La atleta catalana concluyó en tercera posición pero la organización de la carrera la descalificó por soltar la cuerda guía antes de pasar por meta. Carmen Paredes finalizó en octava posición los 42 kilómetros de los Juegos
ATLETISMO | JUEGOS PARALÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por RAÚL COSÍN CAMACHO.- La participación paralímpica de Elena Congost (Castelldefels, Barcelona, 20/9/1987) se remonta a los Juegos de Atenas 2004. Por entonces, su competión se dio cuando despedía los 15 años y daba la bienvenida a los 16, tiernísima la edad de la deportista catalana, representante de la federación FEDC (Ciegos). Fue séptima en la final del 200 metros y semifinalista en el 100 en la cita griega. En Pekín 2008, no superó las semis del 800 pero fue sexta en la final del 1.500. Precisamente, en esa última distancia fue subcampeona paralímpica en Londres 2012. Su primera incursión en unos Juegos en la prueba de Maratón paralímpica (T12) fue en Río de Janeiro 2016 y lo hizo para ser oro, para ser campeona (3:01.43).
Elena Congost, que no participó en los Juegos de Tokio, madre de cuatro hijos (Arlet, de seis años, y Abril, de cuatro, le han acompañado a la Ciudad de la Luz mientras Ona, de tres años, y Lluc quedaron en casa con sus abuelos) regresó en París 2024 a unos Juegos y lo hizo para dar forma a una excelente carrera y conseguir pasar por meta en un tiempo de 3:00:48 junto a su guía Mia Carol Bruguera, quien llegó con ese punto de sufrimiento y sobre exigencia a meta, al tiempo impulsado por la propia Elena Congost. Era bronce. Otro metal paralímpico para deportista española, sumando además en París la presea 41 general para la delegación. Por cierto, por dos segundos, Congost rebajaba le récord paralímpico en maratón T12 de Misato Michishita, fijado en Tokio 2020, de 3:00:50. Pero la organización advirtió que poco antes de pasar por meta soltó la cuerda guía con Carol y fue descalificada.
«Me gustaría que todo el mundo sepa que no me han descalificado por hacer trampas, sino que me han descalificado por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo y es ayudar o aguantarlo»
«Estoy destrozada, la verdad, porque tenía la medalla. Estoy súper orgullosa de todo lo que he hecho y al final me descalifican porque a 10 metros de meta dejo ir la cuerda un segundo porque una persona a mi lado se va de morros al suelo y vuelvo a coger la cuerda y entramos a meta», lamentó la atleta.
«La siguiente atleta viene a tres minutos de mí, o sea, que ha sido un acto reflejo de cualquier humano el intentar aguantar a una persona que va a tu lado y se está cayendo. Cuando no hay ningún tipo de ayuda, ningún tipo de beneficio y cuando se ve claramente que yo me paro en seco por esta situación», relató en declaraciones a Almudena Rivera (Marca).
«Solo dicen que he soltado la cuerda un segundo y como la he soltado pues ya está, no hay vuelta atrás. No entiendo que nadie pueda razonar ni entender la situación, que no es por hacer trampa», añadió.
«Es triste porque además venía de estar sin beca y estar en la estacada y era uno de mis objetivos. Volver a conseguir beca y estar en el plan. Creo que he demostrado lo que podía hacer. Me gustaría que todo el mundo sepa que no me han descalificado por hacer trampas, sino que me han descalificado por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo y es ayudar o aguantarlo», subrayó.
Nuevo récord paralímpico
Este domingo, último día de los Juegos de París 2024, reservado para la prueba de maratón, en las distintas clases del programa, a las 11:18 horas la marroquí Fatima Ezzahra El Irissi deslumbró con una carrera brutal para ganar el oro y ser campeona, pero especialmente fijando el nuevo récord paralímpico (y récord del mundo) con un tiempo de 2:48:36. Pulverizó implacablemente lo que logró la japonesa Misato Michishita en los anteriores Juegos de Tokio con un tiempo de 3:00:50. Es decir, El Irissi rebajó en más de doce minutos el récord paralímpico. También rebajó aquella marca de la nipona Michisita la segunda clasificada, por tanto plata, la marroquí Meryem En-Nourhi con un tiempo de 2:58:18.
Lo dicho, tercera llegó la española Elena Congost, que presumiblemente subía al podio junto a las marroquíes, bajando también aquel récord paralímpico de la nipona. Además, la de Castelldefels posee sendas medallas mundialistas: una plata en el Maratón Doha de 2015 (3:02:50) y un bronce en la prueba de 1.500 en Lyon 2013.
Precisamente, Misato Michishita fue la cuarta clasificada en el asfalto de París, fijando un tiempo de 3:04:23. Sin embargo, la descalificación de la española le permitió la tercera plaza y la recogida del bronce en el podio. La quinta posición fue para la atleta china Shanshan He, que corría con categoría T11 y registró un tiempo de 3:08:11, que se significaba como récord del mundo en Maratón T11. No obstante, también fue descalificada. La sexta posición fue para la local Rosario Gangloff; la francesa llegó a caer al suelo a unos diez metros de la meta, pero con ayuda de su guía se reincorporó para cerrar esos últimos metros y sellar un 3:13:50. La brasileña Edneusa de Jesús finalizó en séptima posición con una marca de 3:17:40. La lituana Ausra Garunksnyte cerró la prueba en 3:18:41 para ser octava. Novena fue la sudafricana Louzanne Coetzee (T11), que pasó la meta en un tiempo de 3:25:53.
Por detrás llegó, décima, la española Carmen Paredes (T12), que paró el crono en 3:36:29 junto a su guía Lorenzo Sánchez. Paredes, tras la última referencia del kilómetro cuarenta, no cedió en absoluto, pero exhausta no bajó los brazos y tiró de coraje, la deportista de 61 años, se vació con lo que le quedaba entre correr y andar para completar la prueba, que lo hizo corriendo. En todo caso, las descalificaciones de Congost y He significó que acabar octava. Tercera participación para la atleta de Badajoz (1963), que tuvo su estreno paralímpico en los Juegos de Río de Janeiro 2016, en los que fue semifinalista de 1.500 metros y la prueba de Maratón no pudo finalizarla. En Tokio volvió a competir en esas pruebas, cayendo en primera ronda en el mediofondo y siendo novena en el Maratón (3:37:44). París lo enfocó la distancia de los 42 kilómetros.