La nadadora paralímpica repasa en una entrevista para el CSD su recorrido, los pasados Juegos y apunta hacia los de 2020
Teresa Perales es una figura mayúscula en la historia del deporte español. Ejemplar por capacidad de trabajo, humildad, optimismo y superación, al tiempo que su tarjeta de presentación recoge unas ochenta medallas entre Juegos Paralímpicos, Mundiales y Europeos. La nadadora paralímpica, reconocida con la Gran Cruz del Mérito Deportivo en 2012, repasa en una vídeo-entrevista para el Consejo Superior de Deportes (CSD) su trayectoria, su aprendizaje en los últimos Juegos de Río 2016, así como su pensamiento a los de Tokio 2020, en los que piensa en la retirada. Teresa Perales, de 41 años —una neurópata la dejó sin movilidad de la cintura para abajo a los 19 años—, exponente del #TeamESP, en todo caso muestra en sus palabras quién es y cuenta su percepción sobre diversos temas.
La clave para alcanzar el éxito: «Se llega con mucho trabajo y sacrificio, pero, ante todo, con mucho compromiso personal. Además, no creo en los límites. Creo que sólo son excusas que nos ponemos para no intentar lograr algo».
El significado del deporte en su vida: «Te enseña que las decisiones no las puedes tomar en momentos de máximo cansancio porque te sueles equivocar. Aprendes a tener mucha paciencia porque los objetivos no se logran a corto plazo y también aprendes a planificar y a programar para conseguir tu gran objetivo».
Acostumbrada al podio, dos carreras se le escaparon en Río; aprendizaje: «Tras la segunda competición empecé a pensar que me estaba pasando algo físicamente y no me estaba dando cuenta. Era difícil reponerse de algo así porque era la primera vez que no ganaba medalla, y a eso había que sumarle que todo el mundo me trataba como si estuviese de duelo. Ahora, viéndolo en perspectiva, creo que lo que me pasó es que no suavicé tras la primera carrera. Nada más salir del agua, atendí a la prensa durante 40 minutos y me quedé agarrotada. Eso me costó unos días de recuperación».
Y enseñanza para trasladarle a su hijo: «Él hasta ahora tenía la idea de que siempre que se competía se ganaba y, gracias a esa experiencia, comprobó que no es así. Pero, sobre todo, he podido explicarle que nunca jamás he perdido nada porque lo he intentado con toda mi alma».
Su hijo le pide que siga compitiendo: «Se ha convertido en la excusa para seguir porque a través del deporte le puedo servir de ejemplo de esfuerzo y de que la edad no importa para seguir adelante».
A medio plazo fija sus objetivos en el Mundial de México del próximo mes de octubre, a largo está Tokio 2020: «Mi gran objetivo es llegar a Tokio, hacer unos sextos Juegos y retirarme allí. Sería una pasada».
¿El relevo cuando decida dejarlo? Nuria Marqués: «Afortunadamente hay unos cuantos compañeros que me gustan no sólo por los resultados que han obtenido, sino también por su actitud. Es difícil e injusto, pero si tengo que señalar a alguien creo que Nuria Marqués dará mucho de qué hablar. Destacaría de ella su actuación en Río de Janeiro, técnicamente es muy buena y todavía es muy joven, por lo que tiene mucho que aprender».