La levantadora leonesa se proclama campeona del Mundo en hasta 75 kilos con un Total Olímpico de 258 kilos y es la primera halterófila española que lo logra
Irradia siempre energía, vitalidad, sana competitividad y máxima autoexigencia. Sucede que a uno le queda meridianamente claro todo eso cuando la ve competir o entrenar, pero también en una conversación reposada. Desde la pasada madrugada está más exultante que nunca, aunque todavía intentando creerse que no es sueño, sino realidad lo logrado. Lidia Valentín Pérez (Camponaraya, León, 10/2/1985) alcanzó la gran corona al proclamarse campeona del Mundo absoluta de halterofilia en categoría de hasta 75 kilos con un Total Olímpico de 258 kilos.
Lo que la leonesa se ganó entre barras, magnesia y sana deportividad en California nunca antes lo había logrado un levantador hombre o mujer españoles. Así, Lidia Valentín hace historia. Y agranda su leyenda, incluyendo tres coronas europeas; otro metal mundial, que fue de bronce en 2013; además del bronce de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y la recepción de los metales de Pekín y Londres (plata y oro).
«No me creo todavía que soy campeona del Mundo. Ha sido una competición increíble. Me he sentido muy bien. Sabía que era el momento, sabía que era la competición, pero había que hacerla y en todo momento estaba convencida. Sabía que si luchaba por ello iba a ganar», aseguró Valentín en declaraciones servidas por la Federación Española de Halterofilia desde la Liga4Sports.
La campeona del Mundo de halterofilia, quien siempre ha defendido el juego limpio y con rotundidad siempre ha atizado a las tramposas que fueron medallistas olímpicas abrazadas al dopaje, aunque finalmente fueron despojadas de los metales y estos acabarán en manos de la leonesa que se lo ganó con limpieza, subrayó un mensaje: «Al final he conseguido todo lo que soñé en ese momento cuando era pequeña, cuando empezaba a entrenar —a los 11 años la descubrió Isaac Álvarez y se inició para siempre en la halterofilia— y me quedo con que el sacrificio siempre es la mejor opción».

En California, para ser campeona mundial mayúscula ganó todos los oros posibles: levantó 118 kilos en Arrancada —fue en la tercera tentativa tras un 110 y un 155— y dejó noqueada a su principal rival, la ecuatoriana Neisi Patricia Dajomes Barrera, con la que abrió una brecha de diez kilos; luego llegó el turno de los Dos Tiempos, en el que secuenció 130, 135 y 140 kilos para llevarse el segundo oro; y lo más importante se impuso con un Total Olímpico de 258 kilos.
Lidia Valentín fue campeona de todo y lanzó su gesto identificativo de la forma del corazón con las manos. Lágrimas de alegría de la leonesa cuando en lo más alto del podio de California recibió la medalla de oro de campeona del Mundo de manos del presidente de la Federación Internacional de Halterofilia (IWF), Tamas Ajan.
«Estoy muy, muy, muy feliz porque era la favorita y por eso sí que he notado estos días un poco la presión. Pero creo que al final la he canalizado a mi favor y me he quedado muy feliz. No me lo creo que sea campeona del mundo», significó Valentín, quien reconoció en su intervención en la Liga4Sports que «cada competición es diferente, pero sentirte campeona del Mundo es muy grande. He disfrutado este momento posiblemente más que nunca por el hecho de no haber disfrutado otros como correspondía».
