Nunca ha dejado de vaciarse en cada entrenamiento o en cada competición. Al máximo. Siempre luchando. Apretando los dientes y ganando metros a toda velocidad en la piscina, siendo una experta espaldista. Casi un cuarto de siglo nadando y, de ese tiempo, quince años en la selección absoluta de natación, acumulando medallas y éxitos, pero también pasando por momentos más grises cuando una lesión aparecía para frenar, puntualmente, una carrera significada por la garra, el trabajo duro incondicional y el amor por su deporte. Merche Peris Minguet (Valencia, 5/1/1985) considera que no será fácil lograr la mínima para Río, pero subraya a esta publicación que «lo voy a luchar hasta el último metro». Vivió la experiencia olímpica en Pekín 2008. Ahora otea los Juegos brasileños, que serían el broche de oro en un año en el que dirá adiós a la natación de alto nivel.
A un palmarés rotundo y trufado de medallas, sumó recientemente otro oro en los 50 espalda en Luxemburgo. Todo tiene un significado y un fondo para cada momento de una carrera: «Diría que ha sido como corroborar que vamos por el buen camino -su entrenador es Bart Kizierowski-. Estamos en un época muy complicada, dándole muy duro en los entrenamientos, que están siendo muy exigentes. Competir bien ahora es difícil. Luxemburgo ha supuesto una inyección de motivación, porque ves que aunque estés cansada puedes competir. También es cierto que se podría haber hecho mejor. Pero estoy muy contenta».
La nadadora valenciana, de 31 años, explica respecto a las sensaciones con las que se encuentra en este momento de su carrera que «ahora mismo me encuentro fuerte. Hace tiempo que no me sentía así. La mínima de los Juegos es muy difícil, pero nunca ha sido fácil y lo voy a luchar hasta el último momento. Todavía queda trabajo por hacer y me siento bien y motivada».
Alcanzada la etapa final de una carrera deportiva, cuando todavía existe un cosquilleo en el estómago por ese nervio competitivo que hace de los deportistas veraces gente de otra pasta, es fundamental tener claridad respecto a la forma de afrontar la búsqueda de los objetivos. La clave, seguramente, está en la cabeza. Asegura Merche que para este periodo decisivo de su recorrido «estoy intentando disfrutar, porque sé que son mis últimos meses como nadadora profesional. Lo que me he propuesto es disfrutar cada día y me he vuelto a ilusionar con la idea de poder ir a los Juegos. Lo veo como más claro y estoy con una idea muy positiva y me está ayudando mucho».
En la planificación de la búsqueda de la mínima para Río hay pocas oportunidades de competición. Próximamente acudirá a una cita regional para pulir esos detalles que no se pueden trabajar en los entrenamientos. En dos meses llegará el Open de Sabadell y allí se enfrentará a la gran oportunidad para lograr la mínima que le lleve a Río. «Ahora mismo sólo me queda una cosa que es trabajar, trabajar y trabajar como hecho toda la vida. No queda nada. Quedan dos meses para intentar ir a los Juegos», cuenta la nadadora, que también podría tener una posibilidad si alcanza el campeonato de Europa que habrá antes de la cita olímpica.
Me he propuesto disfrutar cada día porque son los últimos meses como nadadora profesional
La situación de crisis, de hecho, ya lleva muchos años dificultando las posibilidades de los deportistas españoles por contar con pruebas en cantidad y calidad como para abordar sus retos: «Cada vez hay menos de todo. Menos dinero para concentraciones. No hay para nada. Y es triste ver cómo en otros países los deportistas están repartidos por todo el mundo entrenando con ilusión y motivación. Es esencial este año incentivar y motivar a los deportistas. Aquí ahora no hay dinero para nada». Sucede en la natación como en el atletismo y tantas otras disciplinas tocadas duramente por los recortes y la huida de los patrocinadores.
Peris lleva tatuados en la parte posterior del cuello los aros olímpicos. Un homenaje a su participación en Pekín 2008. Aquel sueño alcanzado, que lucha por repetir en Río de Janeiro. «Sé que no va a ser lo mismo. Han pasado mil años (sonríe). Pero tengo grabado a fuego en la mente el momento en el acabaron los Juegos de Pekín y regresaba para España y me dije: «Yo esto lo tengo que volver a vivir». Y esa ilusión que tuve en ese momento la vuelvo a tener ahora. También está la motivación de que pensando que me voy a retirar quiero hacer esto, lucharlo hasta el final. Quiero retirarme allí. Es como un reto grande, que sé que es complicado, pero que me está ayudando para superar todos estos durísimos entrenamientos», relata la espaldista, que fue campeona de Europa en esa especialidad en 50 metros en Debrecen 2012.
Después de un larga y exitosa carrera, asistir a Río tendría un significado especial para la valenciana: «Un logro sería. Uno de los grandes éxitos de mi carrera. Ya tengo una edad. He pasado un par de años difíciles y conseguir ir a los Juegos sería el volver a resurgir y decir aquí estoy yo y aquí he estado siempre. Sería algo para mí».
Efectivamente, sobretodo con problemas de espalda, ha pasado dificultades en los dos últimos años. Esas situaciones que a uno pueden hacerle replantearse todo. Pero de ese tiempo advierte que «de las cosas malas me olvido muy rápido. Lo único que me guardo es la capacidad de superación que puede llegar a tener una persona. El tener esa garra y resurgir y pensar que esto no puede conmigo, que soy más fuerte que todo esto, que puedo y voy a hacerlo. Es muy importante esto en el deporte, pero en todo en la vida. Pasar una situación complicada y salir reforzado de ella».
Está ilusionada con esas sensaciones que disfruta ahora y que le hacen pensar en Río, en que es posible. Pero en todo caso nada hacia el final de su carrera: «No digo que no vaya a seguir nadando a nivel nacional, porque nunca se sabe y no sé que va a pasar. Pero sí, mi idea es retirarme y seguir mi camino en otro ámbito y seguir disfrutando de la vida, del deporte y de todo. Llevo 24 años nadando y quince en la selección absoluta de natación y es más que suficiente. Llega un momento en el que tu cuerpo y tu mente te lo piden y necesitas hacer otra cosa. Cada vez me da un poco más de pena, porque lo estoy viviendo tan bonito todo que me está dando muchísima pena dar el paso, pero creo ha llegado el momento para decir adiós a la natación de alto nivel».
Se siente una «privilegiada» por lo que ha vivido y asegura que «jamás me voy a quejar de lo que me ha pasado en mi carrera deportiva». De hecho, destaca que «he estado 24 años y siento que se me han pasado muy rápido. Pero lo he disfrutado y lo he vivido. Gracias a Dios he conseguido casi todo o todo lo que me he propuesto». Con o sin Río, para Merche será un año especial pues contraerá matrimonio con el también nadador Alan Cabello.
De los momentos difíciles me guardo la capacidad de superación que puede llegar a tener una persona
«No me gusta perder ni a las canicas y me fastidiará si no hago la mínima. Pero va a ser un año muy especial y así lo estoy viviendo. Ir a unos Juegos o incluso luchar por ir a unos no lo puede vivir cualquiera. No sería el objetivo cumplido, pero si no voy no será por no esforzarme, por no darlo todo y lucharlo hasta el último metro. Veo cosas que me impulsan como la gente que ves que está y que reconoce tu trabajo, que también es importante; o el hecho de ver cuando voy a una piscina y me animan no tiene precio».
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