Se convierte en la primera tenista española en ganar la Copa de Maestras tras imponerse a Anett Kontaveit (6-3, 7-5)
TENIS | FINALS WTA
Arantxa Sánchez Vicario alcanzó la final de la Copa de Maestra de tenis en 1993. Entonces se le escurrió el título a la española ante Steffi Graf en el Madison Square Garden de Nueva York. Después de un enorme torneo en la mexicana Guadalajara, y tras doblegar en unas semifinales para la historia en las Finals WTA a Paula Badosa, la opción de elevar ese trofeo de la Copa de Maestras se lo ganó Garbiñe Muguruza. Y veintiocho años después de aquella cita entre Sánchez Vicario y Graf, Garbi sí logró tal conquista, superando a Anett Kontaveit por 6-3- y 7-5 después de una hora y treinta y nueve minutos de un juego consistente, sobrio, intenso, concentrado de Muguruza. Un título que también disfrutó de lo lindo su actual entrenadora, Conchita Martínez, que en aquel 1993 cayó en cuartos de final ante la alemana Anke Huber. Precisamente, en ese 1993 nació en la venezolana Caracas, la que ahora es la gran Maestra: Garbiñe Muguruza.
La hispano-venezolana suma así su nombre en la conquista de la copa final del Masters a los ganados en categoría masculina por Manolo Orantes y Alex Corretja. Muguruza suma otro grande a su palmarés, que cuenta también con dos Grand Slam como el Roland Garros que le ganó a Serena Williams en 2016, y el Wimbledon que se adjudicó ante Venus Williams en 2017. Garbiñe acumula el décimo éxito de su carrera. Este 2021, en el que también ganó en pista dura torneos como los de Dubai y Chicago, o que también tuvo la gran cita de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo cerrará la española como número 3 del mundo.
Muguruza aplicó un nivel de concentración, consistencia e intensidad de principio a fin en la final ante la estonia Kontaveit, tenista que proyecta con facilidad todos sus estados de ánimo y que en Guadalajara en ese partido por la Copa de Maestras fueron más grises. Tampoco pudo afinar lo que hubiera querido con su potente saque. No fue malo el partido de Kontaveit en todo caso, es que Muguruza estuvo imperial siempre.
Garbiñe se impulsó valiente y al ataque desde el principio y aquello ya desarmó a la estonia en su saque y al resto. La española mantuvo el nivel mostrado en las semifinales ante Badosa, pero además reduciendo la estadística de errores no forzados. Kontaveit sufrió más de lo esperado, no afinó su saque, incurrió en seis dobles faltas y cedió once bolas de rotura por solo cuatro de Garbi.
El empuje de inicio de la española le permitió un break rápido, aunque Kontaveit respondió con el contrabreak para ponerse 3-2. Muguruza reforzó su tenis y se proyectó implacable para adjudicarse los siguientes cuatro juegos, apuntándose así el primer set. En la segunda manga, la estonia se repuso y salió al cara a cara directo ante Muguruza para forzar el tercer set. Garbiñe salvó algún momento complicado, pues llegó a estar 5-3 abajo. Pero la española no cedió en ningún caso en es nivel de concentración y de ambición y consistencia para enlazar otra racha de cuatro juegos consecutivos para el 7-5.
Foto: WTA