El dúo español de natación sincronizada finaliza quinto en los Juegos de Río, donde mostraron una revolución en la disciplina
La contagiosa pasión del Concierto de Aranjuez y un enérgico zapateado sobre el agua fueron el epílogo de la trayectoria olímpica de Gemma Mengual, quien este martes brindó con Ona Carbonell por el futuro de la natación sincronizada durante la presentación del programa libre del dúo en los Juegos de Río. Con la expresividad y el carácter como indiscutibles señas de identidad, las españolas regalaron al público congregado en las gradas que abrazan la piscina principal del centro acuático María Lenk un programa libre que anuncia una revolución en la disciplina.
Gemma Mengual, considerada «pionera» desde su aparición en los concursos internacionales, no quiso despegarse de esa etiqueta ocho años después de las dos medallas de plata que saboreó en Pekín. Falló en el objetivo de conseguir otra presea en Río de Janeiro pero, a sus 39 años —tres después de haber anunciado erróneamente su retirada en febrero de 2012—, pudo devolver con el ejercicio que completó junto a Ona Carbonell parte de lo que a ella le dio la sincronizada. Eso fue lo que le llevó a retomar hace un año las fatigosas jornadas de entrenamientos en el CAR de Sant Cugat.
«Estoy contenta por cómo lo hemos hecho, por cómo nos hemos vaciado, por cómo nos hemos entregado, por cómo hemos disfrutado todo el año entrenando», se lanzó en la zona mixta, instantes antes de que la emoción interrumpiera su primera comparecencia.
Lo que mostraron, prosiguió segundos después, fue su «manera de hacer». «No es la moda de ahora, nos hemos arriesgado a hacer algo diferente de lo que se lleva. Queríamos demostrar que eso es lo que a nosotras nos sale», explicó. «Queremos dar un poco más a la sincro. No solo ejecutar sino transmitir, llenar la piscina en todos los sentidos», abundó.
«Hemos nadado con el corazón», cerró Ona, la artífice de los dos bañadores de tonos rojos, negros y dorados, salpicados asimismo por lentejuelas, pedrería y cristales de Swarovski, que lucieron este martes. Ella los diseñó junto a su profesora en ESDi, Cristina Real.
«Estoy contenta por cómo lo hemos hecho, por cómo nos hemos vaciado, por cómo nos hemos entregado, por cómo hemos disfrutado todo el año entrenando»
El ambicioso desafío que ambas perseguían era brillar con el ejercicio libre bajo el nuboso cielo de la ciudad carioca. Lo hicieron ante los ojos de la rusa Svetlana Romashina, indiscutible dominadora del dúo junto a su compatriota Natalia Ishchenko. «ue ella diga que conmigo el dúo español es más fuerte me enorgullece. Incluso decía que lo mejor estaba por venir, como diciendo que no veía imposible que hoy ganáramos esa medalla. Eso nos ha dado un empujón», confesó Mengual.
El último demarraje, sin embargo, no le bastó para desbancar a la pareja japonesa del tercer lugar. Tampoco para arrebatar la cuarta plaza a las ucranianas Lolita Ananasova y Anna Voloshyna. Sí para salir del agua con la sensación de haber exhibido frente a Joe y Nil la mejor actuación posible en su cuarta cita olímpica (compitió en Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Río 2016). «Mis hijos me han visto nadar en directo en unos Juegos Olímpicos y para mí eso es brutal», aseguró con las lágrimas a punto de rebrotar.
Tanto Gemma Mengual como Ona Carbonell reconocieron que aspiraban a un botín mayor que el que les reporta el quinto puesto, pero eso no alejó la satisfacción. «La medalla estaba a tocar. Estábamos ahí y podía haber pasado cualquier cosa. Hemos estado soñando hasta el final», indicó la más veterana como broche a «un año mágico» en el que se sintió «muy arropada y muy acompañada».
«Ganar al público es lo más grande», apuntó Ona Carbonell, algo más reivindicativa con el «plus artístico» de la sincronizada. También ella se mostró sorprendida cuando Gemma Mengual, a la que tomó como referente a su llegada al equipo absoluto en un lejano 2007, descartó que el de hoy fuera su último dúo. «De momento quiero vacaciones, desconectar y luego ya veré. Dejo la puerta abierta», sentenció sonriente Mengual.
El futuro, tras el brindis flamenco de este martes en Brasil, podría pertenecer todavía a ambas. Hoy se fueron convencidas de haber hecho algo para la historia y, con un Mundial de Hungría en el horizonte, pueden ambicionar mucho más.
«Lo que ha cambiado es Gemma. Nació con un duende para este deporte y le ha sumado a Ona la experiencia, su manera de nadar, el espectáculo que genera. Se han adaptado a la perfección, Ona ha sido muy generosa en abrir las puertas a alguien nuevo para el trabajo anual del dúo», aseveró Ana Montero, directora técnica del equipo español de sincronizada.
Las rusas Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina se proclamaron campeonas olímpicas de dúo de natación sincronizada con una nota incontestable de 194.9910 puntos. El podio lo completaron las chinas Xuechen Huang y Wenyan Sun (192.3688) y a las japonesas Yukiko Inui y Risako Mitsui (188.0547). El cuarto puesto fue para las ucranianas Lolita Ananasova y Anna Voloshyna (187.1358).
Comments 4