El conjunto español, como sucedió con las gimnastas individuales Berezina y Bautista, no consiguió pasar a la final de los Juegos Olímpicos de París
GIMNASIA RÍTMICA | JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por RAÚL COSÍN (ENVIADO ESPECIAL A PARÍS).- Había una idea, no tanto en clave de ensoñación, sino como una realidad posible, en cuanto a lo que tanto el conjunto de gimnasia rítmica como las gimnastas individuales podían alcanzar en los Juegos Olímpicos de París 2024. El argumentario para estar en las finales lo avalaban todo lo trabajado con miles de repeticiones durante la incontable cantidad de entrenamientos y horas de disciplina y compromiso a lo largo del ciclo, y, lógicamente, las competiciones afrontadas en Mundiales, Europeos, Copas del Mundo, citas internacionales en las que poder medirse y calibrar opciones con rivales por estar en esas finales. Esas competiciones además, especialmente en el último año y medio, se habían redondeado con metales.
Toda una familia la que se había formado entre el equipo técnico con la seleccionadora Alejandra Quereda, con Ana María Pelaz, entrenadora del conjunto, y Marta Linares, responsable de los ejercicios individuales, junto a las deportistas, las protagonistas de esto: Inés Bergua, Ana Arnau, Mireia Martínez, Salma Solaun y Patricia Pérez, en el caso del conjunto, y Polina Berezina y Alba Bautista en el caso de las individuales. La construcción de que aquello que inicialmente fue una idea, una voluntad, una necesidad de ‘ponerse manos a la obra’, se tornó clara realidad. Los resultados de unas y las otras lo avalan. El redondeo final ya estuvo en el Mundial de Valencia en agosto de 2023 y en el posterior recorrido con competiciones internacionales hacia los Juegos.
Y llegó el momento. Llegó el día: primero, este pasado jueves con el concurso individual clasificatorio, luego, este mismo viernes, con las rotaciones clasificatorias del conjunto. Trabajo hecho. Momento de entrar en el tapiz en el Arena Porte de La Chapelle y lucharse el objetivo. Y lucharlo no hay duda que lo hicieron. El asunto es que, desgraciadamente, las cosas no salieron. Fallos suficientes para que las finales se esfumasen. Ya sucedió el jueves con Polina Berezina y Alba Bautista. Pero también le sucedió este viernes al conjunto. No salió. Pero se levantarán más fuertes. Tiempo al tiempo.
En la primera rotación, con la música titulada Me miras pero no me ves/Woman/ Desengaño y Pasión (Solea por bulerias), hubo pérdida de aparato y el resbalón de una gimnasta en el ejercicio de cinco aros, de lo que el conjunto español (Inés Bergua, Ana Arnau, Mireia Martínez, Salma Solaun y Patricia Pérez) es subcampeón mundial. La nota inicial de 30,100. España reclamó y finalmente fue de 30,400. Undécimas y solo un objetivo: ir a por todas en el siguiente y minimizar el error. La rotación en el mixto de pelota y cinta, con la música de Imagine/Les’t Ride, y una performance de Pentatonix, mostró problemas con las cintas, una salida de aparato, que supuso una resta de 0,30. Hubo reclamación en cuanto a la dificultad. La nota fue de 30,000 para un total de 60,400, quedando fuera de la final en décima posición de los catorce países participantes.
A la final accedieron: Bulgaria, Italia, Ucrania, Francia, República Popular China, Israel, Uzbekistán, Azerbayán y Brasil.
Reflexión, aprendizaje y a seguir adelante
Rotas las gimnastas, con lágrimas en los ojos, no tuvieron fuerzas de trasladar sus emociones. Fue la seleccionadora quien atendió en zona mixta para valorar en suma lo sucedido con el conjunto y con las gimnastas individuales. La tesis, en todo caso, clara: tener su momento para pasar el trago, reflexionar, hacer autocrítica, aprovechar la experiencia y agarrar el aprendizaje y ponerse a trabajar para el recorrido hacia Los Ángeles.
«Tengo pocas palabras en este momento. Me pregunto qué es lo que ha pasado. Todavía no lo hemos asimilado. La preparación y el recorrido hasta llegar aquí ha sido muy bueno. Y el trabajo previo en los tapices de calentamiento estaba siendo bueno, según lo previsto. Quizás fruto de los nervios, no han salido las cosas en el momento. Hemos tenido la oportunidad con el segundo ejercicio y el pase a la final estaba en nuestras manos. Simplemente había que hacer un buen ejercicio sin grandes errores. Y hemos tenido un fallo importante que nos ha dejado sin opciones», explicó entre lágrimas la seleccionadora, Alejandra Quereda.
En referencia a si la magnitud de lo que significan los Juegos Olímpicos pudiera haber multiplicado los nervios o restado a la serenidad del conjunto para el momento de la competición, comentó que «tenemos un equipo joven aunque con expriencia y muchos éxitos a sus espaldas pese a su corto recorrido juntas. Tanto física como mentalmente estaban preparadas para hacerlo aquí. Por supuesto con nervios, pero con ganas de enseñar todo el trabajo. Pero no es más que otras veces. Realmente, en el Mundial es lo mismo, en el Europeo es lo mismo, y las cosas han salido de otra forma. El deporte es así. Hoy nos toca vivir la cara amarga, digerir esto, asimilarlo, superarlo y seguir trabajando por nuevos objetivos».
«En el primer ejercicio, ambas notas de dificultad no nos han parecido acordes a lo que hemos ejecutado en el tapiz. Siempre suele pasar que cuando las cosas no salen y hay fallos es más difícil también para la juez detectar lo que está bien hecho y lo que no. Nos han cambiado la nota, y nos han subido la nota de dificultad de aparato, que para mí estaba un poquito más cerca de lo que se ajustaba a la realidad; la de dificultad corporal no la han subido, tendré que analizar el vídeo. Pero sí pienso que llevando un 11.10 de partida como llevábamos, la nota de 7.5 de dificultad corporal, habiendo tenido un solo fallo en ese apartado ha sido bastante dura. Tendremos que revisar toda la competición en vídeo. La realidad es que si no estamos es porque nuestro trabajo no ha salido. Veníamos aquí a cumplir el objetivo de hacer cuatro ejercicios buenos, nos hemos quedado en dos, y no hemos hecho ni uno ni otro, de modo que nos queda seguir hacia adelante, apoyar al equipo, las chicas ahora van a tener que superar este bache, pero seguro que lo superaremos y seguiremos para adelante con más fuerza», continuó Quereda.
«Estoy segura de que al final con esto las chicas, que son unas luchadoras, querrán seguir adelante, querrán seguir consiguiendo cosas, seguir trabajando juntas por y para el deporte español, y seguiremos trabajando para estar en Los Ángeles 2028, para estar en esa final y luchar por estar en lo más alto, que es lo que siempre hemos querido», puso en valor. En efecto, se trata de un equipo con claras opciones de seguir esa construcción, fortalecerla y aprovechar lo experimentado para algo grande en Los Ángeles.
«Estoy satisfecha de la preparación que se ha llevado a cabo. Estamos orgullosas de las chicas, de todo el equipo técnico, de cómo ha trabajado, de cómo hemos unido fuerzas y hemos conseguido muchísimas medallas en cuestión de una año de trabajo. Pero primero hay que parar, asimilar todo esto y pensar en el futuro», comentó la seleccionadora.
«Si estas chicas nos llevan a otros Juegos Olímpicos, que esperemos que sí, esta experiencia les habrá curtido muchísimo, ya sabrán lo que es, que las cosas a veces no salen como uno quiere, y habrá que seguir preparándose. No cambiaría la preparación porque considero que estaba y estoy segura de que este aprendizaje nos servirá para mucho, no solo para los Juegos Olímpicos sino para cada una de las competiciones que tenemos que afrontar hasta entonces», concluyó.