Psicología, docente e investigadora, está especializada en pedagogía de la danza. Arroyo busca realizar un acompañamiento a bailarines, deportistas y sociedad en general para lograr el propio conocimiento, optimizando sus recursos y dotando de nuevas herramientas que puedan resultar útiles a su desempeño.
¿Por qué iniciarse en el mundo de la psicología?
Siempre he tenido vinculación con el mundo del deporte, ya que lo he practicado desde siempre y he competido. Gracias a esta experiencia he podido comprobar las carencias que hay tanto en los entrenamientos, las preparaciones o en las competiciones. Desde que terminé la carrera de psicología, en 2005, he trabajado la psicología con un enfoque cognitivo-conductual, buscando siempre sacar la mejor versión de las personas que acuden a mi consulta. No solo trabajo con deportistas de alto rendimiento, con clubes o con papás y niños que buscan mejorar su rendimiento, sino que también trato con empresas, personas que busquen conseguir nuevas metas en su vida.
¿Cómo trabaja Tamara Arroyo? ¿Qué le diferencia del resto de profesionales del campo de la psicología?
La forma de trabajar va a depender del perfil y el tipo de público que requiera mis servicios. Si hablamos de un deportista en activo, sea del deporte que sea y tenga la edad que tenga, siempre vamos a partir de una valoración inicial. Necesito ver a la persona, ver de dónde le viene la falta de motivación, de atención o el problema que quiera tratar. Esta valoración la realizo de forma personalizada para cada uno d ellos pacientes.
En esta primera fase de indagación vamos a ver que se busca mejorar, cuál es el objetivo de la intervención. Esto no lo realizamos desde la patología o la carencia, sino desde el objetivo que se quiere lograr (focalizar, mejorar el rendimiento, etcétera).
A partir de este momento se puede plantear la intervención. Obviamente, las sesiones de trabajo se realizan de forma individualizada, pero tampoco se descarta complementarla con personal de apoyo, entrenador, parte del equipo, etcétera. Entiendo que detrás de cualquier deportista, aunque sea de una disciplina individual, siempre hay un equipo de trabajo.
¿Cuáles son los problemas más comunes con los que se encuentra?
Entre los principales problemas que veo en consulta está el de no lograr el rendimiento esperado. Es decir, deportistas que entrenan bien, que logran las marcas deseadas, pero que en competición no son capaces de conseguirlas y mostrar todo el trabajo que han realizado.
Esta situación es frustrante y, en muchas ocasiones, la causa es difusa. Aunque lo cierto es que normalmente son aspectos psicológicos no detectados los que están detrás de estos problemas. Al final son variables que no han entrenado como puede ser el cierre de foco, la regulación de la activación, el nerviosismo, la ansiedad, etcétera.
Como tema estrella en estos momentos contamos con la falta de confianza. Muchos deportistas, que tienen los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina están viviendo una fase de falta de confianza para lograr alcanzar la marca o superar con éxito está recta final.
Hay que reconocer que este es uno de los puntos más difíciles de trabajar. Va a depender del caso y debemos analizar la autoestima del propio deportista, la presión del entorno, si se está demasiado centrado en el resultado y no en el rendimiento, que autoconcepto tienen, si las expectativas de resultados están ajustadas a la realidad, etcétera.
Casi todo el mundo tras la pandemia reconoce la importancia de la salud mental…
Lo cierto es que como psicóloga doy las gracias al Covid porque la gente se ha dado cuenta de la importancia que tiene la salud mental. Si no hay orden mental, no hay orden en la vida. Como profesional he notado un cambio 100%, de hecho ahora mismo los psicólogos estamos viviendo un boom de trabajo importante.
¿Cómo se ha reflejado en el mundo del deporte?
Durante la pandemia, los deportistas vivieron este periodo de restricciones como todo el mundo, pero pronto pudieron volver a practicar y trabajar. Es cierto que, sobre todo, vieron peligrar su estado de forma, su estado físico, además, algunos han notado una menor capacidad pulmonar. Este proceso se ha vivido como el proceso típico que pasan cuando tienen una lesión: miedo, duda, replanteamiento de expectativas o del futuro, incertidumbre, etcétera.
Actualmente, ¿hay más clubes con la figura del psicólogo?
Durante la pandemia, aumentó el número de clubes que utilizaron los servicios del psicólogo deportivo. Fueron momentos de mucho estrés, incertidumbre y se plantearon muchas intervenciones en grupo. Se trabajó ejercicios de regulación emocional, autoconocimiento, etcétera. Es cierto que se creó el camino y que hay equipos que mantienen esa apuesta por la figura del psicólogo deportivo.
¿Es importante cuidar de la salud mental para las personas que mantienen una alta exigencia en su vida profesional?
Sí, es importante y que figuras de primer nivel como Ricky Rubio o Ana Peleteiro hagan público sus dificultades y la asistencia a terapia ha logrado que la figura del psicólogo sea más visible. Muchos directivos se han dado cuenta que la salud mental es una herramienta de alto rendimiento y que significa todo un salto cuantitativo y cualitativo. Es cierto que ahora se utiliza más, pero, sobre todo, ya no se hace de forma encubierta y esa visibilidad está cambiando la visión de la sociedad hacía estos temas.
Aun así, ¿todavía falta educación y divulgación al respecto?
Efectivamente, todavía falta educación y divulgación en el tema de la salud mental. Ojalá esto se normalice y que sea más accesible para todo el mundo. Por ejemplo, en el mundo deportivo, el club pone el fisio, el médico, pero no el psicólogo.
Para normalizarlo lo primero es que se logre una inclusión en el sistema públcio, un mayor acceso al servicio. Cuando las personas son conscientes de lo que hacemos, de cómo trabajamos lo mantiene en el tiempo. Al psicólogo no vienes porque estés mal, sino para lograr un bienestar integral. Mente y cuerpo.
Desde su punto de vista, el deporte femenino, ¿parte con desventaja?
No hay equidad en los salarios, por lo que no se puede tener acceso a los mismos recursos. Los deportistas deben cuidar su alimentación, su salud física, tener entrenadores personales, etcétera.
No obstante, el trabajo del psicólogo deportivo, en mi caso, es similar. El enfoque es clínico y tengo implementado desde hace años una práctica. Es un sistema propio, además de trabajar personalizadamente con cada uno de los deportistas y personas a los que atiendo. Además, de psicología tengo la titulación de pedagogía de la danza. Esto me ha proporcionado una mejor forma de explicar las cosas, de llegar a las personas que han confiado en mí y que entiendan los métodos de trabajo. Esto me hace diferente como profesional, es un valor añadido que puedo aportar. A esto se une que me encanta la divulgación científica, que he publicado libros, artículos en revistas científicas, etcétera.