La taekwondista española llega a los Juegos Olímpicos de Río con el objetivo de la medalla en la mente
Eva Calvo debió aceptar con cierto «fastidio» los golpes recibidos en las últimas semanas en los entrenamientos tutelados por Marco Carreira en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Allí, sus oponentes fueron habitualmente masculinos, lo que incrementó la exigencia pero también el daño.
Un peaje que, en cualquier caso, fue asumible en su camino hacia los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, competición que afronta como «la más importante» de su vida deportiva.
Ahí abordará el desafío de destronar a la británica Jade Jones, a quien señala como «la favorita» por ser la número uno del ránking. «Además, ha tenido un último año muy bueno«, abunda.
Con ella mantiene un continuado pulso por la hegemonía de la categoría de menos de 57 kilogramos. La madrileña dominó la primera mitad del ciclo olímpico tras mostrarse imbatible en 2013 y gran parte de 2014, pero a la ciudad brasileña acudirá como la segunda mejor taekwondista dada la incansable reacción de la vigente campeona, vencedora en los Juegos de Londres con sólo 19 años.
Aunque en la ciudad brasileña portará también la vitola de favorita, la galesa perdió en ese tiempo jerarquía: la japonesa Mayu Hamada le negó la final en los Campeonatos del Mundo de Puebla (México) en 2013 y Eva Calvo castigó sus dudas en tres de las cuatro Series del Grand Prix disputadas a continuación.
La Final del Gran Prix de 2014, con victoria ante la española, supuso para Jade Jones un punto de inflexión. Un año después retomó el número uno del ránking olímpico, posición que ya no abandonó. El crecimiento experimentado por su mayor oponente supone un nuevo estímulo para la mayor de las hermanas Calvo, quien aparcó momentáneamente sus estudios de matemáticas.
La ecuación más compleja de su carrera le aguarda el 18 de agosto en el Carioca Arena 3 y empeñada está en resolverla. «En las últimas semanas me he puesto a prueba con los chicos. Rivales más fuertes y más rápidas que ellos no me van a salir en los Juegos de Río«, apuntó.
Meticulosa en el análisis de sus rivales, Eva agregó a las jornadas de entrenamientos un exhaustivo visionado de vídeos que puede revelarle las claves para decidir a su favor los combates, condicionados por la colocación de más sensores en patucos y peto.
«A mí me ha costado un poco adaptarme porque son más duros y no sabes muy bien cómo puntuar, pero he tenido seis semanas para trabajar con ellos. Hay técnicas que son mejores que otras y son en las que he tenido que trabajar más porque quiero tener más recursos. Tiraré de técnicas de las que yo nunca había tirado porque con los otros petos no hacía falta», comentó.
La gestión de «los nervios y las emociones» en su estreno en una cita olímpica será otra cuestión clave. «Debe ser todo muy emocionante, pero espero que no me sobrepase. Me lo juego todo ya no en un día sino en un combate, que son seis minutos. Ese tiempo se te pasa en nada, así que tienes que estar concentrada desde el primer segundo», apostilló.
Pese a que su ambición es «conseguir una medalla» en una categoría tremendamente competitiva debido a la eclosión de la japonesa Mayu Hamada y de la egipcia Hedaya Malak, la española advierte que afrontará la cita carioca «sin presión» y con la ilusión de regalarse a sí misma un gran campeonato. «Todo lo que haga, lo haré por mí», subrayó al ser preguntada por las expectativas que rodean su figura.
«A veces hay que perder para volver a estar arriba»
Está llamada, no obstante, a tomar el relevo en el podio olímpico de Joel González, Brigitte Yagüe y Nicolás García Hemme, de cuyos consejos bebió en las últimas semanas. «Los éxitos de los tres me sirven de motivación para saber que es posible. Nico, sobre todo, me ha ayudado un montón con su experiencia», señaló.
Determinantes serán las palabras del canario pero también la complicidad de su hermana pequeña, Marta: «En Río no sólo es mi suplente sino también mi sparring. En lo psicológico, para mí es importante tenerla cerca».
Juntas esperan celebrar en Río de Janeiro un nuevo éxito del taekwondo español. «El objetivo es la medalla», repitió Eva tras haber convertido su precipitada eliminación en el último Europeo en una nueva motivación.
«Me sirvió para aprender, para ver en qué había fallado. Ha sido un toque de atención. A veces hay que perder para volver a estar arriba», afirmó ilusionada por la posibilidad de ascender al podio en la ciudad brasileña. Termina confesando que se siente bien, «suelta en el combate». Con esas sensaciones se plantará el día 18 sobre el tapiz carioca.