Nueve años de regata infumable, obsoleta y sin ningún interés debe hacer pensar a la organización a virar y cambiar el bordo
OPINIÓN
El cambio de formato de la Copa del Rey Mapfre tiene que llegar ya. El actual está obsoleto y carece de interés, deportivo y comercial. Es una regata sosa y sin ningún argumento que haga que perdure durante algunos años más.
Las mentes pensantes están cansadas y necesitan un descanso. Tras ocho años de retroceso de la competición se me antoja que un equipo nuevo, con ideas frescas y, sobre todo, que no se mire tanto el ombligo, sería muy bueno para lo que antaño fue la mejor regata del Mediterráneo, la regata a la que todos querían asistir y la que todos querían ganar.
Solo tenía un ganador, como mucho, dos repartidos en dos divisiones. Había ambición por poder subir al podio de Ses Voltes y recibir el trofeo de manos del Rey. En estos momentos hay nueve ganadores, alguno de ellos, campeones sin bajarse del autobús y eso no es bueno ni para Palma, ni para Mapfre, ni para el Real Club Náutico, ni para los valientes que aún van a la Copa del Rey Mapfre de vacaciones a navegar junto al Rey.
Cuando Javier Sanz cogió las riendas de la presidencia del Comité Organizador comenzó a realizar pruebas, cada una peor, y esto ha llevado a que la regata esté completamente destrozada con la participación de barcos dignos de navegar en regatas de vela ligera, y con el desinterés general clase por clase.
Ahora mismo la Copa del Rey Mapfre está sustentada por la clase Swan que participan con tres categorías. Si esta clase se marchara, el centenar de barcos se convertiría en menos de la mitad.
Este año hemos visto navegar a los J70, bueno, a seis unidades de J70, que es un barco que está muy bien y al que algún club debería de organizarle su propia Copa del Rey. No es de reglamento que los J70 estén representados en Palma porque no es una flota para navegar junto a los ORC, pero claro, como a algún lumbreras se le ocurrió hacer la clase J80 exclusiva para la navegación de mujeres, los armadores de los J80 protestaron al no poder ir a navegar a Palma.
El J80 tampoco es un barco digno de la Copa del Rey Mapfre. Los patrocinadores, Mapfre y BMW merecen más calidad y menos cantidad porque el interés de la regata se va perdiendo y todo comienza a centrase en la farándula del famoseo chabacano y en la Familia Real, de la cual ya solo navega el Rey Felipe.
La Copa del Rey Mapfre debería tener más calidad en todo su conjunto: barcos, armadores, regatistas, periodistas, sociedad, actos… y no, como ocurre en estos momentos, que todo es un batiburrillo donde existen ciudadanos de primera, de segunda y el pueblo llano, al que poco más o menos se le maltrata y se le pide 100 euros por la compra de un polo. La Copa del Rey Mapfre debe cambiar ya, sin tardar un año más.