Encontró siempre la forma de proyectar un judo brillante en cada tatami que hizo suyo. Mónica Merenciano (Lliria, 1/8/1984) lo logró en muchas ocasiones a lo largo de una carrera deportiva extensa y exitosa. Lo consiguió mostrándose firme y rotunda frente a la presión de cada combate en competición y en sus entrenamientos. Pero lo subrayó, también fuera de los tatamis, con su forma de expresarse, cercana y cálida. Su nombre tiene un enorme peso en el judo paralímpico, acumulando en su palmarés, entre grandes intervenciones mundiales y europeas, hasta cuatro participaciones en Juegos, amasando hasta tres medallas de bronce. Su paso por el judo paralímpico —en categoría B3 de la FEDC (ciegos)— deja mucho más. Un sello claro, potente y cuantioso en logros deportivos, pero de mayor poso desde el perfil personal. Y todo ello, además, son valores que le traslada a su hija. [Foto: Eduardo Manzana]
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