Como auténticas guerreras, las chicas de la selección femenina de baloncesto se han metido por méritos propios en una final olímpica. Detrás de esta heroica lucha, se encuentra la historia de esfuerzo, entrega y pundonor de doce jugadoras que han hecho del baloncesto su medio de vida.
Historias que en la mayoría de ocasiones se acompañan de arduas luchas contra los ‘elementos’. Las condiciones económicas que las obligan a vivir lejos de España, el poco reconocimiento mediático y social o los escasos recursos con los que conviven, hacen que este logro cobre un valor aún mayor si cabe.
Por eso hoy nos encontramos ante un día para la historia no sólo por lo que han logrado, llegando a una histórica final olímpica, sino por el esfuerzo y el trabajo que ha costado llegar hasta ella. Ellas lo saben y las que hemos sido partícipes en algún capítulo de esta historia del baloncesto femenino español también.
Necesitamos que este éxito cale y perdure en la sociedad para que estas jugadoras sean noticia no sólo durante estos días. Las niñas de este país merecen unos referentes a los que mirar y admirar. Y estas doce guerreras son el mejor ejemplo. Marta Xargay dice en una entrevista para La Vanguardia que su ídolo y al que admiraba de pequeña era Navarro. ¡Y está bien! Pero ojalá que un día las niñas digan que sus ídolos, a quienes quieren parecerse, son Xargay, Torrens, Domínguez, Palau, Cruz, Nicholls, Pascua, Gil, Ndour… Y tantas, tantas que están por venir.
En estos Juegos Olímpicos de Río, todas y cada una de ellas han sido capaces de aportar lo mejor de sí mismas en favor del equipo, llegando a convertirse en un equipo sólido tanto en defensa como en ataque, incluso tras el revés con la lesión de Sancho Little. Todas han sabido aceptar y readaptar su papel. Y todas ellas lo han interpretado con la mejor versión de ellas mismas. Y hoy el baloncesto femenino español por fin está donde se merece: en un pódium olímpico.
La WÑBA se ha instalado arriba. Ya son años encadenando éxitos consecutivos. Y el relevo de estas guerreras está más que asegurado. Las jugadoras más jóvenes, verano tras verano, están en los primeros puestos de los campeonatos europeos y mundiales. Colegios, clubes, federaciones, técnicos trabajan con determinación para que esto sea así. Pero necesitamos más apoyo para que esta medalla olímpica no sea solo flor de un día.
Al igual que los amantes del deporte, la sociedad debe entender y valorar cómo se consiguen los éxitos deportivos y que lo más apasionante es el camino que se recorre para llegar a ellos. Si no, que se lo pregunten a estas jugadoras de la selección, que seguro que ahora mismo no cambiarían sus vidas por nada.
Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo en estos Juegos Olímpicos: a técnicos y jugadoras, pase lo que pase hoy, ya sois todos de oro.
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