JUDO | ENTREVISTA | CAMPONA DE EUROPA SUB’23
Ayumi Leiva saltó al tatami en un combate decisivo en Pila, Polonia. La hispano-cubana de 22 años se enfrentaba a su primer europeo sub’23 en la categoría de -52 kg. Su técnica, perfeccionada tras meses de entrenamiento junto a su entrenadora Laura Gómez, era impecable. La confianza se respiraba en cada movimiento y, frente a ella, una rival de gran envergadura. Sin embargo, Ayumi parecía tener una claridad absoluta en cada ataque y defensa. El cronómetro marcaba los últimos segundos cuando ejecutó su último movimiento magistral, que aseguró su medalla de oro tras derrotar a una de las favoritas en la final.
“Me sentí muy bien, tenía todo muy claro: el trabajo que habíamos hecho, los objetivos y cada paso que debía dar. Mi entrenadora, Laura Gómez, fue un pilar fundamental. Estuvo conmigo en todo momento, analizándolo todo en cada combate. Me decía exactamente qué hacer, cómo adaptarme a cada rival, cómo encontrar los puntos débiles para derribarla. Seguimos la estrategia al pie de la letra. Al final, pensaba que me iba a costar un poco más, pero fue mejor de lo que pensaba.”
El camino de Ayumi hacia el oro europeo ha sido el resultado de un crecimiento constante para alcanzar la cima. Desde conseguir el bronce en el Grand Slam de Astaná hasta obtener la plata en el Grand Prix de Portugal, solo era cuestión de tiempo para que la judoca consiguiera la preciada medalla dorada. “He perdido la final del Grand Prix, pero me ha quedado un sabor muy bueno, un sabor de oro al saber que lo di todo.”
Nacida en La Habana, Cuba, la relación de Ayumi con el judo comenzó casi por casualidad. A los ocho años se inscribió en unas clases en su barrio, pensando que simplemente era un juego. Sin embargo, su talento natural rápidamente cautivó la atención de los entrenadores, quienes vieron en ella un gran potencial. “Recuerdo que sobresalía por encima de los demás niños y que aprendía todo muy rápido, y aunque al principio no me fascinaba tanto, fui creciendo y, a raíz de que ganaba los combates, no quise desapuntarme. Poco a poco me fue gustando, los entrenadores veían cosas buenas en mí, que podía llegar a ser grande. Así que continué hasta que entré al equipo nacional con 18 años.”
Este talento innato para el judo la llevó a destacar y alcanzar importantes logros en su país natal, consolidándose como una atleta con gran potencial. Sin embargo, su camino hacia el éxito no ha sido sencillo. Ayumi tuvo que enfrentar numerosos desafíos, incluidos conflictos con el equipo nacional que obstaculizaban su progreso. Estas dificultades no solo frenaron su desarrollo deportivo, sino que también le generaron un profundo agotamiento físico y mental. La presión y las tensiones acumuladas terminaron por alejarla temporalmente del deporte, apagando la pasión y las ganas de seguir avanzando en el judo. “En el equipo nacional estuve dos años y de verdad que no me sentía bien. Los profesores me maltrataban psicológicamente, me humillaban, arruinaban a las niñas verbalmente. Si te enseñaban una técnica, te gritaban. Un día me cansé y le dije a mi madre que dejaría el judo o me iría del país.”
Las circunstancias de Ayumi la obligaron a dejar su país, familia y amigos para buscar el éxito y continuar con su proceso en el judo en un lugar donde pudiera estar alejada de maltratos y abusos. En agosto de 2022, la judoca se mudó a España, aprovechando una escala en Madrid de la delegación cubana que se dirigía al clasificatorio panamericano Junior de Cali, Colombia. Durante esa escala, Ayumi y otra compañera se escaparon de su equipo y pidieron asilo político a la Cruz Roja del Aeropuerto Adolfo Suárez Barajas de Madrid. “Recuerdo que me puse muy nerviosa, porque ya no había vuelta atrás. Sabía que tenía que seguir adelante sí o sí. Me dio mucho miedo pensar en cuándo volvería a ver a mi madre, cuánto tiempo estaría lejos sin poder verla. Empecé a imaginarme muchas cosas malas. Pero bueno, cuando el avión aterrizó me dije: ‘Es la hora, es el momento, no voy a mirar atrás’. Así que salí del avión y corrí por el aeropuerto. Desde ahí empezó todo mi proceso de nacionalidad.”
Valencia, su nuevo hogar
Después de tomar esa decisión que cambiaría su vida, Leiva se quedó unos meses en una casa de acogida en Madrid. Sin embargo, su mente seguía enfocada en mostrar su potencial y convertirse en una deportista de alto rendimiento en esta disciplina. Sugoi Uriarte, campeón de Europa y plata mundial, y Laura Gómez, bronce europeo, supieron de la historia de Ayumi y quisieron darle una oportunidad ofreciéndole trasladarse a Valencia, ciudad que sigue aumentando su medallero en competiciones internacionales en este deporte. “La primera vez que vi a Laura, fue súper amable, con un trato espectacular. Yo pensé: ‘Este es mi sitio, yo tengo que estar aquí’. Cuando volvimos a Madrid, llevé una carta de presentación del presidente de la Federación Valenciana de Judo y Disciplinas Asociadas (FEAR), y después nos mandaron para Valencia. Desde ese día supe que este lugar era mi hogar.”
Desde su llegada a Valencia, Ayumi ha logrado reconectar con el judo y comprendió que era su verdadero deporte. Aunque en Cuba no se sintiera feliz debido a las circunstancias, España le ofreció una nueva perspectiva, rodeándola de entrenadores y personas que la apoyaron, brindándole el trato y la disciplina necesarios para alcanzar su máximo nivel en el tatami. “Empecé a notar la diferencia entre Cuba y España. Esa diferencia estaba en la forma en que los entrenadores me enseñaban. En Cuba no podía expresarme, entonces rechazaba el judo, pero luego entendí que no era el judo, sino los entrenadores, y al llegar aquí, conocí lo positivo y todo lo que podía aportarme.”
A pesar de las dificultades y de estar lejos de su madre, quien es su mayor fuente de inspiración, Ayumi ha logrado superar cada obstáculo que se le ha presentado. “No te rindas y sé fuerte. El judo es tu futuro, te sacará adelante”. Son las palabras de su madre; un principio que la guía no solo en el deporte, sino también en la vida. «Ella siempre me llama súper contenta. Me dice: felicidades, te lo dije, que tú ibas a salir adelante. Yo creo que cada vez que gano una medalla, un mensaje de mi madre siempre está ahí. Siempre por la noche ella me recuerda, no te confíes, siempre fuerte, agresiva. Cuando no he tenido ganas de entrenar ni de seguir, pienso va que hay que darle alegrías a mamá”.
El 2024 ha sido un año de triunfos para Ayumi. Con seis competiciones y cinco medallas, incluida la medalla de oro en el Campeonato Europeo, se ha consolidado como una de las judocas más prometedoras. “Ha sido un año precioso que me ha dado cosas muy bonitas, me dio la personalidad, las medallas. Ahora me queda el campeonato de España y pienso terminarlo también con un oro y cerrar el año bien.” Hoy en día, se levanta con ganas de dar lo mejor de sí misma en los entrenamientos. “El judo me ha dado la persona que soy. Doy el máximo en cada entrenamiento porque, al final, saldrán las cosas cuando compita.” Esta mentalidad, talento y disciplina han sido claves en su crecimiento. Pero Ayumi no se detiene: “Mi meta es el Mundial de 2025 y clasificar para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Quiero subir al podio.”