Las Guerreras, desconocidas defensivamente muchos minutos, caen ante Rumanía (24-11) y se juegan el pase ante a las africanas
La fuerza de la selección española de balonmano femenino nace en la defensa. La garra, el coraje, la intensidad y solvencia tienen su génesis en una buena retaguardia. En eso, en las paradas de Silvia Navarro, claro, en los contragolpes voraces y en lo incisivas en lo ofensivo. Pero la clave está en la fortificación defensiva. Y eso, este viernes, lo perdieron durante muchos minutos ante Rumanía. Faltó mucho de esa marcada identidad. Y, aunque acabaron despertando, metiéndose en el partido y saliendo del efecto narcotizante del juego mortecino de las rumanas, la portera Ungureanu y los goles de Neagu (9) acabaron sosteniendo el triunfo (24-21) de Rumanía. El pase a cuartos de los Juegos Olímpicos no se concretó y la emoción de ello queda para el próximo partido ante Angola.
Del mal, el menos al finalizar el primer tiempo. España nace desde la defensa, desde lo granítico de su juego de retaguardia, fortificando su portería para minimizar al equipo oponente. Y requiere mucha intensidad, concentración y contundencia por momentos. Pero a las Guerreras les faltó bastante de todo ello durante la primera media hora de partido ante Rumanía. Un combinado que, por cierto, se le viene atragantando a las españolas en los últimos años y que llevó la iniciativa siempre.
Camino de los diez primeros minutos, Jorge Dueñas pidió un tiempo muerto. Necesario. Y en su alocución exigió a sus jugadoras que hiciesen lo que habitualmente hacen: competir con intensidad. Muchas grietas dejaron para que las rumanas, que hicieron circular bien la pelota, encontrasen vías de tiro hacia Silvia Navarro, que aunque tuvo sus notables intervenciones, no estuvo tampoco como en anteriores partidos. Ungureanu, compañera de Carmen Martín en el CSM Bucarest, andó cien entre sus palos.
La parada técnica pareció que despertaba a las españolas. La espesura, que también era ofensiva, rebajó y consiguieron igualar (8-8) camino ya de los veinte minutos. Fue un espejismo. Rumanía siguió a lo suyo. Y especialmente acertadas e incisivas estuvieron Neagu (5 goles al descanso) y Geiger (4). Dueñas probó con Lara González de avanzado. Corrieron los minutos hasta el final del primer tiempo y el negociado, dentro de lo gris del juego nacional, acabó relativamente bien con un 13-11 para Rumanía.
Recuperación de la identidad
Las rumanas reanudaron el partido marcando el ritmo que quisieron. Aplicaron un juego mortecino, que empalagó a las españolas. Vizitiu, que se midió a las Guerreras junior en el pasado Mundial universitario, que ganó España, anotó primero y luego Neagu aparecía entre los pases de Rumanía para mandar misiles. Tres dianas seguidas. España seguía atascada, laxa en defensa y sin argumentos en ataque, encajando un parcial de 4-0 en seis minutos (17-11).
Se consumieron 37 minutos de partido para que la selección española despertara. Y lo hizo de lo lindo. Los tantos de Eli Chávez en estático, Eli Pinedo a la contra y Nerea Pena con un lanzamiento feroz metían a las Guerreras en el partido (17-14). Y aparecieron rotundas. El equipo sacó el músculo, la intensidad y la concentración precisos para fortificar su área. La remontada nació desde la defensa. Desde el cierre de filas del conjunto y las paradas de una Silvia Navarro, en su línea. Y a Rumanía le percutió contrariamente ese ritmo lento de juego que no cambiaba. Camino del minuto 45, un bloqueo de Lara González que habilitó la contra de Carmen Martín y la finalización de Eli pinedo, y una diana de Cabral al contragolpe llevaban al empate (18-18).
Progresó España hacia un parcial de 1-8. Esa sí era la selección. Las sensaciones eran las que le identifican. A Rumanía la sostuvieron lo suficiente la portera Ungureanu y Neagu. La primera firmó paradas revitalizantes para las suyas en el tramo final. La segunda anotó los goles necesarios para que el partido no se les escapara. Algunas impresiones españolas en los últimos instantes y las dos protagonistas rumanas, llevaron al resultado final de 24-21 para Rumanía. España no pudo certificar el pase a cuartos y se jugará ese botín ante Angola.
Ficha técnica:
Rumanía: Ungureanu; Vizitiu (1), Manea, Bradeanu (2), Perianu (2), Neagu (9, 2p) y Ardean Elisei -equipo inicial- Munteanu (ps), Szucs, Geiger (5), Buceschi (2), Hotea, Chintoan (1) y Chiper (2).
España: Silvia Navarro; Carmen Martín (4), Mangué (2), Pena (4, 1p), Cabral (4, 1p), Eli Pinedo (2) y Eli Chávez (2) -equipo inicial- Zoqbi (ps), Marta López, Nely Carla Alberto, Macarena Aguilar, Lara González (1), Elorza (1) y Egozkue (1).
Goles cada cinco minutos: 2-3, 6-4, 7-6, 10-9, 12-10 y 13-11 (Descanso) 16-11, 18-14, 18-18, 19-19, 20-20 y 24-21.
Árbitros: Bonaventura y Bonaventura (FRA). Excluyeron por dos minutos a Vizitiu y Neagu por Rumanía; y a Lara González por España.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la cuarta jornada del grupo A del torneo femenino de balonmano de los Juegos Olímpicos de Río 2016 disputado en el Arena do Futuro.