La almeriense anotó cuatro goles para el conjunto rumano en la final ante el Gyor de Ambros Martín, que se resolvió en los penaltis
«Todo el mundo nos ve como las novatas; y lo somos. Pero a veces dan la sorpresa. También es cierto que dentro de mi equipo hay muchas jugadoras que no es la primera vez que llegamos a una final de la Champions. Tenemos componentes que de hecho la han ganado, que han hecho platas, bronces,… somos un equipo nuevo, pero hay gente con experiencia». Subrayaba esto Carmen Martín en una entrevista en este portal días antes del arranque de la «Final Four» de la Champions de balonmano femenino. Y se cumplió la advertencia de la extremo derecho española. Su equipo, el CSM Bucarest, se adjudicó la Copa de Europa ante el Gyor, dirigido por Ambros Martín.
Y el asunto estuvo apretadísimo. De hecho, se decidió en la tanda de penaltis tras finalizar los primeros sesenta minutos con un resultado de empate a 22, luego ampliado a tablas a 25. El resultado, con un 4-1 en los penaltis, dejó un 29-26 para el conjunto rumano. Cincuenta y dos años después el balonmano femenino rumano volvió a conquistar una Copa de Europa —los precedentes fueron para Stiinta Bucarest (1961) y Rapid Bucarest (1964)—.
El equipo de Carmen Martín, con once extranjeras y siete rumanas, levantó la primera Champions de su historia al vencer en la tanda de penaltis al Gyor húngaro. Carmen Martín ya había sido finalista de la Champions, pero como para su club actual, con el que ya tiene renovado su contrato para la próxima campaña, era la primera ocasión en la que se adjudicaba el título de la máxima competición continental por clubes. La «Guerrera» firmó cuatro goles durante la final.
Fue una final decibélica la que se celebró en el Papp Laszlo Sporthall de Budapest ante más de 10.000 espectadores que vibraron con un espectáculo apasionante. El partido se inició con un precioso face to face escandinavo entre la playmaker sueca Isabelle Gullden y la pivote noruega Heidi Loke, que acabó liderando en la anotación la sueca con 15 goles de 19 lanzamientos por los 8 de 13 de la noruega.
Lo que se vio sobre la vista fueron dos entramados defensivos muy potentes —más abierto el magiar con la holandesa Ivette Broch más avanzada—, con dos guardametas fenomenales —la noruega del Gyor, Kari Aalvik Grimsbo, y la croata del Bucarest, Jelena Grubisic— sensacionales, y con un ritmo de encuentro vertiginoso.
Goles espectaculares, emoción sin límites y un final imprevisible presidieron la finalísima. Görbicz anotó el que parecía definitivo 22-21, pero la sueca Tortensson anotó in extremis el 22 iguales que forzaba el tiempo extra. En la prórroga, las de Ambros tomaron la iniciativa con 22-24 al concluir el primer periodo. En el segundo, Groot anotó de cadera el 23-25, Manea recortó el 24-25 y un penalti cometido sobre Carmen Martín lo anotó Gullden para forzar los penaltis, en los que dos detenciones de la brasileña Mayssa Pessoa proclamaron campeón a un Bucarest inmaculado en los siete metros.
Ficha técnica:
CSM Bucarest: Pessoa, Grubisic, Iordache; Gullden (15), Curea, Rodrigues (2), Jorgensen, Vărzaru (1), Bazaliu, Brădeanu (1), Torstensson (3), Nan, Vetkova, Carmen Martín (4), Manea (3), Fisker.
Gyor: Grimsbo, Kiss; Knedlikova (1), Alstad, Loke (8), Hudak, Harsfalvi, Gorbicz (1), Kovacsics (3), Sulland (3), Lakatos, Amorim (5), Orban, Groot (4), Broch (1), Toth.