Las españolas superan 2-4 a Canadá en la final con goles de Segú, Ycart, Riera y Cano
Las RedSticks tienen una ligazón especial con Valencia. Es origen y centro neurálgico de su reconstrucción. Desde 2013 vienen dibujando una línea ascendente mayúscula e incuestionable. Creciendo siempre desde entonces a fuerza de trabajo y compromiso. España disfruta sobre el campo azul de Beteró a pocos metros del tono marítimo del Mediterráneo. Y volvió a escuchar el ‘We are the champions’ de Queen este jueves y a alzar los brazos en forma de victoria. La selección española absoluta femenino de hockey hierba se impuso 2-4 a Canadá en la final de las Hockey Series, sabiéndose además con un billete para el próximo Preolímpico.
Qué bonito (y qué difícil) cuando un equipo se proyecta con automatismos (casi) perfectos, tan bien afinados que en apariencia fluyen sin asperezas en el juego. Cuestión de trabajo, trabajo y más trabajo. El currar duro y sin condiciones de toda la vida. Y eso España, la selección nacional de Adrian Lock, lo tiene muy asimilado. Y en cuanto a las fórmulas de leer y actuar en los partidos, igual manejan la bola, buscan la salida desde la defensa, pivotando todo desde el brillo de Gigi Oliva (elegida mejor jugadora del torneo), y progresan en transición con calidad, que le inyectan velocidad y profundizan feroces por los costados. Y eso que tenían un rival duro como las norteamericanas.
Repletas las gradas del campo azul valenciano, Canadá y España aplicaron intensidad y ambiciones por alzarse victoriosas en la final de las Hockey Series. Dos modelos, dos filosofías de juego, enfrentadas en sana competitividad. Se sabían ambas selecciones ya clasificadas para el Preolímpico rumbo a Tokio 2020, pero, lógicamente, querían resolver el torneo de Valencia con ese gesto de satisfacción cuando el deportista alza los brazos victoriosos.
Y fueron las RedSticks las que se adelantaron a los siete minutos tras una acción que resolvió Marta Segú. La cosa fue que cuatro minuto más tarde las canadienses lograron empatar de nuevo el encuentro al aprovechar la segunda oportunidad generada desde el penalti córner por mediación de Sara McManus. Progresó el juego, mandando España en dominio e intención, pero con las norteamericanas replicando con peligro en contragolpes. A tres minutos de finalizar el primer cuarto, Clara Ycart puso el 1-2 desde el penalti córner.
La propuesta de unas y otras no cambió en el siguiente cuarto. Y fueron las canadienses quienes igualaron de nuevo materializando una acción con el golpeo de Brie Stairs. Pero España replicó con un gol de Lola Riera con su especialidad desde el penalti córner. Ese 2-3 se mantuvo en el marcador hasta completarse el segundo parcial, pero en el transcurso destacables fueron sendas intervenciones de María Ángeles Ruiz, metiendo primero el guante para parar un penalti córner y, luego, para despejar un remate canadiense.
Reanudado el partido tras el receso de diez minutos, regresó el juego al campo azul del polideportivo Virgen del Carmen Beteró y España quiso mandar desde el arranque del tercer cuarto, quiso ser protagonista, y empezó por ampliar la ventaja respecto a las siempre aguerridas canadienses. El empuje iniciático forzó un penalti córner y en la estrategia planteada nació el gol con la firma de Carmen Cano (2-4). Ya no hubo más dianas en ese parcial, pero sí continuó el impulso español, que obligó a varias paradas de Mbande, mientras las norteamericanas solo replicaron con un par de aproximaciones sin trascendencia final.
Canadá afrontó el comienzo del último cuarto con mucho nervio, que no nervios, y una vocación ofensiva clara, procurando encerrar a España en su sector de campo y cerca de la portería de María Ángeles Ruiz. Hasta tres penalti córner acumularon en los primeros minutos sin consecuencias en el marcador. España no debía hacer concesiones ni relajarse lo más mínimo, si bien es cierto que el cansancio podía ser más acusado al acumular un partido más durante el torneo que las canadienses. El juego fue progresando. Los minutos se consumían como las fuerzas, pero no el empeño de unas y otras. Pudo resolver el quinto España cuando Canadá apostó por jugar sin portera, pero ese negociado finalizó 2-4 y con los brazos triunfales de las españoles apuntando al cielo de Valencia.