Hay que cortar las alas a todos los dirigentes que no son transparentes en sus gestiones
OPINIÓN
Lo que faltaba en España es que la Liga, la Copa y la Supercopa de fútbol estuvieran manipuladas por los dirigentes futbolísticos y políticos, que en los últimos días han demostrado una desvergüenza al límite de lo que se puede aguantar.
Un jugador de un equipo puntero, el Barcelona, ha compadreado con el presidente de la Federación Española de Fútbol para sacar tajada de una competición que no se celebra en España porque hay petrodólares de por medio.
Piqué y Rubiales se defienden diciendo que todo lo han hecho por el «bien de la institución», ¡ni que fueran argentinos! Que nadie ha cobrado comisiones de la Federación, que las que ha habido han sido satisfechas por Qatar, que es dónde
se ha jugado la Súper Copa de España. Que ese dinero que el país árabe ha pagado por jugar allí esas eliminatorias ha repercutido en el fútbol y que nadie se ha llevado nada. Hasta ahí, si eso es verdad, que no lo sé, puede ser todo legal, pero lo que se pone en tela de juicio es esa cláusula que se firmó en la que la Súper Copa tendría un precio con Madrid y Barcelona como participantes y otro si alguno de los dos no estuviera. ¿Quién garantiza que no se haya prostituido la competición para que Madrid y Barça no dejarán de ir?
Luego llega el papelón de otro de los inútiles del deporte español, José Manuel Franco, que saltó de Delegado de Gobierno de Madrid a Presidente del Consejo Superior de Deportes, que se limitó a decir que «lo de Piqué y la federación de Fútbol me parece poco ético y lógico». ¿Qué hemos hecho los españoles para mantener a esta pandilla de indocumentados que pasa por los cargos como el que se pasea por la Gran Vía.
Aquí nadie asume ninguna responsabilidad. Es cierto que la Real Federación Española de Fútbol es un ente privado, pero también recibe subvenciones del Gobierno de España y se debe de implicar mucho más en estos temas. Es seguro que se van a ir de rositas.
Si esto pasa en el «deporte rey», qué no pasará en los deportes llamados minoritarios. Por ejemplo la vela, de la que aún no se sabe lo que ha pasado con los 100 millones de pesetas de la Fundación Vela, o de las cuentas del Campeonato del Mundo de Santander, que tampoco nadie dice ni «mú». Tampoco sabemos en qué se gasta el dinero el Presidente del COE… No podemos seguir escondiéndonos y hay que denunciar a las especies protegidas por los políticos porque debemos ser mucho más claros en qué se gastan los dineros que con tanto esfuerzo pagamos los españoles.