Las condiciones meteorológicas son de vientos de 40 nudos de intensidad y con olas que pueden alcanzar los cinco metros
VELA OCEÁNICA
Por Dury Alonso
A palo seco Roman Pilliard y Alex Pella intentaban controlar al «Use It Again» resguardados en las costas meridionales de Sudamérica. Los datos de seguimiento del trimarán indicaban ayer que la velocidad del barco era mínima, entre los 0,2 nudos y de 5 nudos, cuando se encontraban situados en la costa noreste del litoral septentrional de Tierra de Fuego antes de encarar el estrecho de Le Maire entre las tierras argentinas del cono sur y la isla de los Estados.
El paso por Le Maire está considerado por ser uno de los peores lugares de la región, incluso muchos navegantes los consideran traicionero en especial el sector sur oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego, conocido como Península Mitre en aguas del Atlántico.
Desde que «Use It Again» dejó por babor las islas Malvinas hace unos días, Pilliard y Pella dirigieron el trimarán hacia Tierra de Fuego para resguardarse de las duras condiciones meteorológicas reinantes, en especial desde isla de los Estados hasta cabo Hornos.
La Isla de los Estados tiene la particularidad de estar casi siempre cubierta por una gran nubosidad debido a que las nubes quedan atrapadas por sus cerros haciéndola desaparecer del horizonte. En sus inmediaciones, y en especial del lado norte, la costa despide largas restingas y está rodeada por rocas, islotes y algunas islas importantes. Todas de muy baja altura y prácticamente imposible de ver durante una noche cerrada o con las neblinas de las típicas calmas. Y para complicarlo un poco más, las corrientes en lugares como Cabo San Diego (Península Mitre) donde llega a los 4 nudos; en momentos de calmas, frecuente en la zona, los buques eran arrojados contra las rocas o las largas restingas que despide esta costa; y las mareas son de gran amplitud superando los 6 metros de carrera.
Durante siglos cabo de Hornos fue uno de los hitos de las rutas comerciales a vela por sus fuertes vientos, mar arbolada, temperaturas gélidas y algún que otro iceberg; un paso bioceánico entre el Atlántico y el Pacifico que fue inaugurado en 1616 por la expedición holandesa comandada por Willem Schouten y Jacob Le Maire, que dejaría en desuso el Estrecho de Magallanes que se utilizaba para cruzar hacia las Molucas. Hasta que se desvanecerían con la inauguración del canal de Panamá en 1914.
Un paso marítimo que generó innumerables epopeyas, como las que hemos podido ver en la película “Master and Commander” cuando el capitán Jack Aubrey, conocido como el «Afortunado Jack» (Russell Crowe) del Surprise se había lanzado a la captura del francés Acheron. O como en la Vendée Globe de 2013 el marino Jean Le Cam fue rescatado con vida por «PRB» patroneado por Vincent Riou después de que el «VM Materiaux» zozobrase en agua de Hornos; situación crítica que también vivió Yves le Blevec en 2017 cuando pretendía dar la vuelta al mundo en solitario hacia el oeste a bordo del trimarán Actual» volcando en sus gélidas aguas.
El paso hacia el oeste en Hornos pretendiendo establecer un récord deportivo vueltamundista es un hito logrado por pocos marinos. El 9 de enero de 2000 el francés Philippe Monnet partiría del puerto de Lorient a bordo de un OPEN 60 a donde regresaría el 9 de junio después de 151 días 19 horas y 54 minutos; y en 2004 el también francés Jean-Luc Van Den Heede mejoraría este récord al invertir 122 días y 14:14:03:49 horas con el monocasco «Adrien», reduciendo el registro de Monnet en 29 días, 5 horas, 50 minutos y 47 segundos.
A las 15:30 horas de ayer, martes 1 de febrero de 2022, el trimarán «Use It Again» seguía campeando las adversas condiciones meteorológicos en Tierra de Fuego después de 27 días, 22 horas y 9 minutos de navegación iniciada el pasado día 4 de enero en Lorient; y con una ventaja de 773 millas sobre el «Adrien». Navegando cortos recorridos a la espera de que en Cabo Hornos aparezca el tan deseado paréntesis entre las fuertes borrascas del Pacifico que azotan con dureza.
Romain Pilliard informaba a su equipo «Hoy nos preparamos como para un gran evento… Pero no sabemos qué tipo de evento. Lo único que sabemos es que se navega y que hay que pasar por un cabo mítico: el de Hornos. El grial para todos los navegantes, y, además, de este a oeste. ¿Cuántas personas han navegado alrededor de él? Si Neptuno y Eolo son amables con nosotros, mañana habrá dos más. Pero no se trata sólo de un curso en el mar, sino también del proyecto «¡Utilízalo de nuevo!», iniciado con Aurélie, mi esposa, hace seis años, un compromiso con un futuro mejor. El deseo de unir a la gente, de fomentar el cambio y de inspirar. Desde hace unos días, estamos en medio de un entorno que parece casi virgen, estamos rodeados de cientos de pájaros, las algas gigantes (kelp) crecen a su antojo en el fondo del océano, el aire es frío y puro, e incluso el agua que sale de nuestro desalinizador parece agua de manantial. ¿Qué le hemos hecho a nuestra Tierra? Intentemos al menos preservar nuestro Océano. Nuestro planeta debería llevar su nombre, ya que hay mucha más agua que tierra, y el agua es la fuente de la vida en la Tierra. Por fin, casi un mes desde que salimos, no hay rutina, ni aburrimiento ni cansancio porque cada momento es diferente: los colores, las luces, el mar, los reflejos, su estado… es mágico. Sólo una cosa me sigue sorprendiendo: parece interminable, es sólo una continuidad de navegación, de deslizamiento, no hay descanso, no hay tiempo para bajar a tierra a tomar un descanso y una buena ensalada con una buena cerveza. Tal vez me convierta en un meritorio entonces… Hasta mañana”.
Finalmente, Pilliard y Pella hoy miércoles se han decidido a cruzar el estrecho de Le Marie, a las 13:30 horas, 2 de febrero de 2022, ya se encontraba en su extremo sur pero todavía se encuentra haciendo bordos cortos esperando que el viento y la mar amainen un poco antes de iniciar el cruce bioceánico cuando se encuentran a unas 93 millas de cabo Hornos.