La holandesa Anna van der Breggen conquistó el oro olímpico de ciclismo femenino en ruta imponiéndose en la llegada de Copacabana al estilo del belga Greg Avermaet, imponiéndose claramente al esprint a dos compañeras de escapada y ayudada también por la caída de la corredora que lideraba la carrera a unos 10 kilómetros de meta. Asimismo aprovecharon la ventaja que les dio la carrera la sueca Emma Johansson y a la italiana Elisa Longo, segunda y tercera en la línea de meta, oro y plata. Mucho más lejos, en el puesto 47, llegó la única española participante, Ane Santesteban, a 11:32 de la vencedora.
Esta vez no fueron el italiano Vincenzo Nibali y el colombiano Sergio Henao los que se fueron por los suelos en la peligrosísima bajada de Vista Chinesa, el puerto decisivo de la prueba, sino la holandesa Annemiek van Leuten, que había dejado cortada en la bajada a la estadounidense Mara Abbott, cuarta al final y la otra gran damnificada de la caída. Abbott, que había seleccionado el grupo de las mejores en la durísima subida al Alto de las Canoas, la primera mitad de Vista Chinesa, iba unos metros por detrás de Van Leuten cuando se cayó de forma muy aparatosa.
La holandesa dio con el asfalto, y con algo más, en la misma zona en la que enterraron sus opciones Nibali y Henao, y también Richie Porte en una vuelta anterior.
De haberse juntado las dos tras la bajada, quizás los cerca de 40 segundos que tenían de ventaja sobre el trío perseguidor, el que se repartió las medallas, hubiesen sido oro y plata. Abbott, sola ante el peligro, aguantó bien los primeros kilómetros hacia Copacabana, pero con el desgaste fue cediendo terreno y fue cazada a pocos metros de meta, justo cuando Van der Breggen, Johansson y Longo lanzaban el esprint para el reparto de preseas, en el que el triunfo de la holandesa fue tan incontestable como la segunda plaza de la sueca.
Se movió la carrera desde el principio, con la escapada de la belga Kopecky. Después salieron varias corredores haciendo puente con el pelotón. Entre ellas, una alemana (Worrak), una italiana (Bronzini) y una holandesa (Van Dijk). Más tarde llegó una estadounidense (Armstroing) y ello obligó a trabajar por detrás a Gran Bretaña, Australia y Sudáfrica.
Y también para seleccionar el gran grupo. Se quedaron 23 corredoras por delante que parecieron entenderse, pero llegó una veintena por detrás y se produjo el reagrupamiento. Atacó la francesa Cordon, pero apenas le duró 7 kilómetros la aventura. Un nuevo corte de siete corredoras por delante al que quiso sumarse Santesteban dentro de un trío perseguidor, animó la entrada en el circuito Canoas, como también un intento después de la francesa Audrey Cordon.
Pero todo quedó para la parte final y decisiva de la carrera, para la dura subida a Canoas y la peligrosa bajada de Vista Chinesa, principio y fin del puerto a 14 kilómetros de meta, el punto decisivo. En él las mejores fueron Van Leuten y Abbott, pero las que se repartieron las medallas fueron Van der Breggen, oro, Johansson, plata, y Longo, bronce.
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