Carmen Jordá mantiene el sueño que agarró cuando empezó a correr en karts con diez años. Con 26, firmó por la escudería Lotus Team de Fórmula Uno como piloto de desarrollo. Una temporada de aprendizaje y mucho trabajo en simulador y en las probaturas del bólido sobre el asfalto. Pero obviamente le faltaba la chispa de la competición. Sentarse en la máquina, tomar los mandos y acelerar como ha hecho durante más de media vida en diferentes categorías del automovilismo. No se desvincula de la F-1, pero tendrá opciones de correr en 2016.
La alicantina (Alcoy, 28/5/1988) será piloto de desarrollo con Renault en su regreso a la parrilla. El caso es que Jordá tendrá esta temporada la oportunidad de competir en el programa de la escudería, presumiblemente, para la Fórmul E. «Lo bueno de este año es que Renault me va a poner en una categoría para correr, que es lo que quiero, porque al final los pilotos necesitamos esa chispa. Está bien el simulador, pero hace falta un poco más», explicó Jordá este miércoles en Francia.
Lo suyo con las cuatro ruedas le viene de cuna. Su padre, José Miguel, fue piloto. Ella tenía diez años cuando se inició en el karting. A los doce, ya sabía que era eso de subirse a un podio. Desde entonces ha sido un continuo progresar, viviendo momentos brillantes y otros más grises, que le ayudaron a madurar.
Jordá empezó en el karting con diez años y ya lleva 17 progresando en diferentes categorías del automovilismo
Carmen alcanzó la Fórmula 3 con el Campos Racing, de Adrián Campos; se lanzó más tarde la aventura de las «Firestone Indy Lights», experimentando los óvalos estadounidenses -una etapa, alejada de todo, que fue especialmente difícil, pero que le sirvió para crecer interiormente-; y regresó al escenario europeo para correr en las GP3 Series antes de hacer su sueño realidad de tener un asiento en la F-1 con Lotus como piloto de desarrollo como ahora seguirá siendo con Renault, pero compaginando la competición regular en otra categoría.
El automovilismo es su gran pasión. La auténtica, la real. Por momentos lo compaginó con su carrera de Marketing y con trabajos como modelo. Pero lo suyo son las cuatro ruedas, los motores, el olor a combustible. Reflexionaba sobre el automovilismo en una entrevista en Abc que «me ha dado mucho crecimiento profesional y, sobre todo, personal. He madurado en muchos aspectos. Pero ante todo me ha permitido estar en lo que es mi pasión», subrayando que en su formación vital le ha permitido pulir «la determinación y la capacidad de sacrificio que hay que tener en el deporte».
Carmen siempre se ha mostrado como un defensora del papel de la mujer en el deporte, significando la capacidad de las deportistas para destacar en cualquier disciplina. Defiende la creación de una competición únicamente para pilotos femeninas. Cuestión sobre la que en alguna ocasión se ha referido Bernie Ecclestone como una buena opción -para éste sobretodo de negocio-, pero que hasta la fecha no ha fructificado.