«Estando en la UCI ya dije que iría a unos Juegos Paralímpicos. Lo que se me pone en la cabeza lo acabó haciendo sea más tarde o más temprano»
ATLETISMO | JUEGOS PARALÍMPICOS DE PARÍS 2024
Por RAÚL COSÍN CAMACHO.- Fiona Pinar Batalla (Ripoll, Girona, 1/2/2003) disputó su primera carrera de atletismo paralímpico en los 100 metros lisos en el campeonato de Cataluña en Hospitalet, en la que consiguió la primera posición, el pasado mes de marzo. Seis meses más tarde, tras un progreso que le llevó a la clasificación para los Juegos Paralímpicos de París 2024, se metió en la final del 200 metros T64 en el Stade de France. Y en esa carrera concluyó séptima con un diploma (27.87); antes, en la ronda clasificatoria, si bien es todavía corta su trayectoria, consiguió fijar su mejor marca personal en 27.42.
En esa final paralímpica, la neerlandesa Kimberly Alkemade se hizo con el oro con un tiempo de 25.42, fijando el nuevo récord paralímpico de la prueba. Le siguieron su compatriota Marlene van Gansewinkel, que firmó un tiempo de 26.14 para la plata, y la alemana Irmgard Bensusan (T44), que fue bronce con 26.77. Fiona Pinar quiere meterse en ese grupo de lleno, pensando ya en los Juegos de 2028: «No me voy a conformar con menos de un oro en los Juegos de Los Ángeles. Todavía estoy aprendiendo. Técnicamente, he hecho muchos errores y aún con eso he llegado donde estoy. Sin el oro no me voy a ir de Los Ángeles».
Por lo pronto, tras la final, la atleta catalana valoró su participación en París: «Me voy con muy buenas sensaciones de estos primeros Juegos Paralímpicos. He aprendido mucho. Después de siete meses me he plantado en una final de los Juegos, que creo que es el premio que necesitaba. Al fin y al cabo, el objetivo que tenía era efectivamente clasificarme para la final y todo lo que viniera después ya era un regalo para mí. Me deja con muchas ganas de seguir aprendiendo, mejorando y llegar a Los Ángeles 2028 más fuerte que nunca».
«Haber competido en este Stade de France es un honor. Cuando me meto en la pista solo recuerdo que está mi familia mirándome, que no hay nadie más. La verdad es que a mucha gente le sube el ánimo que haya muchos seguidores en la grada y que haya tanta gente mirándole, pero a mí no es el caso. Prefiero aislarme de todo y estar como si estuviera en mi casa o entrenando», explicó la corredora de Ripoll.

Solo seis meses después de su primera competición paralímpica, se metió en la final de París: «Es la muestra de esfuerzo, de sacrificio, de dedicación es lo que me ha hecho llegar hasta aquí. Creo que he nacido para esto. Me siento muy bien entrenando, compitiendo y conociendo el mundo paralímpico, porque es un regalo. Hay muy buen ambiente. La verdad es que estar aquí ya es un premio y me encanta. En la Villa, en la pista, conociendo a gente de otros países, culturas o deportes, es todo positivo».
Fiona tiene un pensamiento positivo, de crecimiento, ambicioso, repleto de confianza: «Estando en la UCI ya dije que iría a unos Juegos Paralímpicos. Lo que se me pone en la cabeza lo acabó haciendo sea más tarde o más temprano. Pensaba que mis primeros Juegos serían en Los Ángeles, de modo que estar en París es un pensamiento de que lo he logrado más pronto de lo que pensaba. Ahora hay que currárselo mucho porque hay muchísimo nivel y disfrutar de cada momento. Es muy bonito cuando la gente ve una prueba así, que son 20-30 segundos, pero hay mucho esfuerzo y dedicación detrás».
Fiona Pinar sufrió la amputación de la pierna izquierda tras un accidente de esquí en enero de 2022. Después de su recuperación, la deportista gerundense entró a formar parte del programa Promesas Paralímpicas de Deportes de Invierno del CPE y, además, tras una campaña económica para conseguir una prótesis de competición, comenzó a practicar atletismo.