El Rey Juan Carlos no debería navegar en un 6 M y mucho menos con las carencias de movilidad que tiene
OPINIÓN
La polémica del año, está claro que gracias a los desvios de atención de la izquierda para tapar sus vergüenzas, va a ser la vuelta del Rey Emérito a España tras dos años en Abu Dhabi.
No quiero entrar en si el Rey Juan Carlos ha hecho bien o ha hecho mal en la manera de volver a su país, pero lo que sí tengo claro es que su vuelta a España era necesaria. Que yo sepa no estaba exiliado ni buscado por la justicia. Es un ciudadano libre, español y puede pasearse por su país como quiera, con quien quiera y cuando quiera.
Otro cantar es delimitar la irresponsabilidad de que una vez en España se le incite a subirse en un cascarón para darle realce a una regata, que sin él, no saldría ni en la hoja parroquial.
Sus «amigos los ricos» se han dado el gustazo de comprarse todos un barco de la clase 6 Metros Internacional para montar una serie de regatas muy exclusivas en la ría de Pontevedra. Eso no es nada criticable, ya que cada uno con su dinero hace lo que se le viene en gana. El Rey puede tener los amigos que quiera y más ahora que ya no ejerce, faltaría más.
Lo que sí es una irresponsabilidad, a mi parecer, es embarcar a un hombre de 84 años y con las limitaciones de movilidad que tiene en ese cascarón, que aunque esté más o menos adaptado a él, cualquier contratiempo puede ocasionar una gran desgracia.
La vela es un deporte no apto para ciertas personas. En cualquier momento puede ocurrir lo más inesperado, por lo que el Rey Juan Carlos no debería embarcarse en ese 6 Metros Internacional.
Al margen de que Pedro Campos tenga más o menos intereses en que don Juan Carlos suba al barco y haga el Mundial como patrón del Bribón, conociendo como conozco al Rey, sé que mucha culpa de ese embarque es de él.
El médico le tiene dicho que no navegue en barcos extremos. Ya tuvo que retirarse de navegar en el TP 52 porque se le hacía peligroso en las viradas de baliza. El 6 Metros Internacional, aunque sea un barco pequeño y en teoría navegue en aguas tranquilas, no deja de ser muy inestable. Con mala mar le entra agua y como en todas las clases hay posibilidades de que se le pueda caer el palo o la botavara, o también, que pueda volcar.
Sin alarmar a nadie tengo que decir que es una irresponsabilidad el que el Rey Juan Carlos navegue en el Mundial, una irresponsabilidad de él mismo y de los que dicen ser sus amigos. A un amigo se le aparta de los peligros y no se les utiliza para realzar las cosas mientras están impedidos para hacerlo.