolímpico sigan enrolados en el Circuito Sail GP, los catamaranes F-50, de extrema peligrosidad donde puede ocurrir que alguno de ellos se lesione y merme su participación en los Juegos Olímpicos de París.
Recuerdo muy bien que en la época de Arturo Delgado e incluso en la de Fernando Bolín, ambos presidentes «prohibieron» a sus olímpicos navegar en barcos de crucero. Una medida muy criticada por los deportistas, pero muy acertada por parte de la cúpula directiva de la Federación.
A París, o mejor dicho, a Marsella, vamos a llevar un equipo olímpico mixto entre jóvenes promesas y jóvenes realizados. Es el caso de Jordi Xammar, patrón del 470, que parece que ha encontrado en Nora Brugman a la compañera ideal. Xammar ha tenido la suerte de que Sail GP haya prescindido de él en un acto sectario y caciquil de Russell Coutts. El catalán tiene muchas papeletas para ganar el oro en los Juegos, pero para ello tiene que dedicarse en cuerpo y alma a entrenarse los 365 días del año.
Si preguntamos a los dos mejores regatistas olímpicos de la historia de España, Theresa Zabell y Luis Doreste, ambos con dos medallas de oro, la respuesta es siempre la misma: trabajo y sacrificio.
Viví en primera persona la preparación del equipo olímpico que nos representó en Barcelona 92, y doy fe de que los siete días de la semana, los 30 días del mes y los 365 días del año, ninguno de ellos dejó de entrenarse. Cuatro horas diarias en el gimnasio de Sant Cugat y otras tantas en el agua del campo olímpico. Hiciera frío o calor, allí estaban. Resultado: las cinco medallas. Todo un hito para el olimpismo español. Turró, que era jefe del equipo, los mimaba con mano dura y ninguno se desmadró.
Lo de Diego Botín, que ha pasado a ser patrón del F-50 español de Sail GP ante la ausencia de Xammar, clama al cielo. Un lingote de oro en bruto que habría que limar lo están dejando en el almacén. Se creerá el señor Sanz, presidente de la Real Federación Española, que lo que hace nuestro patrón de 49er le beneficia. Claro que Sanz, que no es un hombre de la vela, que lo más que ha llegado a ser es directivo de entidades y ahora presidente, un poco en la sombra de la Federación, se fía a ojos cerrados de lo que le dicta Chimo González Devesa, este sí es un hombre de la vela, pero que no creo que esté capacitado para liderar ningún equipo deportivo.
Menos mal que Pilar Lamadrid, otra candidata firme a medalla, no se ha dejado embaucar por estos encantadores de serpientes que rigen uno de los circuitos más importantes del mundo, el Sail GP.